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Cambio climático

Impresionantes imágenes de Cataratas tras la crecida del río

Los circuitos de Cataratas continúan cerrados mientras avanzan las tareas de recuperación. Se rehabilitará a la visita sin el acceso al Circuito Garganta del Diablo, hasta que el caudal del río descienda a los 10,000 m³/segundo», precisaron desde el Parque Nacional Iguazú y recordaron que hasta este miércoles se mantenía en 14,000 m³/segundo.

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El Parque Nacional Iguazú informó este jueves que avanzan las tareas de «recuperación y limpieza» en los circuitos superiores e inferiores de las pasarelas de la Cataratas, aunque aún permanecen cerradas el acceso al público y el circuito de «Garganta del Diablo» estará restringido hasta que el caudal del río descienda hasta los 10 mil metros cúbicos por segundo, indicaron desde la institución.

Después de los primeros informes técnicos y debido a la disminución del nivel de agua del río Iguazú, se logró evaluar el alcance de los daños causados por la creciente, detalló el Parque Nacional Iguazú.

Foto Norma Devechi
Foto: Norma Devechi

En ese marco, precisaron que este miércoles se iniciaron las «tareas de puesta en condiciones de las infraestructuras de los circuitos superior e inferior» del parque.

Además, detallaron que el «circuito superior se ha visto afectado en algunos tramos debido a la creciente extraordinaria del río Iguazú, por lo que es muy posible que a partir de la reapertura se pueda recorrer parcialmente», señalaron.

«El área Cataratas del Parque Nacional Iguazú se rehabilitará a la visita sin el acceso al Circuito Garganta del Diablo, hasta que el caudal del río descienda a los 10,000 m³/segundo», precisaron y recordaron que hasta este miércoles se mantenía en 14,000 m³/segundo.

Foto Norma Devechi
Foto: Norma Devechi

«Una vez que el agua baje a un nivel seguro para preservar la seguridad del personal que lleva adelante las tareas, se realizará un sobrevuelo adicional para visualizar, reevaluar y actualizar los datos de daño en el circuito», indicaron desde la institución.

Agregaron que «en esta etapa de reacondicionamiento, mantenimiento y limpieza, la seguridad de los trabajadores que realizan las tareas de restauración es una prioridad, garantizando los más altos estándares de calidad».

Sobre los daños en los tramos indicaron que «un nuevo sobrevuelo proporcionará una mayor certeza sobre la ubicación de los tramos afectados por la corriente del agua».

Foto Norma Devechi
Foto: Norma Devechi

«Esto será fundamental para dimensionar el funcionamiento del sistema de anclajes y planificar las tareas de recuperación de las pasarelas, con el objetivo de habilitar nuevamente el Circuito Garganta del Diablo para el disfrute de los visitantes», remarcaron.

En tanto, este jueves el Parque Nacional Iguazú «continuará cerrado a la visita», mientras se prevé una «recorrida técnica junto al personal de Parques Nacionales, la empresa concesionaria de servicios Iguazú Argentina S.A. (IASA), prestadores de servicios y actores vinculados al sector turístico que conforman la Mesa Coordinadora del Área Cataratas».

«El personal del Parque Nacional Iguazú y la concesionaria continúan trabajando para poner en condiciones los circuitos y pasarelas lo antes posible, con el objetivo de que turistas de todo el mundo puedan visitar las Cataratas del Iguazú en su máximo esplendor», concluyeron.

Cambio climático

Más drama: vuelven las lluvias al sur de Brasil

Según el último balance de Defensa Civil, 408.000 personas salieron de sus hogares, de las cuales más de 70.000 están en centros de abrigo.

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El sur de Brasil no conoció tregua: la lluvia se abatió de nuevo este viernes sobre Porto Alegre mientras la población se esforzaba por recobrar algo de normalidad, a la vez que el número de desalojados por las inundaciones se duplicó en las últimas horas.

Las torrenciales lluvias que cayeron desde fines de abril provocaron crecidas de ríos en el estado Rio Grande do Sul y afectaron a casi dos millones de personas, con un saldo de 116 fallecidos y 756 heridos. Con 143 personas aún desaparecidas, las autoridades temen que el total de víctimas siga aumentando, mientras la región se prepara para precipitaciones “intensas” el fin de semana.

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El número de personas obligadas a abandonar sus hogares por la catástrofe -que expertos y el gobierno brasileño vinculan al cambio climático-, casi se duplicó en las últimas 24 horas. Según el último balance de Defensa Civil, 408.000 personas salieron de sus hogares, de las cuales más de 70.000 estaban en centros de abrigo. En algunos de ellos, las autoridades trataban de instaurar el orden tras denuncias de robos y violencia.

La capital Porto Alegre intentaba recuperar cierta normalidad, con un número mayor de comercios abiertos y un fuerte tránsito tras un descenso de las aguas, constató la AFP. Pero la lluvia volvió a caer con fuerza a media mañana. La región esperaba precipitaciones con “vientos intensos y caída de granizo” este viernes, según el Instituto Nacional de Meteorología.

El sitio especializado MetSul Meteorologia informó de “un nuevo periodo de intensa inestabilidad” atmosférica, con acumulados de precipitación que podían llegar al lunes hasta 200 mm en esta ciudad del sur brasileño. El agua potable envasada sigue siendo un bien muy escaso. Los camiones cisterna que abastecen a refugios, hospitales, edificios y hoteles circulan sin cesar. Muchos restaurantes y tiendas de venta de alimentos preparados permanecían cerrados ante el corte en el suministro de agua.

Más allá de la tragedia humana, la violencia de las aguas dañó o destruyó más de 85.000 viviendas y sus efectos devastadores son visibles para la economía de Rio Grande do Sul, un estado agrícola y ganadero con el quinto PIB entre los estados brasileños. En las regiones arroceras que rodean Porto Alegre, el nivel de las aguas mantiene los cultivos inaccesibles. Si bien en algunas plantaciones de arroz -un cultivo que requiere de anegamiento- comenzaban a verse las pequeñas plantas, otras estaban completamente bajo agua.

El arroz es una de las principales producciones de Rio Grande do Sul. También es un alimento tradicional en la mesa de los brasileños. Los cultivos de “arroz hasta con dos metros de agua se perdieron”, afirmó Daniel Dalbosco, que tenía 300 hectáreas de campo en Eldorado do Sul, al oeste de Porto Alegre. Sus vecinos “perdieron entre 40 y 50 hectáreas. Fue muy, muy complicado”, agregó a la AFP.

El desastre en Rio Grande do Sul fue producto del “golpe doble” del cambio climático y el fenómeno meteorológico El Niño, afirmó Clare Nullis, potavoz de la agencia de la ONU sobre meteorología OMM. “Incluso cuando El Niño se desvanezca, los efectos de largo plazo del cambio climático están con nosotros. Cada incremento de una fracción de un grado de temperatura significa que nuestro clima se hará más extremo”, dijo Nullis en rueda de prensa en Ginebra. “El clima está en esteroides” y las inundaciones extremas, las sequías y olas de calor intensas continuarán, afirmó. “Cuando estamos en guerra con la naturaleza (…) La naturaleza contraataca y desafortunadamente golpeó a Brasil”, dijo Nullis.

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