Decenas de miles de personas volvieron a salir hoy a las calles en Israel para protestar por 14va. semana consecutiva contra la reforma judicial impulsada por el gobierno de Benjamin Netanyahu, en medio de un incremento de la tensión en la región y tras los ataques de la víspera en Tel Aviv y Cisjordania.
En Tel Aviv, Jerusalén y otras ciudades, los manifestantes hicieron un minuto de silencio por las víctimas de los dos ataques del viernes, en los que murieron tres personas.
Los organizadores de las protestas en Tel Aviv aceptaron el pedido de la policía de cancelar las marchas y piquetes que tenían previsto realizar en la noche de hoy para que no hubiera cortes de calles ante un posible incidente de seguridad, informó el diario The Times of Israel.
En esa ciudad, un turista italiano murió y otras siete personas resultaron heridas después de que un hombre los atropellara con un auto mientras circulaban por la costanera.
La policía israelí aseguró a la agencia de noticias AFP que se trató de “un atentado terrorista contra civiles, embestidos por un coche” y que “el terrorista fue neutralizado”.
El atentado se produjo durante la noche del viernes de shabat (día sagrado de la semana para el judaísmo) durante la semana de las Pascuas judías.
Más temprano, dos hermanas israelo-británicas de 16 y 20 años murieron en un ataque a tiros contra el vehículo por el que circulaban cerca de un asentamiento en el norte de Cisjordania, un territorio ocupado por Israel desde 1967, mientras que su madre resultó herida. La mujer de 48 años está en estado crítico, mientras que el padre, que viajaba en otro vehículo, resultó ileso.
A pesar de estos ataques y la reciente tensión en la región, que llevó a que Israel bombardeara posiciones del movimiento palestino Hamas en la Franja de Gaza y en el sur de Líbano, en respuesta al disparo de decenas de cohetes contra el territorio del Estado hebreo, decenas de miles salieron a las calles en el país.
El brote de violencia se desencadenó el miércoles pasado tras la irrupción de las fuerzas israelíes en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, tercer lugar sagrado del islam, en plenas celebraciones del mes sagrado musulmán del Ramadán.
Las manifestaciones contra la reforma judicial se mantuvieron ya la semana pasada, incluso después de que Netanyahu pusiera en pausa su proyecto.
La reforma promovida por el gobierno, el más de derecha de la historia de Israel, busca incrementar el poder de los políticos sobre los jueces y disminuir el rol de la Corte Suprema.
El 27 de marzo, Netanyahu anunció que la adopción de los distintos proyectos de ley de la reforma se aplazaba a la próxima sesión parlamentaria que se abrirá tras la Pascua judía, cediendo así en parte a las exigencias de los opositores, para que se lleven adelante negociaciones.
De todas formas, para eso tuvo que hacer concesiones a los sectores más conservadores de la alianza que lo colocó como primer ministro y autorizó la creación de una Guardia Nacional a cargo del titular de la cartera de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir.
La Iglesia católica española recopiló el testimonio de más de 900 personas que fueron víctimas de abusos sexuales en su seno cuando eran menores, según lo admitió la institución, en un informe presentado hoy en Madrid.
“Estamos hablando de 927 víctimas que han presentado testimonio”, explicó en la presentación el sacerdote José Gabriel Vera Beorlegui, director de la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Española (CEE), informó la agencia AFP.
Esta cifra está alejada de las 1.957 víctimas registradas por el diario español El País, desde que lanzó una investigación en 2018 y creó una base de datos.
Fue este diario el que hizo saltar el 30 de abril los abusos a menores perpetrados por jesuitas españoles en Bolivia, que causado un escándalo en este país.
En marzo de 2022, la Iglesia española había tomado testimonio a 506 personas, según comunicó entonces.
Estas 927 víctimas acusaron a 728 miembros de la Iglesia, de ellos “la mayoría son clérigos, son sacerdotes” ordenados, precisó Vera Beorlegui, sobre un informe llamado “Para dar luz”, que fue descrito como el primero que realiza la Iglesia española que trasciende públicamente.
De los agresores, el 63% fallecieron y el 36% están vivos, prosiguió el portavoz, situándose los casos más antiguos en los años 1940.
Según un comunicado difundido por la CEE, más del 99% de los agresores eran varones, y entre las víctimas también predominaban los chicos, en un 82,62% de los casos, siendo las niñas un 17,38%.
Vera Beorlegui explicó que “199 testimonios están siendo estudiados en las oficinas para poder culminar con ellos ese proceso pastoral o judicial que sea oportuno”.
La década en la que se recogieron más casos fue en la de 1970, con 172, y los testimonios de abusos más antiguos recopilados son de los años ’40.
“Son los dos primeros casos que hay, personas muy mayores que han venido a contar un relato de abusos cometidos contra ellos”, narró Vera Beorlegui.
El informe se llama “Para dar luz” porque, según explicó el presidente de la CEE, Francisco César García Magán, “quiere que sea una declaración de intenciones y una hoja de ruta”.
A diferencia de países como Alemania, Australia, Estados Unidos, Francia o Irlanda, España no ha culminado ninguna investigación de envergadura sobre este tema, aunque hay dos en curso.
El Defensor del Pueblo (ombudsman) español está realizando la suya comisionado por el Parlamento, y la Iglesia encargó lo propio a un bufete de abogados independiente.