La Misión Internacional de Solidaridad y Derechos Humanos, que llegó a Perú el 7 de febrero, tras cuatro días de relevar testimonios e información de víctimas y familiares de víctimas de la represión por parte del Gobierno de Dina Boluarte, elaboró un documento preliminar, cuyo texto completo estará disponible los primeros días de marzo.
Para elaborar el informe la Misión se dividió en Comisiones y se trasladó a Lima, Ayacucho, Juliaca, Ica y Cusco. Así pudieron conocer la realidad que atraviesa el pueblo peruano. Escucharon las voces de víctimas y familiares, de organizaciones de las diferentes regiones y han sentido el sufrimiento del pueblo peruano para desnaturalizar las prácticas represivas que despliega el actual gobierno.
“Se pudo verificar que la Policía Nacional en colaboración con el Ejército, desplegaron en las manifestaciones populares y sus alrededores una serie de conductas represivas y el uso abusivo y desproporcionado de armas letales, con severas consecuencias sobre la integridad física de las personas. Un permanente escenario que combina balaceras, humo, gas y estampida. Un relato que se repitió en todos los testimonios”, informaron.
“El Estado peruano debe ser investigado, ya que en el marco de la crisis social y política ocurrida a partir del 7 de diciembre de 2022, a través de sus fuerzas armadas y de seguridad, habría torturado, abusado, asesinado, perseguido, amenazado e intimidado a vastos sectores del pueblo peruano”, dijo durante una conferencia de prensa en Lima, la dirigente de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) María José Cano.
Por su parte, el Secretario General de ATE y adjunto de la CTA, Daniel Catalano expresó: “Vinimos a sumar a la Misión, estamos coordinando una serie de reuniones con los gremios, la CGTP, el sindicato de prensa, de educación y de salud. Tenemos una carta firmada por las Madres de Plaza de Mayo y la idea también es reunirnos con los distintos partidos políticos de izquierda”.
“Juliaca ha sido el epicentro de la represión. En esa zona se cuentan ya 20 muertos. Los relatos de la población son de terror”, dijo la referente del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) Marianela Navarro.
La “naturalización de la violencia”.
Por su parte, el integrante de Patria Grande Gonzalo Armúa narró sus encuentros con víctimas de Ayacucho, una región que vive una “naturalización de la violencia”.
Mencionó el caso testigo de “Raúl García Gallo”, quien participaba de la movilización en Ayacucho y, según testigos, “fue ejecutado a menos de un metro con un disparo en el abdomen”.
Armúa dijo que “existen otros 7 casos” similares y mencionó también el asesinato de un hombre que fue baleado cuando prestaba ayuda a un herido.
“Edgar Prado fue asesinado mientras asistía a los heridos. Su casa se encontraba cerca del aeropuerto. En este caso ni siquiera tenía una ideología política para estar en la manifestación, sino que ayudaba a vecinos y recibió el impacto de bala”, sostuvo.
La Misión, integrada por Liberpueblo, APDH, Xumek, el Frente Patria Grande, el FOL, el MP La Dignidad, ATE, CTA Autónoma, entre otros; tiene previsto regresar hoy a la Argentina.
En una final que alcanzó picos de 31 puntos de rating y cosechó más de ocho millones de votos, Marcos Ginocchio fue elegido como el ganador de la décima edición de Gran Hermano Argentina. El segundo puesto fue para Nacho Castañares y el podio lo completó Julieta Poggio.
Hay varias razones que explican el éxito de esta edición de GH. La principal es la consecución de un logro que parecía inalcanzable para los formatos de la última década: la integración con las redes sociales y el universo de consumo digital, que desplazó a la TV de su protagonismo histórico en la agenda social y cultural.
En ese sentido GH logró un maridaje perfecto. El reality se consumió tanto por Twitter, Instagram, TikTok y las plataformas de streaming como por TV. Los nombres de los participantes y los diferentes hashtags asociados fueron tendencia desde el primer hasta el último día.
Una clave es que los participantes que salían de la casa eran elegidos por la gente a través del voto negativo. Así, el reality capitalizó al máximo uno de los fenómenos más notables de la era digital: el “hate”. Cada semana una nueva “cancelación”.
Los primeros pasos
Así, el primer mes de la competencia estuvo signado por la salida de la casa del grupo que se autodenominó “los monitos”: Holder, Martina y Juan fueron eyectados por el público, que condenó su juego calculador y agresivo. El único sobreviviente fue nada menos que Nacho. El joven de 19 años fue el que menos se hizo odiar y supo reconvertirse.
Lo cierto es que muchas veces Nacho fue a placa con otros participantes que contaban con un mayor rechazo popular, y poco a poco fue consolidando su chapa de candidato gracias a su carisma y sus virtudes para mantener una buena convivencia.
Es que, en esta edición de GH, las jugadas osadas, las traiciones y las maniobras para desestabilizar a un contrincante, fueron castigadas por el público.
Ese fue el caso de Coti y Cone, que luego de la “traición” de la correntina a sus supuestas amigas (Juli, Dani y Romina), fue el blanco predilecto del voto rechazo. Otro tanto sucedió con los falsos juramentos y los chismes de Tini, que le costaron su expulsión en dos ocasiones, una situación que arrastraría la salida de Maxi, su pareja.
Por su parte, Agustín, compadecido en un comienzo por ser víctima del bullying de sus compañeros, luego reveló sus miserias y el “humo” que rodeaba sus supuestos estratagemas. Solo resta destacar su incomprensible amistad con el bueno de Marcos.
Una bisagra en el juego
Hubo un punto de inflexión luego del regreso de cuatro jugadores (Agustín, Tora, Tini y Daniela), que se sumó al ingreso de dos nuevos (Ariel y Camila). Cargados con información del exterior, estos ingresos desestabilizaron los esquemas planteados hasta ese momento.
El risueño y optimista Ariel sacó de quicio a Alfa, el gran patriarca del certamen. La unión simbiótica entre Camila y Walter deterioró el vínculo de Alfa con buena parte de los participantes, en especial con Romina, y horadó su imagen hasta desembocar en su salida.
Daniela desencadenó con su regreso su tan esperada venganza que resultó en la salida de Coti y Cone pero también en la de Thiago, quien parecía un firme candidato a ganar, pero cuyas actitudes se fueron ganando el repudio, quizás desmedido, de una parte de la audiencia.
La entrada de la Tora, por su parte, fortaleció a Nacho y le dio una aliada que propulsó su derrotero hasta la final.
Más allá de las declaraciones de “tio facho” de Alfa, la conversación política se coló poco dentro y fuera de la casa, siendo la única excepción la de Romina, cuyo paso por la función pública fue combustible del odio desde una parte de la grieta. Así y todo, su generosidad y su nobleza la llevaron hasta las puertas de la final.
Aunque entre los tres finalistas se cataloga a Nacho como el más “estratega”, lo cierto es que Julieta Poggio fue protagonista de algunas de las mejores jugadas. Desde el “hashtag fuera malas vibras” que interpretó a la perfección el clima del exterior, hasta la que fue, quizás, la mejor jugada del certamen, el sorpresivo salvataje de Camila que condujo a la histórica placa Alfa vs Romina. Dicho esto, la joven también protagonizó la peor movida del ciclo: su fulminante a Camila fortaleció a la gemela y derivó en la salida de Daniela.
El premio mayor
El premio mayor finalmente fue para Marcos, el tipo tranquilo. Más de 6 millones de personas lo eligieron, y es evidente que se trata de una persona amable, atenta y humilde, muy apegada a su familia, que posee la extraordinaria virtud de elegir muy bien cuando hablar y cuando callarse.
El Argentino
Con un final a lo Truman Show, con el salteño emocionado soltando un “te quiero mucho” para “Big” antes de salir por la puerta, terminó uno de los ciclos más exitosos de la historia de la televisión argentina. Un fenómeno que expresó de lleno las contradicciones nacionales, la necesidad de evasión, la valoración de la honestidad y la amabilidad, y el asedio del “hate” y la grieta permanente.
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