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Cambio climático

Corrientes: familia rescata más de 70 tortugas a punto de morir

Estaban en una laguna que se secó por el cambio climático y las altas temperaturas, cerca de la ciudad de Goya.

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Una familia rescató más de 70 tortugas de una laguna que se secó en la localidad correntina de Goya y las salvaron de una muerte inminente, por la falta de agua y desaparición de su hábitat, debido a la sequía extrema que azota la provincia.

El hecho tuvo lugar el pasado domingo, en la laguna Verde, situada en Colonia Porvenir, distante a unos 10 kilómetros de la ciudad de Goya, cuando una familia estaba paseando por el lugar y descubrieron «de casualidad» caparazones de tortuga en medio del barro.

Se trata de la familia Gaúna, que tiene su casa de fin de semana a pocos metros de allí, y como otros tantos goyanos, no hace mucho, también disfrutaban de las aguas de la laguna Verde, hoy inexistentes.

Los primeros en avistar los animales fueron Natalia Paz y sus hijos Genaro (9) y Camilo (5), que en principio vieron a cuatro y no dudaron en ingresar para el rescate.

«Nos pusimos las botas, entramos a lo que había sido laguna y ahora sólo era barro y nos topamos con 16 tortugas, que después fueron 25 y finalmente fueron más de 70», relató la mujer en diálogo con Télam.

Seguidamente, explicó que la idea inicial de llevar a cuatro tortugas a la casa para ponerlas en un lugar con agua y que se recompongan, hasta ver qué hacer, viró rápidamente por la cantidad de tortugas y por la urgencia.

Entonces, se sumaron a la epopeya su marido, Fernando Gaúna y Emanuel, un familiar que llegó de Rosario para pasar las vacaciones y en pocas horas, pasó de ser turista a rescatista.

«Estaban hundidas en el barro, no fue fácil sacarlas, eran como ventosas, las pusimos en unas carretillas, las llevamos y las mojamos con una manguera, les quitamos todo el barro, una por una, y decidimos trasladarlas a un lugar que llama «La Cascadita, a 1,5 kilómetros de allí», detalló Natalia.

Emocionada, contó que después del baño «las tortugas parecía que habían revivido, se movían y estaban llenas de energía».

Finalmente, trasladaron a más de 70 tortugas a ese espejo de agua que «es como un pozo, con camalotes».

«Es el mismo ecosistema, su hábitat, donde no les falta el agua y pueden desplazarse por los alrededores», agregaron.

«Los niños estaban felices, especialmente Camilo, que quiere ser veterinario. Entre las que salvó, había una tortuguita bebé, más pequeña que su mano», mencionó la abogada y agregó que en su casa «amamos los animales y siempre tuvimos mascotas».

El hecho tuvo gran repercusión en las redes sociales y en la comunidad. «Las imágenes son elocuentes. Fue mi triste la situación de verlas en ese estado, sabíamos que teníamos que rescatarlas», expresó.

«Mis hijos son amantes de los animales, están acostumbrados al cuidado y respeto del medioambiente, ahora me están pidiendo que vayamos a ver cómo están las tortugas», remarcó.

Natalia, afirmó que sus pequeños, «son criados con conciencia ambiental, saben lo importante que es cuidar la naturaleza y en el Instituto San Martín al que acuden, son parte de la Patrulla Ecológica».

«Estamos sorprendidos por todo esto, por la inmensa cantidad de tortugas que rescatamos, pero también estamos sorprendidos porque la gente se asombra», manifestó la mujer en declaraciones a Télam.

Finalmente, la mamá de Genaro y Camilo contó que el programa familiar de hoy es «ir a ver cómo están las tortugas».

«Yo sé que esto marcará a mis hijos para toda la vida», concluyó Natalia Paz.

Cambio climático

Avanza el proyecto «Agujero Azul» en el Mar Argentino

Para Greenpace antes del 30 de noviembre debería estar creada el Área Marina Protegida Bentónica a fin de frenar la pesca internacional de arrastre de fondo oceánico.

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El avance del proyecto para la creación del Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul deberá ser tratado y aprobado por el Senado antes del 30 de noviembre para no perder estado parlamentario, advirtió Greenpace a los integrantes de la Cámara alta.

El proyecto de ley logró media sanción en la Cámara de Diputados en 2022.

Ubicada en el talud continental y atravesada por el frente productivo más importante del Hemisferio Sur, el Agujero Azul es una de las cinco áreas geográficas prioritarias de la iniciativa interministerial del Gobierno, Pampa Azul.

El Agujero Azul está a 500 kilómetros del golfo de San Jorge, entre las provincias Chubut y Santa Cruz.

Es una zona en el océano Atlántico Sudoccidental donde Argentina ejerce derechos de soberanía para los fines de la exploración y explotación, conservación y administración de los recursos naturales.

Su creación permitirá frenar la pesca internacional de arrastre de fondo, una de las actividades más destructivas del lecho marino y su biodiversidad.

Nuestro Mar Argentino es asediado por barcos de China, España, Corea del Sur y Taiwán, que operan con casi inexistente regulación o control en el Agujero Azul, al borde de nuestra Zona Económica Exclusiva. Estas embarcaciones dedican 200.000 horas de esfuerzo pesquero por año.

Utilizan redes de arrastre de fondo en el área, por lo que arrasan el lecho marino, capturando recursos transfronterizos compartidos con nuestros espacios marítimos y destruyendo ambientes bentónicos vulnerables. Todo lo cual también libera carbono secuestrado, contribuyendo a la crisis del cambio climático.

Conservación marina

La exhortación de la ONG a los senadores es que fortalezcan “nuestra política de Estado en conservación marina y consolidarán nuestra soberanía en el Atlántico Sudoccidental, generando un precedente nacional y global en la protección de espacios marinos bentónicos y su biodiversidad”.

“El Agujero Azul permitirá proteger a perpetuidad un gran sector de nuestra plataforma continental, frenará la destrucción de sus fondos, protegerá cañones submarinos, resguardará sus jardines de corales y todas las especies marinas de ecosistemas profundos vulnerables”, destacó Valeria Falabella, directora de Conservación Costero Marina de WCS Argentina.

Es que en sus aguas viven esponjas, jardines de diversas especies de corales de agua fría, estrellas de mar, anémonas y gusanos poliquetos.

También hay merluza austral, merluza negra o róbalo, la faneca plateada o marujito, el congrio y el calamar argentino, entre otros.

“El Agujero Azul posee ecosistemas marinos vulnerables de alta biodiversidad con potencial valor como reservorio de recursos genéticos. También incluye sistemas de cañones submarinos que permiten la circulación de nutrientes desde la plataforma hacia la cuenca profunda y son importantes para la captación y almacenamiento de carbono, claves en la mitigación del cambio climático. Por todas estas razones, su protección es urgente”, reclamó Esteban Frere, investigador del CONICET y de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral.

Las organizaciones argentinas de la sociedad civil que apoyan y promueven la aprobación de esta ley son Aves Argentinas, Fundación de Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), Fundación Temaikén, Aquamarina, Greenpeace Argentina, Global Penguin Society (GPS), Fundación Patagonia Natural (FPN), Proyecto Sub, la Fundación Cambio Democrático y WCS Argentina.

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