— 🎙️ Resumen de audio generado por IA.

★ Mercedes Cabezas, secretaria general adjunta de ATE Nacional, criticó duramente la propuesta de reforma laboral impulsada por el Gobierno, a la que calificó como una «reforma patronal» que busca legalizar la precariedad laboral existente en el país.

«En primer lugar estoy viendo que no es una reforma laboral, que es una reforma patronal. Lo que nosotros decimos es que intenta cristalizar una situación de precariedad laboral que no es de hoy, que en concreto lleva mucho tiempo, muchos años y muchos gobiernos», sostuvo Cabezas en diálogo con Radio Rivadavia.

La gremialista rechazó la idea de que la solución a la informalidad sea «cristalizarla ni blanquearla», y planteó que el objetivo debería ser «que los trabajadores y trabajadoras que no conocen lo que es un trabajo con derechos efectivamente lo tengan». Para Cabezas, «esta reforma laboral no apunta hacia ese lugar».

Critica el argumento oficial sobre informalidad

Ante el planteo del Gobierno sobre la necesidad de modificar la normativa debido a la alta tasa de empleo no registrado, Cabezas fue enfática: «También en el mundo lo que se está diciendo es que la solución es modificar las leyes a la baja de la situación laboral de los trabajadores y trabajadoras». Como contrapunto, señaló el caso de México, que «acaba de reducir la jornada laboral para crear más puestos de empleo blanco».

Banco de horas y pérdida de control sobre el tiempo

Entre las cláusulas más problemáticas, la dirigente sindical destacó el «banco de horas», una figura que permitiría al empleador determinar cuándo y cuántas horas trabaja cada persona. «Que el empleador te tenga que decir qué días trabajás, cuántas horas y vos no tengas el uso de tu tiempo, de tu vida, es una barbaridad, porque el tiempo es lo que nadie te devuelve», afirmó.

Fin de la ultraactividad: poder discrecional para el Gobierno

Otro punto de fuerte crítica fue el fin de la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo. Cabezas explicó que actualmente, cuando un convenio vence y no se renueva, sigue vigente hasta que se negocie uno nuevo. Según la reforma, esto cambiaría: «Si la Secretaría de Empleo no está de acuerdo con alguna cláusula del convenio, la puede dar de baja», detalló.

Para la secretaria adjunta de ATE, esto equivale a decirle al trabajador: «Decime, gobierno, cómo querés que trabaje, y entonces yo trabajo en función de lo que vos decís que hay que hacer». La reforma obliga a renegociar los convenios vencidos en el plazo de un año y otorga poder a la Secretaría de Empleo para intervenir en ese proceso.

«¿Quién genera la riqueza?»

Cabezas cuestionó el enfoque de la reforma y planteó un interrogante central: «¿Dónde ponés el eje? ¿El empleador el que te da trabajo o la clase trabajadora la que genera la riqueza? Porque si la clase trabajadora genera riqueza, entonces tiene derecho a discutirla. Si es el empleador el que como una dádiva te da el trabajo y vos sos el esclavo de ese trabajo, entonces tiene derecho a ponerte las condiciones que quiera».

Ausencia de regulación para plataformas digitales

Finalmente, la gremialista señaló como «muy extraño» que la reforma no contemple la situación de sectores de trabajo precario como las plataformas de delivery (Rappi o Pedidos Ya). «Lo que no puedo entender es por qué, por ejemplo, los Rappi y los Pedidos Ya, todos los que están hoy trabajadores en negro, no van a estar contemplados en la reforma laboral», expresó.

Cabezas atribuyó esta omisión a una «falsa mirada del emprendedurismo en la Argentina» y recordó que «en el mundo se está debatiendo la posibilidad de un convenio para trabajadores de plataformas».

Puntos clave:

• ATE calificó la reforma laboral como «patronal» y denunció que busca legalizar la precariedad
• El «banco de horas» permitiría al empleador definir cuándo y cuánto trabaja cada persona
• Se eliminaría la ultraactividad de los convenios, dando poder a la Secretaría de Empleo para vetar cláusulas
• La reforma no incluye regulación para trabajadores de plataformas digitales como Rappi o Pedidos Ya
• Cabezas planteó que el debate debe centrarse en si los trabajadores generan riqueza o son receptores de «dádivas»