El documental “El silencio de los hombres” explora la construcción de la masculinidad
Lubarsky, que dirigió numerosos cortos, tiene como centro del relato los testimonios de varios hombres, que cuentan su experiencia de vida y su mirada sobre la construcción de lo que significa ser hombre.
La formación, el deseo, los mandatos y la violencia que sufren y practican los varones son abordados en “El silencio de los hombres”, de Lucía Lubarsky, que mañana se estrena en el Cine Gaumont, del barrio porteño de Congreso.
La ópera prima de Lubarsky, que dirigió numerosos cortos y la serie documental “Nosotras”, tiene como centro del relato los testimonios de varios hombres (que también incluyen a familiares cercanos a la directora), que cuentan su experiencia de vida y su mirada sobre la construcción de lo que significa ser hombre.
Desde una serie de interrogantes que guiaron el trabajo de Lubarsky, el relato es paciente con los entrevistados que desgranan sus historias frente a cámara o en reuniones de hombres en donde los protagonistas parecen olvidar el registro documental y polemizan, muestran sus inseguridades y también sus certezas.
Policía de la Ciudad desalojó más de 25 familias en Monserrat
Si bien el operativo empezó muy temprano, cerca de las 17 todavía había gente dentro del edificio embalando algunas pertenencias y esperando una respuesta sobre dónde llevar a sus mascotas.
La policía de la Ciudad inició esta mañana un desalojo a más de 25 familias que vivían en un inmueble ubicado en el barrio porteño de Monserrat, personas que serán albergadas de manera temporal en una dependencia del ejecutivo local, pero a la que no pueden llevar sus pertenencias ni sus mascotas, por lo que todavía permanecen en el lugar.
Desde las 7, la calle México entre Bolívar y Defensa fue vallada completamente mientras que cerca de diez agentes de la fuerza policial notificaron a los habitantes del inmueble sobre el desalojo ordenado por la justicia, situación ante la cual los vecinos cerraron las puertas y se resguardaron en el interior del mismo.
Cerca de las 16, la calle se mantenía cerrada y con consigna policial y, en el lugar un camión de mudanza se disponía a trasladar las pertenencias de las familias desalojadas a “unos galpones o depósitos, pero no nos explicaron bien”, relató en diálogo con Télam Lidia, de 53 años.
El Argentino
Si bien el operativo empezó muy temprano, cerca de las 17 todavía había gente dentro del edificio embalando algunas pertenencias y esperando una respuesta sobre dónde llevar a sus mascotas.
“Salí a las 5 de la mañana porque tuve que ir al (hospital) Ramos Mejía por un control médico, cuando volví ya me encontré con la policía que no me dejaba pasar y lo único que me repetían es que había una orden de desalojo”, precisó la mujer que se encontraba en la esquina de su casa, en silla de ruedas por una lesión en su pierna derecha.
Lidia habitaba el inmueble de México 529 desde hace unos 25 años y aseguró que, tanto ella como el resto de los inquilinos le pagaban el alquiler a una mujer llamada Marta Busi y que hace “un par de meses” uno de los habitantes del inmueble aseguró ser el dueño legítimo del lugar y comenzó a exigir el pago por las habitaciones, situación que “enojó al resto que lo terminaron echando del lugar” y desde ahí dejaron de abonar.
“No me dejan entrar ni a buscar mis cosas y si me sacan de acá no tengo adonde ir y tampoco la posibilidad de acceder a un alquiler. Cómo voy a conseguir una garantía si no tengo ni trabajo en blanco”, se preguntó angustiada la mujer que vive en una de las habitaciones con su hija y no tiene familiares que la puedan alojar “ni por un tiempo”.
El Argentino
Cerca de las cuatro, la mujer explicó que según otra de las vecinas que ya fue trasladada el lugar donde los van a alojar “son unas habitaciones armadas en containers, puestas debajo de la autopista, muy chiquito, pero lo peor es que no me dejan llevar a mis mascotas, no sé qué hacer”.
“Tampoco me explican qué van a hacer con las cosas, dicen que las van a llevar a esos galpones, pero después yo sé cómo termina esto, no voy a recuperar nunca más mis pertenencias”, señaló angustiada la mujer.
“Esta mañana la policía valló la cuadra y nos vino a decir que nos teníamos que ir, nos mostraron un papel que supuestamente es una orden de la justicia, pero la verdad es que no tenemos donde ir, no podemos ni pagar un alquiler convencional ni tampoco conseguir los requisitos que piden”, aseguró una mujer identificada como Rosa, también inquilina del sitio.
El inmueble consta de dos pisos y una terraza, los habitantes alquilan una habitación privada y comparten el baño y la cocina. Los vecinos consultados en el lugar no coincidieron en la cantidad de familias que viven allí, pero sí en que son más de 25, muchas de las cuales tienen chicos.