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Análisis

María, el nombre de un femicidio anunciado

La mujer había denunciado a su exesposo por amenazas y episodios de violencia de género, pero no se tomaron las medidas de prevención necesarias y el hombre la esperó en la puerta de su casa para asesinarla a balazos.

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Por Néstor Llidó

«El caso de María es un claro ejemplo de una muerte anunciada. Ella lo anticipó y se lo transmitió a todos: ‘Me va a matar’, repitió ante el fiscal y el juez de Garantías, pero nada se hizo y terminó siendo ejecutada a balazos en la puerta de su casa».

María Raquel Hermida Leyenda es la abogada de María Isabel Speratti Aquino, la mujer que atendía su puesto en la feria artesanal de San Telmo, que el último 16 de marzo fue asesinada a balazos en la ciudad bonaerense de Cañuelas por su ex marido, Gabriel Alejandro Núñez, a quien había denunciado reiteradas veces por episodios de violencia de género.

Mientras se aguarda por el juicio contra el femicida ante el Tribunal Oral Criminal Nro. 3 de La Plata, luego del trámite exprés de la investigación que reunió todos los elementos en contra el imputado, la letrada también apunta contra quienes «no evitaron que todo suceda, porque ella pidió ayuda a los gritos y los funcionarios no la escucharon» y de allí que impulsará una denuncia penal contra el fiscal Roberto Berlingheri y el juez Martín Miguel Rizzo.

«Ella hizo todo lo que debía hacer ante las amenazas y agresiones que venía recibiendo. No supieron asistirla, se calificó mal el delito que había cometido Núñez, lo caratularon como lesiones leves agravadas en contexto de violencia de género, cuando en realidad se trataba de un femicidio en grado de tentativa. Este hombre debía estar preso, pero lamentablemente, estaba libre por haber puesto la calificación más baja y la terminó matando«, relató Hermida Leyenda a EL ARGENTINO.

Por lo tanto, luego de asumir la representación de Sacha (el hijo mayor de la víctima) y Rocío Speratti (hermana), constituidos como particulares damnificados en la causa, la abogada feminista anunció que irá más allá de la condena a prisión perpetua contra el femicida Núñez. «El delito mínimo en que incurrieron fue el de incumplimiento de deberes de funcionario público, luego hay que analizar en el debate, si cometieron otro que se les pudiera imputar«, sostiene, en relación a las actuaciones del fiscal Berlingheri y el juez de Garantías de Cañuelas, Martín Rizzo.

La emboscada

María Isabel Speratti Aquino, de 40 años, murió por los balazos efectuados por quien fuera su pareja, quien la emboscó en la mañana del 16 de marzo, cuando salió de su domicilio en el barrio Las Rosas de Cañuelas para acompañar a sus hijos a la escuela. El padre de esos chicos concretó las amenazas previas, le anticipó que la mataría e ideó un plan para consumarlo. Un femicidio anunciado, con todos los agravantes: alevosía, premeditación, uso de arma de fuego y el contexto de violencia de género.

Según consta en el expediente, en julio de 2021 se produjo uno de los ataques, cuando Núñez estranguló a María Isabel Speratti Aquino y ella logró salvar su vida. Lo denunció en la Comisaría de la Mujer, la causa recayó en la Unidad Funcional de Instrucción Nro. 1 Descentralizada de Cañuelas, donde se la caratuló como «lesiones leves», un delito excarcelable.

A pesar de la insistencia ante el fiscal Berlingheri, advirtiendo que estaba «en peligro», no se recalificó la causa, tampoco lo logró luego de presentarse ante el juez Rizzo durante una jornada sobre violencia de género que se realizó en Cañuelas, organizada por la Municipalidad.

Frente a esta «inacción judicial», mediante redes sociales y en contacto con otras víctimas de agresiones de sus ex parejas, María Isabel Speratti Aquino hizo público su calvario como pudo, con las herramientas que encontró y nada fue suficiente. Hoy su nombre integra el listado de femicidios, aunque se haya tratado de un crimen anunciado.

Trámite exprés para el juicio

Después de matar a su ex esposa ante la mirada de los hijos de la pareja, Núñez fue detenido a pocas cuadras cuando intentaba escapar en su auto y tras ser procesado con prisión preventiva, quedó imputado por el delito de «homicidio agravado por el vínculo, uso de arma de fuego y mediando violencia de género y tenencia de arma de guerra».

A Núñez lo espera una segura condena a perpetua y su defensa, en una estrategia dilatoria, busca que no sea sometido a un debate ante el Tribunal Oral Criminal Nro. 3 de La Plata, sino que vaya a una instancia de Juicio por Jurados.

Si vivís una situación de violencia de género o conocés a alguien que necesite ayuda llamá gratis al 144, mandá un mensaje al 11 5050 0147 o por WhatsApp al +54 911 2771 6463. También podés descargar acá una app para recibir ayuda de profesionales.

Análisis

El 1° de mayo y la ultraderecha en Argentina

La lucha por reivindicaciones democráticas y revolucionarias de la clase trabajadora en todo el planeta. 

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El-Argentino-“Trabajo, solidaridad y lucha”, Ricardo Carpani (1961).

Por Julio C. Gambina

La movilización obrera por el Día Internacional de la Lucha de los Trabajadores tiene registro desde 1890 y tuvo su materialización en la Argentina, en simultáneo con los territorios de mayor organización y lucha proletaria, especialmente en Europa y EEUU. 

El capitalismo, en tanto relación social contradictoria, mostraba a fines del siglo XIX la voluntad e identidad por constituir un sujeto y un programa para la revolución y la emancipación social. 

Argentina capitalista

Argentina consolidó su estructura capitalista desde la propiedad terrateniente concentrada, favorecida por el Estado y la ocupación militar de vastos territorios conquistados a los pueblos originarios, junto al ingreso de capital externo y una clase trabajadora mayoritariamente inmigrante desde la segunda mitad del siglo XIX.

La reivindicación principal hacia 1890 remitía a las 8 horas y mejoras en las condiciones de trabajo, algo que se mantendrá en las luchas de años siguientes, contestadas con violenta represión, ejemplo de lo cual son las huelgas patagónicas, en el chaco santafesino, o la semana trágica en contra de la masacre en los talleres Vasena. 

Eran reivindicaciones en contra de la impunidad “gran empresarial”, que venía con jornadas de trabajo en el mundo, que fueron de 16, luego de 12, incluso más en dónde se podía, para recalar en la demanda laboral por una jornada de 8 horas, una temporalidad que a más de un siglo se mantiene, pese al inmenso desarrollo tecnológico, de las fuerzas productivas y de las formas de organización de la producción y la circulación.

Democracia y revolución

Así, el primero de mayo se transformó en una fecha simbólica, expresión de la lucha por reivindicaciones democráticas y revolucionarias de la clase trabajadora en todo el planeta. 

Es un recorrido que transita desde la disminución de la jornada laboral a la revolución, por lo que ya temprano, aun antes de 1890, en 1871, la reacción del poder capitalista adjudicó a la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) la responsabilidad ideológica por la Comuna de París. 

No alcanzaba la lucha por reivindicaciones democráticas y la lucha era por el gobierno y el poder.

La fecha del primero de mayo es síntesis histórica de la tradición reivindicativa y revolucionaria que anida en el Manifiesto comunista, en la AIT y en la obra teórica de Carlos Marx y Federico Engels, especialmente “El Capital”, fundamentación del derecho de los expropiados a la expropiación de los expropiadores.

El primero de mayo es síntesis de la lucha de clases en el régimen capitalista, precisamente desde que las/os explotadas/os promueven la constitución de su proyecto clasista en contra de la explotación. 

Claro que desde el origen aparecen distintas concepciones sobre la sociedad a construir y contra quién y cómo luchar. A esa diversidad la llamamos “fragmentación”, que es parte de la búsqueda del camino efectivo para las transformaciones necesarias, democráticas y revolucionarias. 

Es un trayecto que puebla de la historia en la tradición anarquista, socialista, comunista, por destacar las principales identidades en el movimiento obrero mundial.

Son búsquedas de un proyecto clasista que recorren la historia de las luchas del movimiento obrero en todo el mundo, con las especificidades nacionales, que en la Argentina se procesa en ruptura con la tradición universal con la emergencia del peronismo hacia 1945, hegemonía desde entonces en la clase obrera y el movimiento popular.

Podemos afirmar que, desde el origen, el movimiento obrero busca su lugar en la confrontación con el poder concentrado del capital, y en ese camino se han construido estrategias y tácticas que animaron el debate entre anarquistas, socialistas, comunistas, en diversas variantes en su interior, incluso, corrientes que reivindicaron objetivos inmediatos y se asocian a una concepción sindicalista, mutualista o cooperativista, en donde también conviven diferentes estrategias y tácticas para su desarrollo.

El capitalismo, en tanto relación social supone contradicción y confrontación entre las clases sociales propietarias de medios de producción y de quienes solo tienen la posibilidad de ofertar su fuerza de trabajo para obtener compensación dineraria para resolver en el mercado la satisfacción, a veces, de manera miserable, de los bienes y servicios que hacen a la reproducción de la vida propia y de la familia trabajadora.

La ofensiva del capital

Pero el capitalismo cambió con la acumulación de poder obrero y popular y concedió reivindicaciones, especialmente luego del 1917 y el ciclo de revoluciones hasta fines de los años 70 del siglo pasado, en lo que hemos denominado un tiempo de “defensiva” capitalista. 

Muchas son las conquistas del movimiento obrero y popular desde las primeras formulaciones hacia 1848 y que fueron inspiración programática y de consignas de los primeros de mayo desde 1890.

La lucha y organización obrera y popular colocó a la defensiva al proyecto del capital.

Ante esa inmensa acumulación de poder popular, que afectaba seriamente la tasa de ganancia hacia fines de los 60 y comienzos de los 70 del Siglo XX, la respuesta del poder capitalista adquirió la forma de una fortísima y violenta “ofensiva”, la que se desplegó en inicio como terrorismo de Estado en Sudamérica, para constituirse en “modelo” de disciplinamiento del movimiento obrero y popular con la restauración conservadora en Gran Bretaña y EEUU; extendida al mundo europeo en los 80 y al mundo con la caída de la URSS en los años 90 del siglo pasado.  

El capitalismo dejaba su temporalidad a la “defensiva” y construía un nuevo tiempo de ofensiva por la universalización del régimen del capital, lo que significaba desarmar las conquistas democráticas y revolucionarias logradas en una lucha más que centenaria.

Ahora, la “defensiva” era del movimiento obrero y popular. Es un tiempo de más de medio siglo de reestructuración regresiva del orden capitalista desde 1973, que tiene su expresión en la flexibilización laboral y salarial, la precariedad laboral, la pérdida de ingresos salariales y del conjunto de los sectores populares; con pérdida de derechos sindicales, sociales, colectivos, individuales, agigantando la desigualdad en la apropiación del ingreso y de la riqueza.

Es una dinámica que incluyó la complicidad de las burocracias sindicales, políticas e intelectuales gestadas en tiempo de ofensiva popular, quienes cultivaron una concepción más cercana a la negociación y la conciliación de clases en términos de demandas democráticas postergando el programa por la revolución. 

Cada proceso nacional tiene sus matices al respecto, que bien vale considerar en tiempos de recreación de una estrategia para el movimiento obrero y popular ante los límites de la lógica de acumulación capitalista emergente a la salida de la crisis de los 60/70. 

El neoliberalismo que inició como ensayo en Sudamérica tiene límite en la crisis capitalista del 2007/09, agravada en tiempos de pandemia y de guerras y militarización del presente, lo que se manifiesta en desaceleración económica en un marco de crecimiento del gasto militar, devastación del medio ambiente, expansión del delito y el capitalismo criminal, con mayor explotación y saqueo. 

La ultraderecha y el disciplinamiento para extender la explotación

Nuestra hipótesis, es que otra vez, desde Sudamérica aparece un nuevo ensayo de relanzamiento de la estrategia ofensiva del régimen del capital, y remito al fenómeno de la ultraderecha en el gobierno de Argentina desde diciembre del 2023.

Este primero de mayo del 2024 desafía al movimiento obrero a discutir una estrategia, que más allá de las fragmentaciones de corrientes y tradiciones, recupere una dinámica de ofensiva popular, recogiendo un programa diversificado en la lucha de estos años, en donde lo democrático, sea la lucha por el ingreso, las condiciones de trabajo; las demandas del feminismo popular o el ambientalismo en contra del modelo productivo de devastación, y que enlace con la perspectiva de un cambio revolucionario en contra de la explotación y el saqueo.

La ofensiva terrorista de Estado de las dictaduras genocidas del sur a inicios de los 70´, tiene ahora proyecto con consenso electoral, para profundizar la lógica de subordinación del trabajo, la naturaleza y la sociedad en el capital, lo que requiere el disciplinamiento de la clase trabajadora a la propuesta liberalizadora del capital.

Es un tema que se juega en el disciplinamiento institucional del régimen representativo y federal a los designios del poder ejecutivo, subordinando y hegemonizando al poder legislativo y al judicial, una dinámica en proceso con el objetivo de consolidarse en próximos turnos de renovación parlamentaria y ejecutiva, hacia el 2025 y 2027.

Hablamos desde la Argentina y la realidad del gobierno Milei, en tanto reencarnación de un proyecto restaurador del poder oligárquico imperialista que pretende subordinar a las derechas locales en todas sus variantes detrás del programa de máxima del capital trasnacional, además, con pretensión de constituirse en modelo global para superar la crisis presente del capitalismo.

El movimiento popular en la Argentina, en la resistencia que hoy manifiesta al ajuste y la regresiva reestructuración capitalista, necesita recuperar su historia y desde la diversidad, reagruparse en la construcción de un proyecto político que recoja las tradiciones combativas nacionales y articule con procesos similares en la región y el mundo. Se trata de construir un programa y una estrategia de cara al primero de mayo y su historia, para hacer realidad en el presente las reivindicaciones democráticas y revolucionarias en la perspectiva de una sociedad sin explotación.

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