fbpx
Conectate con El Argentino

Entrevista

Lidia Stella Mercedes Uranga: “Mi hijo Alejandro parió a Taty Almeida”

La Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora dialogó con El Argentino en una charla íntima y emotiva en la que transmitió su mensaje de amor y
lucha.

Publicado hace

#

Por Andrea Reyes

Taty Almeida, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, abrió las puertas de su hogar en el barrio de Palermo y también su corazón. Fotos y más fotos en color y blanco y negro, cuadros pintados y hasta una pared con los llaveros que colecciona. La emoción interpela en todo momento, pero ella no pierde la sonrisa y la frescura. Sin dudas es una mujer resiliente que, aún con sus 93 años, tiene un espíritu joven.

Fotos: Eloisa Molina


“Para mí la juventud es un estado. Obvio que con los años hay achaques, pero yo tengo muchos nietos y doy charlas generalmente a jóvenes, entonces eso me ayuda. No me he quedado en mi casa, en realidad, ninguna madre se quedó en su casa. Soy docente y nunca me imaginé que después de tantos años de jubilada iba a seguir ejerciendo la docencia por la vida con un pañuelo blanco en la cabeza”.

-Está contenida por los afectos

-Tengo tres hijos, Jorge, Alejandro y María Fabiana, y nunca les hice sentir que Alejandro es el mejor porque es el que no está. Los tres están igual, pero el agujero no me lo llena nadie. Mis hijos siempre están, lo mismo que mis nietos y ahora mis bisnietas. La familia es grande y muy unida. Yo podía tener la marcha más importante, pero si alguno de ellos decía algún versito en el colegio, llegaba tarde a la marcha, pero yo estaba ahí. Por eso me dicen que estoy recogiendo lo que sembré.

Fotos: Eloisa Molina

-¿Cómo es un día en su vida?

-Yo tengo una consigna: militancia y joda, por supuesto no estoy para ir a un boliche, pero me encanta ir al teatro, salir con amigas, nietos. Te puedo asegurar que en esos momentos veo a mi hijo Alejandro muerto de risa, comentando: «Miren la gorila de mierda en qué se convirtió», y sé que él está muy orgulloso de mí.

-¿Cuándo lo detuvieron él estaba estudiando medicina?

-Sí, él tenía 20 años y estaba cursando el primer año de medicina y trabajaba en el Instituto Geográfico Nacional y en Télam. Antes que nada Alejandro era un militante político. Por eso cuando algún iluminado dice: «por algo será que se lo llevaron», las madres y las abuelas, con mucho orgullo decimos que claramente “fue por algo” que se los llevaron. No fue ni por estúpidos, ni por perejiles.

Fotos: Eloisa Molina

-¿Cómo era su vida antes de la desaparición de Alejandro?

-Toda mi familia era militar. Cuando ese 17 de junio de 1975 Alejandro desaparece, antes del golpe cívico-militar-clerical, él me dijo: «Mamá, mañana no voy a trabajar porque tengo un parcial». Fue lo último que escuché de mi hijo. Al otro día encuentro una agenda y en las últimas 24 hojas, 24 poesías. Las leí una y otra vez; me dejó una a mí, era una despedida, él sabía que iba a morir. Al leerlas, empecé a conocer la otra faceta de Alejandro. Comencé a buscarlo por mi cuenta, no tenía idea a dónde ir, entonces recurrí a mis conocidos.

-¿Cómo fue desconfiar de su propio entorno?

-Mi cabeza no podía concebir que mis conocidos ya eran los responsables. Después de muchos años, un periodista me preguntó qué sentí ese 24 de marzo, y le contesté: «Te lo voy a responder con la mente que tenía antes de ser parida por Alejandro, porque mi hijo parió a Taty Almeida: ‘Al fin se van estos negros de mierda y vienen mis conocidos y voy a recuperar a mi hijo'». 

-Y en el ’79 se acerca a Madres de Plaza de Mayo

-A finales de ese año fuimos con mi hija a la casa de Madres. Me atendió María Adela Gard y me preguntó: «¿Quién te falta a vos?». No importaba política, religión, por fin hice mi catarsis. En un momento le dije, «ay María Adela, qué estúpida que he sido» y me dijo: «Cada madre se acercó cuando fue su momento, y este es el tuyo».

-¿Cómo vivieron el Juicio a las Juntas?

-«Dios mío, al fin empezamos a respirar otro aire», pensábamos. Después, lamentablemente, llegaron las leyes de impunidad, y más tarde le siguió el que no quiero nombrar, que indultó a los pocos que habían sido condenados y quería tirar abajo la exESMA.

Fotos: Eloisa Molina

-¿Quién fue Néstor Kirchner para las Madres, las Abuelas? 

-Como él mismo lo reconoció, es nuestro otro hijo. Fue el primer presidente que nos escuchó y que tomó a los derechos humanos como política de Estado, no de un gobierno. Se derogaron las leyes de impunidad y ahí pudimos seguir juzgando en la Argentina a los genocidas y sus cómplices. Cristina lo continuó. Fueron 10 años de tranquilidad hasta que llegó la primera pandemia, Macri. Y así llegamos hasta acá, y que Dios nos ayude.

-¿Cómo ve el panorama actual?

-Estoy muy preocupada, pero también muy esperanzada que la gente reaccione. Creo que sobre todo los jóvenes que lo han votado, vieron en Milei la novedad. Están fascinados con este loco, que no es ningún loco.

-¿Qué es lo que más rescata de los 40 años de la vuelta a la democracia?

-Lo que más rescato y celebro es que estamos permanentemente eligiendo un gobierno, que no haya más golpes militares. Por eso tenemos que cuidar y fortalecer esta democracia, y también exigir. 

¿Qué les diría a los más jóvenes?

-En las charlas les decimos que lógicamente estamos pasando momentos difíciles, pero que cuando estén un poco caídos, no abandonen la lucha, porque como hacemos y decimos hace 47 años: la única lucha que se pierde es la que se abandona. Tienen que seguir adelante y cuando estén medio desilusionados, decir bien fuerte: «Si las Madres pudieron, por qué no nosotros».

Entrevista

El cáncer no espera: “Necesitamos medicación para vivir”

Al menos siete personas fallecieron en los últimos cuatro meses “esperando su medicación” necesaria para continuar los tratamientos.

Publicado hace

#

Con “miedo, angustia e impotencia” es como atravesó María Celeste Quintana los últimos meses de su tratamiento para un cáncer del sistema linfático que afecta su respiración, cuya medicación -que ronda los 30 millones de pesos- era proporcionada por la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (Dadse), dependiente ahora del Ministerio de Salud, que durante casi cinco meses interrumpió su entrega, al igual que con otras decenas de pacientes oncológicos y de otras patologías severas.

“Tenía mi quimio programada para el 23 de enero. Recién el 12 de abril me entregaron la medicación”.María Celeste Quintana

Celeste tiene 32 años, es oriunda de la localidad bonaerense de Quilmes y es estudiante de Historia y Bibliotecología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En 2019 le diagnosticaron linfoma de Hodgkin, un cáncer del sistema linfático crónico que trata en el Hospital de Clínicas con la medicación que la Dadse le brindó durante un año y medio desde 2022 y que interrumpió en diciembre pasado durante cinco meses.

“Tenía mi quimio programada para el 23 de enero. Recién el 12 de abril me entregaron la medicación”, contó Celeste. Al igual que ella, decenas de pacientes oncológicos o con enfermedades crónicas están a la espera de la medicación que reciben a través de este organismo nacional que otorga subsidios para la adquisición de medicamentos destinados a personas en situación de vulnerabilidad social y sanitaria, que no cuentan con cobertura médica.

Las organizaciones que acompañan a pacientes y familiares en esta situación denuncian que al menos siete personas fallecieron en los últimos cuatro meses “esperando su medicación” necesaria para continuar los tratamientos. En la justicia, mientras tanto, se presentaron amparos judiciales de manera individual y también colectiva para denunciar lo que consideran “mistanasia: la muerte por abandono indigno de personas”.

– ¿Cuál es la enfermedad que estás atravesando?

– Tengo linfoma de Hodgkin, me lo diagnosticaron en el 2019 y me atendí siempre en el Hospital de Clínicas, que es como mi segundo hogar. En mi caso, es un cáncer del sistema linfático ubicado en el pulmón derecho y es un linfoma crónico, siempre va a estar. Cuando me lo diagnosticaron estaba en un nivel cuatro de linfoma, bastante avanzado, y con la quimioterapia lograron reducirlo. Lo que necesito es controlarlo para que no siga creciendo.

– ¿Es para ese tratamiento de control para el que requerís la medicación que entrega la Dadse?

– Claro, es un tratamiento de control que estoy haciendo hace un año y medio, empecé en octubre de 2022 y lo financió la Dadse desde entonces. Para el tratamiento necesito una medicación que se llama Pembrolizumab y no está en el vademecum provincial (de Buenos Aires), sino que tiene que ser a través de la Dadse. Los medicamentos que necesitamos los pacientes oncológicos son muy caros. En mi caso, cada ampolla sale siete millones de pesos y necesito cuatro ampollas por sesión, que son cada seis semanas. Ni aunque tuviese la posibilidad de comprarlos de manera particular podría hacerlo porque son medicamentos que sólo el Estado puede comprar. Dependemos de ellos.

“Demasiado tenemos que pelear contra la enfermedad como para encima tener que pelear contra el sistema, que nos enfermamos o empeoramos porque el Estado no entrega la medicación”.

– Sin embargo, desde noviembre pasado no recibiste la medicación correctamente.

– Exacto. En noviembre de 2023, presenté como siempre los papeles en Dadse para la medicación. Tenía mi quimio programada para el 23 de enero y en general tardaba más o menos 30 días en llegar el medicamento. En ese momento me dijeron que me quedara tranquila, que me iba a llegar con tiempo. Empecé a llamar en diciembre y me decían que estaba en presupuesto y que llame en 15 días. En febrero nos enteramos que la Dadse estaba cerrada. Finalmente perdí mi sesión de quimio (de enero) y solo pude hacerme con una medicación donada pero que era la mitad de la dosis que me corresponde, para salvar el momento. El tema es que los tratamientos de este estilo se tienen que hacer en tiempo y forma porque sino no sirven. No hacerlo es una ventana de tiempo para que la enfermedad avance.

– ¿Cómo viviste estos cuatro meses en que no llegaba tu tratamiento?

– Tenía y sigo teniendo mucho miedo de lo que pueda pasar porque es muy cruel lo que están haciendo. Que digan (desde el Ministerio de Salud) que frenaron la entrega de medicamentos por una auditoría del programa es cruel y no tiene sentido porque, en todo caso, nosotros no somos los culpables. Somos personas que necesitamos la medicación para vivir. Es desesperante la situación, uno no sabe de dónde sacar fuerzas, había semanas en que no me quería levantar. No sé cómo habrá afectado (este tiempo sin tratamiento) al desarrollo de la enfermedad, eso lo dirán los estudios que me tengo que hacer ahora, pero toda esta situación me generó mucha angustia. Estuve estos cuatro meses y todavía sigo con temor porque si bien ahora tengo la medicación (desde el 12 de abril), en poco tiempo tengo que hacer el trámite otra vez y nadie me asegura que se haya regularizado. Hay muchas personas que todavía están esperando desde diciembre, más los casos que se están acumulando estos meses.

– Avanzaron en denunciar en la justicia, ¿hubo alguna respuesta?

– En mi caso, en febrero hice un amparo judicial de manera individual. El 1 de marzo salió a mi favor y el Ministerio de Salud (de Nación) apeló diciendo que mi caso no era su jurisdicción, que correspondía a la Provincia de Buenos Aires. Hace un año y medio venía haciendo este trámite y recibía mi medicación por la Dadse. Aún así, la justicia ordenó que la medicación se me tenía que entregar igual, pero no lo estaban haciendo, como le pasa a muchos otros pacientes. El 12 de abril se presentó un amparo general junto a varias organizaciones. El gobierno dice que nunca se cortó. Nosotros lo único que esperamos es que se solucione porque se trata de una cuestión de vida o muerte. Esperamos que (las autoridades) piensen un poco mejor las cosas antes de hacerlas y provocar todo lo que provocaron. Demasiado tenemos que pelear contra la enfermedad como para encima tener que pelear contra el sistema, que nos enfermemos o empeoramos porque el Estado no entrega la medicación.

Seguir leyendo

Las más leídas

Descubre más desde El Argentino Diario

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo