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Cultura

Multitudinarios festejos en Jujuy por el desentierro del mítico diablo carnavalero de la alegría

Celebraron el inicio del denominado Carnaval Grande y desenterraban al mítico Pujllay, el diablo de la alegría al que se le da riendas sueltas durante nueve días para que contagie su espíritu transgresor.

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Miles de jujeños y turistas celebraron hoy el inicio del denominado Carnaval Grande y desenterraban al mítico Pujllay, el diablo de la alegría al que se le da riendas sueltas durante nueve días para que contagie su espíritu transgresor.

A pesar del tiempo inestable en la mayoría de los puntos de festejo, el encanto de la jornada no se vio amenazado, debido a su clima de particular simbiosis entre tradición, baile y música alegre, totalmente alejado de las preocupaciones cotidianas.

Rostros cubiertos de talco, ramitas de albahaca en orejas, tiras de papel serpentina convertidas en collares, coloridos gorros de fieltro, lluvias de espuma nieve y múltiples disfrazados de Pujllay formaron parte, una vez más, de las clásicas postales, que empezaron a replicarse desde el mediodía.

Como cada año, se observaron colmados los poblados más característicos de la Quebrada y la Puna jujeña, entre ellos, Humahuaca, Tilcara, Uquía, Abra Pampa y La Quiaca, a los cuales se llega por la ruta nacional 9, que registró un éxodo de autos y de servicios especiales del transporte desde las primeras horas de este sábado.

En la capital jujeña, una de las convocatorias más importantes se reeditó en el predio abierto denominado Ciudad Cultural, ubicado en el acceso norte a la ciudad, donde centenares de familias y grupos de amigos optaron por desenterrar al Pujllay en el “carnavalódromo”, espacio patrocinado por el grupo jujeño Los Tekis y el gobierno provincial.

Desde las 15, bandas de música locales fueron dando sonido al festejo, entre ritmos carnavaleros y cumbia norteña. El punto de encuentro no tardó en colmarse de miles de personas, tanto jujeños como visitantes llegados de distintos lugares del país.

“El carnaval no se vive de esta manera en ningún otro lugar”, señaló Martín Villegas, que llegó de Salta capital a disfrutar por primera vez del desentierro en la provincia, lo cual planificó junto a otros miembros de la familia, que arribaron desde la Rioja.

“Lo bueno de acá es que se junta gente que no se conoce, se divierte y nadie tiene problemas con nadie. Somos como una gran familia”, indicó, por otro lado, Juan Muñoz, uno de los visitantes que llegó de la provincia también conocida por su gran fiesta de la Chaya.

Poco antes de las 18.30 comenzó el esperado ritual, en un mojón que fue rodeado por múltiples disfrazados de diablos, siendo la tradición primeramente alimentar a la madre tierra (la Pachamama) con bebidas alcohólicas, gaseosas, coca y cigarrillos, para que dé permiso y sea generosa con los festejos.

Desenterrado el Pujllay, representado por un muñeco, los disfrazados fueron desatando el baile entre todos los presentes al son de instrumentos autóctonos y del tradicional ritmo carnavalero.

Lluvias de nieve y talco matizaron el nublado paisaje, hasta que el grupo Los Tekis terminó por brindar un repertorio lleno de carnavalitos, huaynos y sayas, cerrando el carnavalódromo.

El desentierro del diablo significa el inicio de una agenda que durante la semana, principalmente en poblados del norte jujeño, incluye a múltiples comparsas que saldrán a las calles para compartir música y tragos típicos como la frutal saratoga y la sangría, durante el día, y bailes carnavaleros por la noche.

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Arte

Se inaugura una muestra de La Garganta Poderosa sobre las cocineras comunitarias en el CCK

Inaugurada hoy en la Sala S101 del primer subsuelo del Centro Cultural, la muestra lleva el sello de la revista de cultura villera y brazo literario del movimiento social y comunitario La Poderosa.

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Se inauguró la exposición “El revelar de las ollas: cocineras comunitarias” en el Centro Cultural Kirchner (CCK) , una muestra que revela la triple jornada laboral de mujeres y disidencias, el trabajo comunitario y su importancia en las barriadas populares, una propuesta que viene de la mano de La Garganta Poderosa.

Inaugurada hoy en la Sala S101 del primer subsuelo del Centro Cultural, la muestra lleva el sello de la revista de cultura villera y brazo literario del movimiento social y comunitario La Poderosa.

“El revelar de las ollas: cocineras comunitarias” es una exhibición que propone un espacio para la visibilización y el reconocimiento de las mujeres referentes de espacios barriales que sostienen comedores y merenderos.

“¿Qué hay detrás de cada fotografía? ¿Cuál es la historia detrás de la historia?” preguntan en @lagargantapoderosa invitando a explorar la muestra que construyeron donde visibilizan el rol de las cocineras comunitarias en cada barriada, se trata de “una narrativa en diversas dimensiones”, desde su cuenta en Instagram.

“A partir de materialidades tan diversas como la fotografía, el muralismo y la cerámica, lxs integrantes del movimiento se enfocan en aspectos no siempre mostrados de las villas, con la sensibilidad de ser parte de los barrios y de una agrupación que busca promover un debate que nos implica a todxs: mostrar el último eslabón de la pobreza estructural”, informa el CCK sobre la exposición.

Desde la lucha continúa, colectiva y territorial, el movimiento invita a cuestionar el accionar en la sociedad y busca multiplicar los reclamos sostenidos desde los comedores y las villas latinoamericanas.

Nacida en Zavaleta, Ciudad de Buenos Aires en 2004, La Poderosa es una organización barrial nacida “gracias a un grupo de chicos y chicas que jugaban al fútbol en la cancha del barrio decidieron planificar el reglamento para el surgimiento de un colectivo barrial de base”.

El objetivo de este movimiento de resistencia villera es transformar la realidad de los barrios populares y fortalecer el trabajo en comunidad a partir de la educación popular, el cooperativismo y el deporte.

En enero de 2011 salió por primera vez a la calle la revista cooperativa La Garganta Poderosa, una publicación que “es consecuencia de más de siete años de organización y más de 500 años de no ser escuchadxs” y que ilustra sus tapas con los rostros de bocas abiertas de par en par, en pleno grito.

“La revista se propone contrarrestar la estigmatización social que los medios masivos de comunicación fomentan de los barrios populares”, desde la realidad “escrita y fotografiada por los propios villeros”.

Con el tiempo el colectivo fue creciendo y en la actualidad articula ciento veinte asambleas territoriales en doce países de América Latina, y debido a su éxito, la organización difundió su proyecto y visión a través de un libro, una sección radial y una película.

La exhibición podrá visitarse de miércoles a domingos de 14 a 20 en Sarmiento 151, Ciudad de Buenos Aires, con entrada libre y gratuita, hasta el 16 de abril.

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