Francisco recibió al máximo jefe militar de EEUU y hablaron sobre Ucrania
Se trata del general Mark Milley, responsable de las fuerzas armadas de su país durante los últimos cuatro años y el militar de mayor rango de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), quién ha tenido expresiones a favor de una mesa de negociación para terminar la guerra.
El Papa Francisco recibió este lunes al jefe del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, el general Mark Milley, en una reunión que tuvo a la guerra en Ucrania como uno de los temas y que se dio antes de que el militar termine su mandato de cuatro años a fines de septiembre.
Francisco recibió a Milley en el Palacio Apostólico a pocas semanas de que el general deje el cargo para el que había sido nombrado en 2019 por el entonces presidente estadounidense Donald Trump.
Milley, responsable de las cinco fuerzas de su país en los últimos cuatro años y en la práctica el militar de mayor rango de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ha tenido expresiones a favor de una mesa de negociación para terminar la guerra en Ucrania.
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El Papa ha iniciado a mediados de junio una misión de paz a través de un delegado personal, el cardenal Matteo Zuppi, con la que busca acercar posiciones entre los países en guerra y juntar volumen de apoyo de Estados Unidos y China para una salida diplomática al conflicto.
La reunión de este lunes fue informada por el boletín diario de la oficina de Prensa de la Santa Sede.
Milley, a la cabeza de un cargo que es el de principal asesor militar del presidente, se mostró escéptico sobre la posibilidad de éxito de una contraofensiva ucraniana en el corto plazo, a la vez que partidario de limitar el tipo de armamento ofensivo a entregar al gobierno de Kiev.
En mayo, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció que Milley será reemplazado desde el 1 de octubre por Charles Brown, actual jefe de la Fuerza Aérea estadounidense.
Papa Francisco rechazó las “batallas ideológicas” en la iglesia
La reunión tendrá la particularidad ya anunciada por el Vaticano, y por decisión de Francisco, que habrá 54 mujeres con derecho a voto, algo reservado a los hombres hasta este año, entre los 365 participantes con posibilidad de sufragar.
El papa Francisco rechazó este miércoles las “batallas ideológicas” en la Iglesia al celebrar en la Plaza San Pedro la misa de apertura del Sínodo, que durante octubre reunirá a más de 450 participantes laicos y religiosos para debatir sobre al futuro del catolicismo, y al que se oponen los sectores conservadores de la Curia.
“Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas”, planteó el pontífice hoy en su homilía de apertura de los trabajos que se extenderán hasta el 29 de octubre, con la participación directa de 464 miembros de todo el mundo.
“No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas”, les dijo, luego de que esta semana recibiera una carta pública de cinco cardenales conservadores con críticas a los temas que tratará el Sínodo.
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Así, pidió que los participantes se mantengan lejos de “algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”.
El Sínodo, en el que habrá ocho argentinos como participantes, “no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión”, sostuvo.
En su mensaje a los participantes hombres y mujeres que serán parte de la reunión destinada a debatir, entre otros temas de alto impacto mediático, sobre la acogida de las personas homosexuales y la comunión de personas divorciadas vueltas a casar, el Papa dio líneas del tipo de Iglesia que imagina.
Así, Jorge Bergoglio habló de una Iglesia que, “en medio de las olas a veces agitadas de nuestro tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas, no cede a soluciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda”.
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En una homilía, en la que llamó a que los participantes del Sínodo rechacen el “espíritu de división y de conflicto”, el pontífice volvió a plantear también la apertura de la institución “a todos”, como había hecho en un vuelo al regreso de Portugal en agosto.
“Una Iglesia que acoge. En una época compleja como la actual, surgen nuevos desafíos culturales y pastorales, que requieren una actitud interior cordial y amable, para poder confrontarnos sin miedo”, sostuvo.
De acuerdo con el pontífice, el Sínodo debe mostrar una Iglesia “que no impone cargas y que repite a todos: ‘vengan, todos los que están afligidos y agobiados, vengan ustedes que han extraviado el camino o que se sienten alejados, vengan ustedes que le han cerrado la puerta a la esperanza’”.
Durante la duración del Sínodo de este mes, los miembros trabajarán en grupos lingüísticos y, luego, se dividirán en los denominados “círculos menores” con los que buscarán reflexiones comunes sobre los temas de la reunión.Como miembros argentinos participarán ocho representantes, entre ellos el prefecto del Dicasterio para la Congregación de la Doctrina de la Fe, el futuro cardenal Víctor Manuel Fernández y el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Ojea, quienes encabezan la lista que incluye además a los arzobispos de Mendoza, Marcelo Colombo, y de Bahía Blanca, Carlos Azpiroz Costa.
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Los otros obispos que formarán parte del encuentro son el obispo de La Rioja Dante Braida y el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, quien el 30 de septiembre será designado formalmente cardenal.
También estarán, como expertos, los reverendos Pedro Brassesco y Carlos Galli.El Vaticano publicó el mes pasado el denominado “Instrumentum laboris” para el “Sínodo de la Sinodalidad”, que incluye preguntas a los participantes sobre el celibato opcional, el acceso de la mujer al diaconado, la acogida de divorciados o el colectivo LGTBQ+ en la Iglesia, cambios profundos en la estructura institucional de la Iglesia, el papel del primado de Pedro, cómo aprender de otras comunidades cristianas e, incluso, la creación de un ministerio específico para el cuidado de los “descartados”.
La reunión tendrá la particularidad ya anunciada por el Vaticano, y por decisión de Francisco, que habrá 54 mujeres con derecho a voto, algo reservado a los hombres hasta este año, entre los 365 participantes con posibilidad de sufragar.
Además de la presencia argentina y de expertos de los cinco continentes, otro punto relevante es la participación, también decidida por Francisco, de dos obispos chinos, pese a que el Vaticano y el gigante asiático no tienen relaciones diplomáticas: se trata del prelado de Jining/Wumeng, Antonio Yao Shun; y del de Zhoucun, Giuseppe Yang Yongqiang.