Manuel Hinds, el arquitecto de la dolarización en El Salvador, exhortó al presidente argentino Javier Milei a implementar de inmediato el sistema monetario que prometió durante su campaña electoral. Hinds, ex ministro de Hacienda de El Salvador, sostiene que la dolarización traería numerosos beneficios para Argentina.
Se une a otros economistas, como Steve Hanke de la Universidad Johns Hopkins y la columnista del Wall Street Journal María Anastasia O’Grady, quienes han criticado a Milei por no acelerar el proceso de dolarización. Sin embargo, hay expertos de diferentes escuelas de pensamiento que creen que la mejor manera de combatir la inflación es a través de un superávit fiscal y un Banco Central independiente, sin necesidad de fijar el tipo de cambio.
Hinds argumenta en un paper que “los argentinos prefieren mantener su riqueza en dólares que en pesos y, dada la mala experiencia que tuvieron para hacerse con sus dólares si los mantienen en Argentina, prefieren enviarlos al extranjero y, preferiblemente, en secreto”. Por lo tanto, insta a Milei a no retrasar más la dolarización, ya que permitiría reducir significativamente la tasa de interés que pagan las empresas y los individuos.
En su paper titulado “¿Se escaparían los dólares de una Argentina dolarizada?”, Hinds defiende la experiencia de su país y sugiere que el gobierno argentino debería seguir su ejemplo sin demora. En el informe, señala que “muchos economistas argentinos parecen creer, o dicen creer, que si el país se dolariza, el pueblo dejará los bancos vacíos porque se llevarán sus dólares al exterior, como lo han hecho tradicionalmente y lo siguen haciendo hasta el momento”.
Hinds, que trabajó con el Banco Mundial, destaca que “Los datos muestran que, como espera la teoría, el capital se quedará donde reciba mayores rendimientos una vez descontados los riesgos de las operaciones”. Añade que “La gente sabe que si el Gobierno administra la moneda, trasladará los costos de sus déficit fiscal y monetario a los depositantes, tenedores de activos en pesos, jubilados y asalariados con salarios en pesos. Esto es lo que está haciendo hoy el Gobierno de Milei”.
Por lo tanto, sostiene que “el pueblo argentino se empobrece a un ritmo y en una medida nunca vistos en el país. La gente entonces se lleva sus recursos. Para ello, retiran pesos de los bancos, compran dólares y los envían al exterior”. Explica que “El Banco Central emite más pesos para reemplazar los que se retiran, lo que aumenta la tasa de inflación y devalúa aún más el peso, incrementando la demanda de cambio de pesos por dólares. Este es el clásico círculo vicioso de la inflación producida por un banco central acomodaticio”.
Hinds concluye que “Como se ha visto en la experiencia de todos los países dolarizados, este problema se resuelve automáticamente dolarizando la economía y a tasas de interés exiguas”. Sin embargo, aclara que “siempre se puede estabilizar la economía mediante la pura fuerza de voluntad del Banco Central de no emitir dinero a menos que compre divisas por pesos. Argentina no ha mostrado propensión a ejercer tal fuerza de voluntad”.