En Jujuy, se vive un Éxodo Jujeño que refleja la lucha popular contra las políticas de ajuste impulsadas por Gerardo Morales. Mientras Juntos por el Cambio respalda al represor, se espera una respuesta diferente por parte de los dirigentes del peronismo ante las expectativas del pueblo.
A 211 años del Éxodo Jujeño, aquella retirada estratégica ordenada por Belgrano para detener a los realistas, una ofensiva popular táctica homenaje el mismo deseo emancipador.
Lo que viene sucediendo desde hace días y alcanzó su punto más máximo durante la jornada de ayer, se parece al Santiagazo, pero en Jujuy, aunque con una diferencia importante: mientras aquella rebelión popular en Santiago del Estero se produjo en diciembre de 1993, más de 4 años después de iniciado el saqueo que cometió el menemato, en Jujuy ocurre antes de que comience el brutal estreñimiento que el FMI les exige a unos y otros candidatos para cumplir con el acuerdo que Alberto y Guzmán firmaron con una “pistola en la cabeza”, como dijo Cristina el jueves.
De Juntos por el Cambio el pueblo no espera absolutamente nada. Sus referentes son parte del elenco estable del ajuste. Las pujas internas, las peleas impostadas entre halcones y palomas, tienen un denominador común, que las sintetiza y proyecta una sombra muy oscura sobre el futuro inmediato: la salvaje represión. La conferencia de prensa de ayer a la noche, en la que confluyeron Patricia Bullrich, Rodríguez Larreta, Pichetto, Vidal y Lousteau, para coincidir en su apoyo al represor Morales, es prueba contundente de ello. Las temerarias afirmaciones de Elisa Carrió, sobre la posible comisión de delitos de lesa humanidad por funcionarios y uniformados según la facción que se imponga en la interna del macrismo, empiezan a tomar mayor densidad y dramatismo.
Pero de los dirigentes del peronismo sí se espera otra cosa. Ojalá sus figuras más representativas estén tomando nota de esa expectativa, ese mandato, que no son otros que los que votó el pueblo en 2019.
Porque como dijo Cristina el 25 de mayo bajo la lluvia, si no logramos que el acuerdo con el Fondo “sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, de industrialización, de innovación tecnológica, va a ser imposible pagarlo por más que digan lo que digan”.
Y agregó: “Cuando Néstor decía ‘los muertos no pagan las deudas’, decíamos eso. ¿Se creen que van a poder pagarlo únicamente con commodities? No, olvídense de eso”.
En otras palabras: ¿entregar el litio, el agua, Vaca Muerta, a cambio de la deuda ilegítima y fraudulenta como única solución posible?
El límite a esa salida de vuelo corto se está expresando muy claramente en Jujuy. El pueblo no está dispuesto a soportar mayores grados de hambre, salarios de miseria, y exclusión para honrar compromisos de pago que no contrajo.
“El tirano venezolano armado por el dictador ruso está por invadir un pobre país indefenso para quitarle su territorio y sus riquezas.” De diferentes formas repiten más o menos la misma idea que debería alertar al mundo democrático y aumentar el dudoso rating de sus principales guardianes: las FFAA de los EEUU y de la OTAN.
Para entrar en materia, imaginemos una escena de tiempos pasado: A las bahías de la costa sur del Caribe, que durante siglos fueron tan apreciadas por los piratas ingleses llegan los buques de guerra de la recién triunfada y aplaudida por las masas progresistas del mundo democracia estadounidense y le dice a la corona de Londres, “se acabó. Ustedes se van. Esto ya es nuestro. Y si quieren quedarse les tocará negociar ahora con nosotros”.
Esta es la “Doctrina Monroe”, que hace pocos días celebró su 200 aniversario (pese al dicho de que no hay un mal que dure cien años), un pensamiento imperial hecho un proyecto oficial de todos los gobiernos norteamericanos sin excepción ninguna, que lo pusieron en práctica con sus marines, golpes de estado, bloqueos económicos y campañas mediáticas con su gran especialización en guerra informativa.
El Argentino
“América para los americanos“, proclamada por el único país americano sin nombre propio, y que ponía a todo un continente en la mesa de las élites más insaciables e ignorantes del mundo, fue solo un preludio para la actual agenda de la guerra global, donde los adversarios ya se ven enfrentados en las trincheras de los pueblos de América contra el gobierno racista gringo de turno, sino en la hidra transnacional financiera de color, nacionalidad, edad y sexo indefinidos, con su representación legal y mundana en el departamento de estado de los Estados Unidos y en frente, la humanidad entera.
Un tema muy importante relacionado con la “Doctrina Monroe” es el apoyo, hace 200 años, de los EEUU a la lucha de los países latinoamericanos por su independencia, con el propósito de volverlos permanente y completamente dependientes de sus propios intereses.
Estamos viendo que la lógica de las “revoluciones de colores” comenzó hace 200 años, y que nuestros pueblos necesitaron a grandes visionarios como Simón Bolívar y José Martí para de inmediato darse cuenta de esta amenaza mortal. En el siglo pasado su realización consistía en una permanente imposición de los brutales regímenes fascistas y de las democracias bananeras en América Latina.
En este siglo, la globalización neoliberal la convirtió en el virus planetario. Ahora vemos con algo de asombro, que los países de Europa Occidental, que hace poco a muchos de nosotros nos parecían ejemplares y tan dignos de imitar, que ahora son incluso más patios traseros de EEUU que sus vecinos geográficos. Pero la actual “Doctrina Monroe” necesita una redefinición.
El Argentino
En lugar de “América para los americanos“, ahora con la bendición del Santo Musk debería ser “La Vía Láctea para las trasnacionales”.
Pero, por ahora, bajemos de las estrellas a la selva del Caribe. A cualquier persona que conozca mínimamente la historia de la conquista y la independencia de América, el surgimiento de la Gran Colombia y luego de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá mientras en el norte del continente permanecían intactas las colonias europeas, la farsa judicial del laudo arbitral de 1899 en la lejana París, sin la participación de Venezuela y los múltiples ejercicios geográficos de los cartógrafos europeos imperiales, (los mismos que separaron con líneas geométricas a los pueblos de África para imposibilitar la integración del continente), no le puede quedar duda a qué país debería pertenecer la orilla occidental del río Esequibo.
No es un tema de revisionismo histórico sino de mínima lógica de los intereses foráneos. Guayana parece ser un Kosovo suramericano con el único propósito de ser el centro infalible para cualquier provocación contra los vecinos irrespetuosos de la “Doctrina Monroe”.
La excusa del crecimiento económico de Guayana del 58% es una farsa. Es como hablar del “milagro económico de Pinochet” mientras la mitad del país apenas sobrevivía.
El Argentino
Según el contrato del 2016, la ExxonMobil pagaba al estado guayanés el 2% de sus utilidades hasta recuperar el 75% de su inversión.
Por la experiencia mundial sabemos, que ExxonMobil siempre tendrá los lobbistas y abogados mucho mejores que el gobierno de Guayana (por si acaso algún día a ese gobierno se le ocurriera dejar de ser su gerente), quienes siempre demostrarán que su cliente trabaja con las mínimas utilidades, sufre enormes pérdidas, no recupera la inversión y su trabajo en el país es casi una obra de beneficencia.
Otro ejercicio interesante sería comparar los activos de ExxonMobil y del estado guayanés. Según la información abierta, en 2021 la empresa ExxonMobil tenía un capital de USD 338 923 millones. El PIB de Guayana en el mismo año equivalía a USD 8 044 millones.
No es difícil deducir entonces el tipo de relación existente entre el estado y la empresa privada, que lo contrata para sus necesidades empresariales.
El Argentino
La historia del Esequibo
Es injusto que el continente conozca la causa de las Malvinas y hasta los últimos meses ni siquiera conociera el nombre de Esequibo, que el mundo sigue escribiendo con la ortografía inglesa como “Essequibo”.
En vez de un jaguar de la selva guayanesa se asoma un león escondido en la sombra del escudo real británico.
Tampoco conoce el mundo la historia de la rebelión y la masacre de Rupununi en enero de 1969, cuando los indígenas y mestizos se sublevaron en esta parte del Esequibo, por sus derechos a ser parte de Venezuela, y el gobierno de Caracas de entonces, prefirió no complicar las relaciones con sus amos y vecinos, ignorando la tragedia a pocos kilómetros de su frontera oriental, dibujada por los ingleses.
Cuando el ejército guayanés torturó, violó y asesinó a quién sabe cuántos civiles, pues nadie supo con exactitud estos datos, ya que en esta tierra de nadie todas las estadísticas son relativas, las únicas cifras que merecieron un buen cálculo fueron las de los barriles de petróleo para ExxonMobil.
El Argentino
El bello paisaje rupestre de Esequibo, con sus mil encantos, sorpresas y secretos, está por despertar, para empezar por fin a vivir su propia historia que camina por los senderos de la selva con los pies descalzos de su gente.
*Periodista ucraniano chileno, investigador de los movimientos indígenas y sociales en America Latina, productor de documentales políticos en Colombia, Bolivia, Mexico y Chile, autor de varias publicaciones y traductor de textos de Eduardo Galeano, Luis Sepúlveda, José Saramago, subcomandante Marcos y otros al ruso. Columnista de RT y Tele Sur.
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