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Análisis

El crimen de la periodista correntina puso sobre la mesa abusos policiales y femicidios

Griselda Blanco desarrollaba una profusa actividad en Curuzú Cuatiáy en los últimos días había realizado denuncias por mala praxis en el hospital y por abusos policiales.

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Por Eduardo Silveyra

Griselda Blanco desarrollaba una profusa actividad en Curuzú Cuatiáy en los últimos días había realizado denuncias por mala praxis en el hospital y por abusos policiales. Su femicidio no pasa desapercibido en una provincia donde los colectivos feministas tienen fuertes reclamos a la justicia.

La ciudad correntina de Curuzú Cuatiá vive horas de conmoción por el asesinato de la periodista Griselda Blanco, hallada muerta por uno de sus hermanos con signos de tortura, golpes en la cara y estrangulada, el sábado.

Griselda formuló serías denuncias contra el Hospital de esa ciudad por una mala praxis en la que resultó muerta la joven Débora Serrano. En el último posteo en su muro de Facebook, realizado a las 2 y 30 del día anterior a su asesinato, se podía leer un reclamo de justicia por la víctima.

Blanco conducía programas de prensa en radios y además producía transmisiones en vivo en programas de medios locales, donde además de la denuncia que involucra al hospital, ahora intervenido, también había señalado al comisario de Sauce, un pueblo vecino a Curuzú Cuatiá, por malos tratos y por el abuso sexual de una efectiva de la seccional. Por ese motivo, Griselda recibió amenazas y una carta documento del comisario, en la que la instaba a retractarse y de no hacerlo, iniciarle una demanda civil por calumnias e injurias.

En un primer momento la muerte fue caratulada como suicidio, pero tras la intervención de los forenses, se cambió por homicidio, motivo por el cual fue detenido su ex pareja, Armando Jara, también periodista con el cual, a pesar de haber roto el vínculo afectivo, continuaban trabajando juntos. Los hijos de Griselda, desvincularon a Jara de los hechos.

Ella me pidió que si le llegaba a pasar algo, que no tuviera dudas en denunciar porque ya se sabía de dónde vendría el ataque. Con Armando tenían una relación de ida y vuelta y a veces discutían con cierta violencia. Se trató de un femicidio, pero, tampoco se trata de que resuelvan el caso metiendo preso a un perejil, porque está el tema del hospital donde murió Débora y la denuncia contra el comisario, que la presionaba para que revelara las fuentes que lo complicaban en los abusos”, sostuvo Silvia Casarrubia, abogada y amiga de Griselda.

El temor de Casarrubia no es infundado, Corrientes es una provincia donde existe cierto blindaje judicial, cuando el poder o los hijos del poder cometen un acto delictivo. Tal como ocurrió con Ariel Malvino, cuando en la playa brasileña de Ferrugen, fue asesinado por tres rugbiers correntinos (Carlos Andrés Gallino Yanzi, Horacio Antonio Pozo y Eduardo Braun Billinghurst) hace 17 años. Nunca fueron juzgados, eludieron a la justicia y hasta el día de hoy permanecen libres.

El expediente está aún bajo secreto de sumario y es investigado por la fiscal María José Barrero Sahagún, titular de la Unidad Fiscal de Recepción y Análisis de Casos (Ufrac), la cual ordenó la intervención de la Policía Federal Argentina (PFA), luego de tomar conocimiento de las denuncias realizadas por Griselda. La fiscal Barrero Sahagún, a la vez ordenó realizar peritajes en los celulares y en las notebook de ella y Jara, como así también investigar las amenazas policiales recibidas. La investigación quedó a cargo de agentes de la División Homicidios de la PFA, quienes viajaron especialmente para sumarse a los trabajos del Departamento Investigaciones de Corrientes. El comisario inspector Ricardo Juri, es quien lleva adelante las pesquisas por parte de los federales.

La comunidad entera de Curuzú Cuatiá a través de las redes, pide el esclarecimiento del crimen y justicia por alguien que nunca se callaba y decía la verdad. En relación a los femicidios cometidos en Corrientes en lo que va del año, se han registrado cuatro víctimas, cifra que con el crimen de Griselda aumenta a cinco, superando en ese lapso a todos los cometidos durante el año 2022. En ese aspecto, diferentes colectivos feministas de la provincia, reclaman una urgente reforma judicial transfeminista, para que jueces y jueces den respuestas y soluciones ante estos hechos, a la vez que exigen que cumplan debidamente sus funciones. Consultadas por los medios, también resaltaron que “es vital el acceso de mujeres y diversidades transfeministas a cargos de decisión en el Poder Judicial”.

Si vivís una situación de violencia de género o conocés a alguien que necesite ayuda llamá gratis al 144, mandá un mensaje al 11 5050 0147 o por WhatsApp al +54 911 2771 6463. También podés descargar acá una app para recibir ayuda de profesionales.

Análisis

El programa político: ganar la calle

La movilización convocada para escuchar a Cristina fue sencillamente impresionante. Por la cantidad de personas que reunió, a pesar de las condiciones climáticas, y por la calidad de sus significancias políticas.

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Por Demetrio Iramain

La movilización convocada para escuchar a Cristina fue sencillamente impresionante. Por la cantidad de personas que reunió, a pesar de las condiciones climáticas, y por la calidad de sus significancias políticas.

Descartada por ella misma su candidatura a la presidencia, debido a la proscripción impuesta por el Partido Judicial, sin un conflicto o reclamos puntuales sobre los que intervenir con la movilización, haber generado esa concentración es de una magnitud difícil de medir todavía.

A propósito, la movilización fue realizada el jueves 25 de mayo, con la excusa de celebrar los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia. Esa celebración coincidió con otro aniversario: los 50 años del ascenso de Héctor Cámpora.

A medio siglo del devotazo, la liberación de los presos políticos producto de la presión popular, y el comienzo del fin de la proscripción del peronismo, el país se encuentra a las puertas de ingresar a otra de nuevo tipo, aunque también con presos y procesados políticos.

La primavera que inauguró aquel triunfo popular de mayo de 1973 duró poco. La algarabía que rodeó la salida de la dictadura, no pudo evitar que menos de tres años después el país ingrese definitivamente a su noche más brutal, precedida por los crímenes de la Triple A.

Las contradicciones que contenía Perón se pusieron muy espesas a partir de su muerte y el genocidio que sobrevino luego fue la evidencia de que el capitalismo ya no disponía de ningún dique para conducirlas y resolverlas.

La muerte clandestina y sistemática fue el modo al que el capital debió descender para mantener su tasa de ganancia.

¿Acaso la decisión de Cristina nos está advirtiendo sobre dificultades aún mayores que una candidatura censurada por el Partido Judicial, en un escenario electoral dividido en tres tercios, y un eventual triunfo del peronismo aunque muy ajustado?

Nunca son iguales dos hechos o momentos de la historia. Menos aún si nos separa entre ellos una distancia de medio siglo. Pero cuántas enseñanzas nos deja su profundo análisis, lo más desapasionado posible.

El fanatismo también precisa de nuestra furia fría. Así, la movilización del jueves 25 de mayo excedió las implicancias electorales y se convirtió en un decisivo acto de defensa propia y cuidado del futuro a construir.

Porque, a no dudarlo: el verdadero candidato es el proyecto. El proyecto es el pueblo. Y el programa, estar en la calle. Sin esa condición ya no serán posibles ni uno, ni el otro, ni el otro.

El pueblo tiene una oportunidad todavía y depende de todos nosotros: vos, él, ella, y yo también. Somos nuestra única fortaleza. No es poco.

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