Por Carlos Del Frade
“La visión y la pasión puesta en el porvenir» es la frase que todavía funciona como saludo de bienvenida en la página web de Vicentin y es la síntesis de una historia que comenzó hace más de noventa años, en los días finales del segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen y durante la gestión de Pedro Gómez Cello, de origen radical, en Santa Fe, el segundo territorio de la Argentina.
La historia oficial de Vicentin habla de los “inicios del grupo agroindustrial”. Allí se puede leer que el nacimiento se remonta “a fines de la década del ’20 con un pequeño comercio de acopio y ramos generales en Avellaneda, localidad situada al norte de la provincia de Santa Fe. Años más tarde, la empresa inicia su actividad con la puesta en marcha de su primera planta desmotadora de algodón y fábrica de aceite resultante de la molienda de semillas de algodón, lino y maní”.
“Estas innovaciones iniciales se fueron potenciando hasta alcanzar dimensión industrial relevante cuando en 1966 se incorpora en la molienda de semillas el proceso de extracción por solventes que condujo que los niveles de producción se incrementaran considerablemente y que la compañía se insertara definitivamente en el sector agroindustrial argentino”, sintetiza en una docena de renglones nada menos que 37 años de historia política, económica y social en la Argentina y Santa Fe.
Para el periodista Juan Melo, “los hermanos Máximo, Pedro y Roberto, llegados desde Italia en 1920, fundaron un pequeño comercio de acopio y ramos generales en Avellaneda, en el norte santafesino, que fue creciendo y años después –en 1937– se convirtió en una primera planta desmotadora de algodón, y en una pequeña fábrica de aceite en 1943”.
Las multinacionales que ahora dominan el comercio de granos, como Cargill, Bunge y Dreyfus, recién comenzaban a instalarse en el país”, sigue diciendo la nota.
Muchos años después, en 1979, la compañía se instaló en San Lorenzo, a la vera del río Paraná. Construyó una nueva planta de extracción con capacidad de 2.000 toneladas por día, que es apenas el 10% de lo que muelen hoy las mayores plantas de la Argentina. Sus sueños como agroexportadora nacerían recién en 1985, con la inauguración de su propia terminar de embarque.
La revista “Forbes”, versión Argentina, en el año 2018, ubicó a la familia Vicentin en el puesto 29 entre los “50 más ricos” del país.
Alrededor de ciento treinta integrantes de un árbol que tiene como principales ramas a las familias Vicentin, Buyatti, Padoán, Nardelli y Boschi.
Semejante estructura familiar tiene infinidad de hechos, luminosos, oscuros y difusos que pueden multiplicarse por una inimaginable cantidad de veces a lo largo de más de noventa años.