El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, sostuvo hoy que “la posibilidad de progresar y desarrollarse se concreta con educación pública, gratuita y de calidad”, tras supervisar la recuperación y puesta en valor del edificio en el que funciona una Unidad de Investigación Conjunta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), en el municipio bonaerense de Florencio Varela.
Rossi destacó que “en el edificio que acabamos de recorrer se combinan distintos actores del Estado, como el INTA y la UNAJ” y señaló que “a eso apuntamos y seguiremos apuntando, porque nuestro objetivo principal es seguir generando políticas activas y que la sociedad se apropie de cada uno de estos avances”.
“Esta querida Universidad Arturo Jauretche fue, junto a las de Moreno y José C Paz, la que inició el camino de las universidades de cercanía que tanto bien le vienen haciendo al conjunto de la sociedad argentina”, consignó el jefe de Gabinete.
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Amplió que “había quienes planteaban la duda sobre si esto iba a debilitar a la Universidad de Buenos Aires, pero no fue así, sino que generaron nuevas oportunidades para muchísimos jóvenes” y precisó que “hoy por estas aulas pasan más de 30.000 estudiantes”.
“La posibilidad de progresar y desarrollarse se concreta con educación pública, gratuita y de calidad”, destacó el funcionario.
Rossi recorrió la sede de la Unidad de Investigación Conjunta junto al secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo; el ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez; el presidente del INTA, Mariano Garmendia; el rector de la UNAJ, Arnaldo Medina; y el intendente de Florencio Varela, Andrés Watson.
Allí el jefe de Gabinete dialogó con científicos, investigadores y productores rurales de la región y con estudiantes y docentes de la universidad.
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Bahillo, en tanto, expresó que “no tomamos esto como una ayuda, sino como una obligación de la Secretaría de Agricultura para contribuir a que los argentinos tengan la cantidad y calidad de alimentos suficiente y necesaria en su mesa”.
“Esta no es solo una apuesta por las economías regionales y los pequeños y medianos productores, sino también por la alianza entre el conocimiento y la producción, que nos dará inclusión social, económica y laboral”, completó.
Medina, por su parte, recordó que “este edificio tiene una historia de mucha alegría cuando en 2015 comenzó la construcción”, y señaló que “era una esperanza, una propuesta que para nuestra universidad significaba mucho, pero principalmente para productores familiares de la región que necesitan del apoyo del Estado para llevar adelante su tarea”.
“Después hubo un periodo negro, nos quedó este edificio abandonado y lo mirábamos con mucha tristeza, no podíamos acceder”, refirió y resaltó que “por suerte esa etapa quedó atrás, gracias al aporte del Gobierno Nacional se pudo terminar esta obra y desde aquí reafirmamos la misión de estas nuevas universidades del Bicentenario, que es asegurar el derecho a la educación superior, pero también contribuir al desarrollo y al crecimiento de nuestra región”.
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La Unidad de Investigación Conjunta permitirá articular las capacidades de investigación y vinculación de los equipos de la UNAJ junto a la Estación Experimental AMBA del INTA para promover la innovación y el desarrollo productivo del extenso cordón agrícola que rodea a la región.
Resultarán beneficiados unos 1.500 productores familiares que proveen de alimentos frescos y saludables a toda la comunidad vecina y a los mercados más importantes del país.
En el edificio estarán desarrollando sus actividades las áreas de Investigación y Vinculación de la UNAJ, las carreras relacionadas al desarrollo rural y productivo de la universidad, el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña y Mediana Agricultura Familiar de la Región Pampeana, y otras áreas con especialización en agricultura familiar periurbana dependientes de la Estación Experimental Agropecuaria Área Metropolitana de Buenos Aires del INTA.
Hebe sonríe desde el cielo por la Universidad Nacional de las Madres
La media sanción en Diputados al proyecto que convierte el Instituto Universitario de las Madres (IUNMa) en Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo.
En la madrugada del pasado miércoles 20, la Cámara dio media sanción al proyecto que convierte el Instituto Universitario de las Madres (IUNMa), hasta ahora dependiente del Ministerio de Justicia, en Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo, con mayores grados de autonomía, como cualquier universidad pública. Ese día se cumplían 10 meses de la partida de Hebe, que seguramente se habría puesto muy feliz.
En el actual contexto de una derecha desbocada, que sin tapujos asume los discursos más reaccionarios y retrógrados, y hasta se anima a salir del closet y reivindicar abiertamente a los genocidas cívico-militares, se vuelve especialmente importante el logro legislativo.
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Como era de esperar, la derecha dura que no acompañó el proyecto y votó en contra, mintió para justificar su rechazo.
Resulta, así, un buen ejercicio contrastar la ligereza de sus argumentaciones con los documentos de la historia.
No es cierto que este proyecto legislativo se votó a las apuradas, antes del recambio presidencial. La norma que establece la creación de esta Universidad se encuentra en trámite parlamentario desde hace más de dos años, y su fundamentación no sólo recoge la experiencia del IUNMa, sino también su recorrido anterior: la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, que abrió sus puertas el jueves 6 de abril del año 2000, hace más de 23 años.
No es cierto que la Universidad de las Madres carece de prestigio. No sólo el proyecto educativo tiene alto valor simbólico y político toda vez que es surge de los 46 años de lucha de las Madres de Plaza de Mayo, sino también académico. Cuando se creó la Universidad Popular, en aquel abril del año 2000, con Fernando de la Rúa recién arribado a la presidencia, el reconocimiento fue dado, no por el Estado, sino por los rectores de Universidades de Chile, Salamanca, Cuba y la patagónica Universidad Nacional del Comahue, que avalaron los contenidos curriculares y dictaron clases magistrales. Fue tal la envergadura y la seriedad de aquel proyecto, que los libros de las Madres, en los que ellas relatan su propia historia, entre otros contenidos, se encuentran en la milenaria biblioteca de Alejandría, a solicitud de sus autoridades.
Lo que la conversión del IUNMa en Universidad Nacional dificulta es el proceso de vaciamiento y asalto simbólico a los que el macrismo la sometió cuando gobernó el país. Efectivamente, durante su gestión el ministro de Justicia de Macri, Germán Gravano, nombró a un interventor (un juez de la CABA, Javier Buján), que lo primero que hizo fue eliminar la materia Historia de las Madres de Plaza de Mayo, y cambiarla por otra sobre la historia de Derechos Humanos, en la que la dura, cuestionadora y potente historia de las Madres quedaba resumida a una bolilla insignificante.
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Cuando se apruebe en Senadores, la Universidad de las Madres tendrá mayores grados de autonomía académica, funcional y presupuestaria, tal como lo contempla la ley de Educación Superior. Y se podrá honrar, desde un espacio académico de excelencia, la rica y singularísima experiencia de lucha de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, para que pueda ser objeto de estudio y, esencialmente, motivo de orgullo e inspiración para las próximas luchas populares argentinas. ¿Será eso lo que le molesta a la derecha que intentó sin éxito impedir la media sanción legislativa?