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Petro le respondió a Trump y advirtió: “Atacar nuestra soberanía es declarar guerra”

Un conflicto en escalada: amenazas militares y un clima regional que vuelve a encender alarmas.

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La tensión entre EEUU y América Latina volvió a subir varios grados después de que Donald Trump, en una conferencia desde la Casa Blanca, volviera a recurrir al libreto militarista para hablar de Colombia y Venezuela. Esta vez, el exmagnate devenido presidente apuntó directamente contra Bogotá, afirmando que el país “produce cocaína” y que quienes “tienen plantas de fabricación” quedan “expuestos a ataques”.

La respuesta del presidente colombiano, Gustavo Petro, no tardó ni una hora: “Atacar nuestra soberanía es declarar guerra”.

Un Trump fogoneando el clima bélico

En plena escalada con Venezuela, que ya incluyó ejecuciones extrajudiciales de embarcaciones por parte de fuerzas estadounidenses, Trump decidió sumar presión sobre Colombia, insinuando que podría ordenar ataques en territorio colombiano para “destruir laboratorios de cocaína”.

La frase “empezaremos con ataques por tierra” dirigida previamente a Venezuela ya había generado inquietud en la región, pero ahora el mandatario republicano amplió el blanco y volvió a instalar la lógica intervencionista que Washington aplicó históricamente en Centroamérica y el Caribe.

Petro, en modo confrontativo: “Destruimos un laboratorio cada 40 minutos”

Petro salió a contestar en X, su canal predilecto para fijar postura diplomática sin intermediarios. Con datos en mano, el presidente colombiano buscó desmontar el argumento trumpista y exponer la exageración que el republicano presenta como diagnóstico.

“Venga, señor Trump, lo invito a Colombia para que participe en la destrucción de los 9 laboratorios diarios que hacemos para que no llegue cocaína a EEUU. Sin misiles he destruido 18.400 laboratorios en mi gobierno.”

El mensaje apuntó a dos frentes: por un lado, la idea de que Colombia está reduciendo activamente la infraestructura narco; por el otro, la denuncia implícita de que el problema de consumo en EEUU no se resuelve con bombas, sino con políticas públicas.

“No amenace nuestra soberanía porque despertará al Jaguar”

El cierre de Petro encendió todas las alarmas diplomáticas:

“No amenace nuestra soberanía porque despertará al Jaguar. Atacar nuestra soberanía es declarar guerra, no dañe dos siglos de relaciones diplomáticas”.

La metáfora del Jaguar remite a una larga tradición latinoamericana: la de líderes que reivindican la autodeterminación frente a los intentos de intervención estadounidense. Y también habla del clima geopolítico actual, donde Milei en Argentina, Noboa en Ecuador y sectores de derecha en Brasil se alinean sin fisuras con la Casa Blanca, mientras Colombia mantiene una postura autónoma y Venezuela se mantiene como el punto de mayor conflicto.

Un escenario regional que puede escalar

La declaración de Trump no es un hecho aislado: llega en el marco de una confrontación abierta con Nicolás Maduro y de ejercicios militares crecientes en el Caribe. Washington sostiene la narrativa del “narcoestado” venezolano, mientras Caracas responde con gestos performáticos, desde los bailes de “changa tronic” hasta discursos desaf desafiantes, y alerta sobre una posible operación militar estadounidense.

Con su mensaje, Petro deja claro que Colombia no piensa habilitar ningún tipo de intervención extranjera en la región y que no permitirá que el discurso trumpista coloque a su país como territorio habilitado para ataques preventivos.

Geopolítica 🌎

Lev Tahor en la región: secta ultraortodoxa judía investigada internacionalmente por abusos sexuales y pedofilia

Secta itinerante investigada por abuso infantil quedó expuesta tras el rescate de menores en Colombis y su historial regional vuelve a quedar en foco.

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Lo que tenés que saber

  • Presencia confirmada en Guatemala, México, El Salvador y recientemente Colombia.
  • Investigaciones reiteradas por maltrato y explotación infantil.
  • Ingresos recientes a Colombia en octubre por parte de siete familias.
  • Autoridades interceptaron a 17 menores, incluidos cinco estadounidenses con circular de Interpol.
  • Intentos previos de establecer colonias en zonas remotas de varios países.

América Latina y la expansión de Lev Tahor

La detección de 26 integrantes de Lev Tahor en Yarumal impulsó nuevas preguntas sobre los movimientos del grupo, acusado de tráfico de menores y explotación infantil. Durante un mes ocuparon habitaciones en un hotel del municipio sin ser identificados, mientras periodistas y autoridades buscaban entender si el plan consistía en transitar o instalarse.

El grupo, creado en 1988 en Jerusalén, arrastra un largo historial de conflictos judiciales en casi todos los territorios donde se asentó. Su vida itinerante responde, según múltiples investigaciones, a una estrategia de evasión ante procesos por abusos y negligencia infantil.

Presencia en Guatemala, México y El Salvador

Guatemala registró su arribo en 2013, poco después de que servicios sociales de Canadá emitieran acusaciones por negligencia infantil. Antes de eso, integrantes del grupo ya enfrentaban procesos judiciales en Estados Unidos. El primer punto de llegada dentro del país centroamericano fue San Juan La Laguna, donde el consejo de ancianos expulsó al colectivo tras meses de tensiones por su rechazo a relacionarse con pobladores mayas.

Luego siguió una mudanza a Ciudad de Guatemala, con allanamientos del Ministerio Público que investigaba maltrato infantil. Otro traslado derivó en su llegada a El Amatillo, en Santa Rosa. Para 2019, un reporte periodístico estimaba unas 350 personas en ese enclave.

México se convirtió en otro punto clave. En 2017 trascendió la muerte de Shlomo Helbrans, fundador del grupo, supuestamente durante un ritual en un río de Chiapas. En 2022, un operativo policial recuperó menores en un campamento selvático cerca de Tapachula. Dos líderes quedaron detenidos y varios miembros se amotinaron en rechazo al procedimiento. Algunos lograron escapar.

El episodio más difundido ocurrió en diciembre de 2024, cuando autoridades guatemaltecas rescataron a 160 menores en Oratorio, Santa Rosa. Las verificaciones de identidad continúan desde entonces, junto con denuncias de entierros sin notificación oficial.

Durante 2025, El Salvador extraditó a dos integrantes hacia Israel y Guatemala luego de su detención al ingresar al país en enero.

El intento de asentamiento en Colombia

Producto de las acciones judiciales anteriores, la directora de Migración Colombia, Gloria Arriero, indicó que el número global actual del grupo ronda: «Algo más de 90». Su declaración no especificó si el cálculo corresponde a un registro mundial o regional.

En entrevistas radiales, Arriero sostuvo que el plan del grupo en Colombia apuntaba al alquiler de una finca cercana a Yarumal para repetir su patrón comunitario. Al respecto, señaló: «hacer lo que han hecho en otras regiones del mundo: un proceso para mantener su secta y que entre los jóvenes se procreen». También afirmó que los matrimonios juveniles internos incluyen uniones entre familiares: «primos, desde los 12 y 13 años».

Entre los 17 menores rescatados se encontraron cinco ciudadanos estadounidenses con circular amarilla de Interpol. La entrada del grupo ocurrió los días 22 y 23 de octubre en siete núcleos familiares, pese a que Migración ya contaba con alertas de agencias internacionales sobre presuntos delitos contra menores, incluidos antecedentes por secuestro y explotación sexual infantil. Parte de esa información señalaba «indicios de que podrían establecer una nueva colonia en Colombia para continuar con los crímenes atribuidos a esta comunidad religiosa».

Arriero también indicó que, por ahora, no existe información verificable sobre presencia del grupo en otras zonas del país.

Geografía, aislamiento y grupos religiosos itinerantes

El hermetismo y las costumbres ultraortodoxas de Lev Tahor dificultan su relación con poblaciones locales. Su estética estricta en entornos mayoritariamente católicos generó fricciones en distintos países, sumadas a las eventuales intervenciones de autoridades judiciales.

El director de la comunidad judía colombiana, Marcos Peckel, destacó que Lev Tahor no mantiene vínculos con su colectividad y sostuvo que la secta resulta “contraria a la ley y las tradiciones judías”. Valoró la actuación de las instituciones colombianas y remarcó su confianza en los controles estatales.

La elección de zonas remotas responde a lógicas similares a otros grupos conservadores. En los últimos años, comunidades menonitas expandieron su presencia en regiones rurales de Colombia, adquirieron miles de hectáreas y generaron tensiones con comunidades locales, además de investigaciones oficiales sobre la legalidad de sus tierras.

Colombia como posible refugio

Los extensos territorios poco supervisados en Colombia funcionaron durante décadas como enclaves para grupos armados y organizaciones criminales. Esa misma condición también resulta atractiva para colectivos religiosos extranjeros que buscan aislamiento. Este contexto explica por qué los movimientos recientes de Lev Tahor despertaron preocupación adicional entre autoridades y analistas.

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