Por Néstor Llidó
Al declarar ante el juez que investiga el asesinato de Lola Chomnalez, la adolescente asfixiada en diciembre de 2014 en la playa uruguaya de Barra de Valizas, dos testigos señalar que el único acusado por el caso no se cortó con una botella en su trabajo en un supermercado y complicaron su coartada sobre que había manchado con sangre a la mochila de la víctima por haber sufrido esa herida.
Se trata de dos empleados de ese comercio de Barra de Valizas que declararon ante el juez Juan Giménez Vera a pedido de la fiscal Jéssica Pereira. Y contradijeron los dichos de Leonardo David Sena, quien al procesado como autor material del homicidio, afirmó ser inocente, a pesar de que un cotejo de ADN comprobó que la sangre en la mochila de Lola Chomnalez era la suya.
En su descargo, Sena explicó que el día del crimen él se cortó con una botella de vidrio mientras trabajaba en un supermercado y que, luego, se fue a la playa a tomar unos mates y en esas circunstancias fue cuando encontró tirada la mochila de la víctima y al manipularla la manchó con la sangre producto de esa herida.
Ante esta situación, la fiscal Pereira propuso la declaración de tres testigos que trabajaban en el mismo supermercado al momento del hecho. “Dos de estos testigos dijeron recordar al detenido, pero negaron el incidente que él describió” explicó Juan Willman, uno de los abogados de la familia Chomnalez en Uruguay, quien consideró que la versión del acusado “no queda corroborada”.
“Nadie recuerda ningún incidente con una botella de cerveza, ni ningún corte, Además, Sena trabajó en el supermercado apenas “una semanita haciendo changas”, precisó el letrado.
Este hombre fue detenido en el último mes de mayo pasado, luego de que se conociera el resultado positivo del cotejo de ADN.
Según el juez Giménez Vera, a partir de este estudio se pudo de determinar que Sena fue “quien depositó su material genético en la escena del hecho, es decir, en la toalla que estaba en el interior de la mochila que llevaba Lola Chomnalez el día que falleció y en su documento nacional de identificación argentino”.
Para el abogado Willman, “está científicamente ubicado en el lugar del crimen, reconoce haber tomado contacto con las pertenencias de Lola y que sustrae dinero de la mochila”.
Tras la detención de Sena y su procesamiento por el delito de “homicidio especialmente agravado”, el juez de la causa absolvió al primer acusado por el caso, Angel “El Cachila” Moreira, quien estuvo preso por el “encubrimiento” del crimen.
Lola Chomnalez, de 14 años, viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014 y se alojó en la casa de su madrina, Claudia Fernández. Al día siguiente, la adolescente desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros, en una zona de médanos.
Mediante la autopsia se determinó que murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.
Para la Fiscalía, trató de escapar corriendo de sus asesinos, fue alcanzada, herida con un arma blanca y golpeada en la cabeza para finalmente morir asfixiada cuando, ante sus probables pedidos de auxilio, le apretaron la cara contra la arena.