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Consumo

Continúa la caída de las ventas en la era Milei

Son datos relevados por la Cámara de Comercio y servicios (CAC). Se suma a los datos de la semana pasada de supermercados y mayoristas de enero que dio a conocer el INDEC.

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En febrero de 2024, el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) mostró un retroceso de 3,5% en la comparación interanual, implicando un incremento desestacionalizado de 1,5% frente al mes de enero, es decir, descontando los efectos estacionales habituales del consumo a lo largo del año.

Este indicador desarrollado por la CAC refleja la evolución del consumo de los hogares en bienes y servicios finales con una periodicidad mensual.

Al igual que en enero, las elevadas tasas de inflación continuaron impactando en el poder de compra de las personas, profundizando la caída del consumo por la pérdida real de poder adquisitivo.

De esta forma, el IC acumula en los primeros dos meses del año un decrecimiento de 2,7% interanual, dejando atrás el excepcional valor positivo del último mes del año pasado. Continúa la tendencia bajista en las tasas de crecimiento interanual exhibidas por el IC a partir de enero y marcan en febrero 2024 un nuevo valor negativo en el año.

El recorte de asignaciones, subsidios en términos reales, junto con el ajuste de algunas paritarias por debajo del ritmo inflacionario, impactaron negativamente en la capacidad de consumo de las familias, lo cual era esperable en un marco de ajuste fiscal, para lograr el equilibrio o superávit fiscal necesario para evitar el financiamiento monetario y la consecuente inflación resultante.

Esto se da en un escenario económico donde la inflación continúa su proceso de desaceleración, pero registró nuevamente una variación mensual de dos dígitos. En febrero 2024 la mensual fue de 13,2%, con una interanual de 276,2% y una acumulada anual de 36,6%.

Se destaca entre las caídas por rubros, la magnitud y el signo negativo en las interanuales de recreación y transporte, mostrando una disminución del 13,2% y 2,3%, respectivamente.

La tendencia bajista se verifica en las variaciones interanuales, teniendo signo negativo tres de los últimos cuatro meses.

Asimismo, es la segunda mayor caída del Índice de consumo desde marzo de 2021 (solo fue superado por la baja de noviembre de 2023).

La semana pasada el INDEC dio a conocer los índices de ventas de supermercados, mayoristas y shoppings de enero. Todos los índices fueron negativos, mostrando la contracara del apretón monetario: una fuerte recesión y freno de consumo de golpe, algo que hasta puede volverse en contra al Gobierno reduciendo la recaudación como ya se empezó a sentir en la caída en febrero de los impuestos ligados al consumo.

En enero hubo una fuerte caída del consumo en todos los niveles. Una caída del 13,8 % en el índice de ventas totales a precios constantes respecto al enero de 2023 para supermercados.

Adicionalmente, el mismo índice para los autoservicios mayoristas, arrojó una caída de 8,1% interanual, mientras que para los centros de compras (shoppings) la caída fue de 21,3% respecto al mismo mes del año anterior.

Estos índices se suman a los ya informados por cámaras empresariales como la Cámara argentina de la mediana empresa (CAME) quien había informado una caída de 28,5% interanual en su índice de ventas minoristas.

Ahora, la CAC da a conocer el primer dato negativo de febrero.

CABA

¿Cuánto hay que ganar en CABA para ser clase media?

Una familia tipo (matrimonio y 2 hijos menores) necesitó más de $ 1 millón para no ser pobre.

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Una familia tipo porteña necesitó en abril ingresos superiores a $ 1.26 milllones (sin considerar el alquiler) para ser considerada de clase media, según la Dirección de Estadística y Censos de Ciudad de Buenos Aires.

Si alquila, esa misma familia tendría que tener entradas por encima de los $ 1.500.000 mensuales.

Con relación con un año atrás, la línea de pobreza se encareció 295,9% (pasó de $ 208.569 a $ 825.809). Representa un alza superior a la inflación promedio interanual que, en CABA, fue del 292,5%. Así, la inflación golpeó más a las familias de menores recursos.

Por la desaceleración de los precios de los alimentos y la aceleración de las tarifas y los servicios, la canasta básica de la clase media aumentó más que la de indigencia y de pobreza.

El mes pasado, en CABA, hubo fuertes aumentos en los servicios privados y públicos, que en mayor proporción afectan a la clase media, que representaba hasta hace poco la mitad de la población de la Ciudad de Buenos Aires.

Subieron el suministro de agua (181,1%) gas y electricidad (54,1%), servicios financieros (25,9%) prepagas (16%), educación (15,1%), gastos comunes por la vivienda (15,7%) e Información y comunicación (11,7 %).

En abril, la canasta familiar de pobreza fue de $ 825.809 en la Ciudad de Buenos Aires, una suba del 7,8% en relación con los $ 766.146 de marzo. 

El piso para ser considerado de clase media, aumentó de $ 1.157.084 a $ 1.264.441, un incremento del 9,3%.

Por su parte, por la disparada de los precios de los alimentos, en especial pan, frutas y verduras, la línea de indigencia subió de $ 290.411 en diciembre a $ 350.564 en enero, a $ 402.752 en febrero, a $ 442.239 en marzo y a $ 467.177 en abril: un 290,2% por encima del valor de abril 2023 ($ 119.742)

Con estos valores, si a la canasta familiar de pobreza ($ 825.809) se suma un alquiler modesto, una familia tipo (matrimonio y 2 hijos menores) necesitó más de $ 1 millón para no ser pobre.

Los $ 825.809 de la línea de pobreza superan la remuneración promedio nacional de los salarios formales, que en marzo fue de $ 705.832,58, según el RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de Trabajadores Estables). Y muy por encima de los $ 234.315 del salario mínimo, vital y móvil (SMVM) de abril.

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