La Unión Tranviarios Automotor encendió otra vez las alarmas en el sistema de transporte: el gremio anticipó que podría activar un paro de colectivos ante la decisión empresaria de desdoblar salarios y pagar el aguinaldo en cuotas. La tensión vuelve a crecer mientras el Gobierno insiste con aumentos en el boleto y una política de subsidios en retroceso que deteriora el servicio y las condiciones laborales.

En una carta firmada por el secretario general, Roberto Fernández, el sindicato fue tajante: “El Gobierno será responsable de que los trabajadores realicen un paro para percibir en tiempo y forma los salarios que han ganado y que constituyen el sustento de sus familias”. La advertencia respondió a la maniobra de las cámaras empresarias, que avisaron que no pueden afrontar el pago completo de sueldos y SAC.

Desde la UTA explicaron a C5N que la medida de fuerza no abarcaría a todas las líneas: “Sólo van a parar las empresas que no paguen sueldo y aguinaldo. No vamos a aceptar que paguen en cuotas porque nosotros no trabajamos en cuotas, sino todos los días”, remarcaron. En otras palabras, el gremio busca proteger a los choferes sin castigar a los usuarios si las empresas cumplen.

Tarifas en alza y servicio en caída

La advertencia gremial llegó justo después de que la Secretaría de Transporte oficializara un nuevo aumento del 9,7% para las líneas nacionales del AMBA, las que cruzan la General Paz o el Riachuelo. Con la suba, el boleto mínimo pasa a $494,83 con SUBE registrada. El Gobierno mantiene una política de incrementos mensuales que no se traduce en mejoras del servicio, pero sí en más presión sobre el bolsillo.

Las líneas porteñas ya tienen un piso tarifario más alto: $568,82, mientras que las provinciales trepan a $573,09. Aun así, el boleto nacional —que depende directamente del Ejecutivo— sigue siendo el más bajo porque el Gobierno arrastra meses de desfasaje entre costos y subsidios, situación que las empresas buscan trasladar ahora a los salarios de los trabajadores.

Cuadro tarifario actualizado

• 0 a 3 km: $494,83
• 3 a 6 km: $551,24
• 6 a 12 km: $593,70
• 12 a 27 km: $636,21
• Más de 27 km: $678,42

El último reajuste había sido en julio, antes de las elecciones, y se sumó a las subas de mayo y junio: en tres meses, el boleto nacional trepó un 21,52%. Pese a eso, las empresas dicen que no alcanzan a cubrir sus costos y ahora buscan financiarse a través del salario de los choferes.

Un conflicto que vuelve a exponer el modelo

La pulseada entre la UTA, las cámaras empresarias y el Gobierno resume la crisis más profunda del transporte metropolitano: tarifas que suben sin planificación, subsidios que caen sin control, empresas que trasladan su desfinanciamiento a los trabajadores y un Ejecutivo que intenta correrse del conflicto mientras ajusta el sistema.

Si la negociación no avanza en las próximas horas, el paro podría hacerse efectivo en las líneas que no cumplan con el pago completo de sueldos y aguinaldos. La UTA lo dejó claro: la responsabilidad política —una vez más— recae sobre la Casa Rosada.