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Santoro repudió a Jorge Macri que trató a la gente en situación de calle como «basura»

Después de la tormenta que hubo a mediados del mes pasado, y que dejó árboles caídos en toda la Ciudad, Macri recibió decenas de críticas por parte de vecinos porteños a través de redes sociales sobre la acumulación de ramas y hojas que, en muchos casos, obstruyeron la circulación durante semanas.

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Leandro Santoro, diputado nacional de Unión por la Patria, apuntó contra el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y le cuestionó desde su perfil de la red social X, si se “daba cuenta” que ponía a la gente desamparada y que vive en la calle “en el mismo plano que la basura”.

Esto surge luego de que Macri publicara un video en su cuenta de Instagram, bajo la consigna “Orden y limpieza en San Nicolás”, donde se pueden ver agentes, policías y empleados de limpieza de la Ciudad, desalojar a personas en situación de calle, al mismo tiempo que recolectan la basura del lugar y limpian una esquina.

Respondemos a los reclamos de los vecinos y garantizamos la limpieza y seguridad de los espacios públicos, de nuestras plazas y veredas”, expresó el jefe de Gobierno en la publicación del video.

Después de la tormenta que hubo a mediados del mes pasado, y que dejó árboles caídos en toda la Ciudad, Macri recibió decenas de críticas por parte de vecinos porteños a través de redes sociales sobre la acumulación de ramas y hojas que, en muchos casos, obstruyeron la circulación durante semanas.

Por el momento, el jefe de Gobierno no le respondió al diputado Santoro ni realizó ningún comentario respecto a las críticas recibidas por parte de usuarios de X e Instagram, ya que el video se hizo viral.

Cultura

«La noche adentro»: Un encuentro en el desierto

La noche adentro puede verse en el Cine Gaumont (Rivadavia 1635, Ciudad de Buenos Aires) a las 14:20 y 22:15 horas en la Sala 2 y, a partir del 9 de mayo, a las 18:30 en la sala 3.

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Por Nicolás Lachman

La acción transcurre en un paraje alejado mendocino en 1978. María (Mónica Lairana) trabaja junto a su padre (Chicho Vargas) y los días no se alejan mucho de lo monótono. Una noche, una militante herida (Valeria Luz Aparicio) golpea la puerta, buscando refugio. Entre el terror que reina fuera de la casa y las tensiones que crecen dentro, se desarrolla La noche adentro (dirigida por Carina Piazza y Alejandro Alonso, Argentina, 2023). De acuerdo con Piazza, la película es “un drama intimista en el que se cuelan algunas notitas de thriller”.

En ese sentido, como en un buen film de suspenso o terror, La noche adentro se destaca por un gran trabajo con el sonido y el fuera de campo: los ladridos de los perros, los utensilios de cocina, el camino de ripio y, sobre todo, el viento que ruge interminablemente y se eleva así a la categoría de cuarto protagonista. El largometraje de Piazza y Alonso no sólo es oscuro, sino también frío en su clima, aunque no sabemos si transcurre en otoño o en invierno. Sus colores apagados se interrumpen solamente cuando la ficción es alternada por imágenes documentales de los setenta filmados en radiantes e imprecisos colores (y sin sonido). Estas imágenes de archivo nos traen un marco histórico de luchas populares y represión y, además, de multitudes, que contrasta con el desierto y la soledad de la ficción.

La llegada de Salazar, la guerrillera herida y perseguida por la represión dictatorial, produce un choque en el hogar patriarcal donde poco parecía cambiar. Expresa una fractura, que se da no únicamente entre la militante y los no militantes, sino también entre la vida urbana y la rural y entre las diferentes edades y clases sociales. Piazza y Alonso aportan una mirada de género al cine sobre los años ’70.

Claroscuros

En ese triángulo que se construye en la clandestinidad, hay suspicacias, pero también un intento de comunidad; los seres pueden ser mezquinos, pero también valientes y solidarios. La guerrillera quiere volver con sus compañeros, pero no está en condiciones físicas y se encuentra en una geografía extraña. Padre e hija quieren retenerla y no sabemos si es porque quieren protegerla o si hay otras razones. El miedo y el deseo atrapa a todos y construye personajes complejos.

La noche adentro indaga sobre un sistema que construye modos de vigilancia y control, sobre cómplices y el espanto de quienes sufren las persecuciones y deben escaparse o morir, pero también sobre relaciones íntimas y personales y sobre el amor, la desesperación y los modos de sobrevivir y luchar en la coyuntura política”, contaron los realizadores.

El film continúa una línea de producciones mendocinas de valor -como La educación del Rey (dirigida por Santiago Esteves, 2018) y Muere, monstruo, muere (Alejandro Fadel, 2019)-, posibilitada en gran parte por el fomento a los cines regionales. Su continuidad se ve amenazada por la política (o, si se prefiere, ausencia completa de política) cultural oficial.

La noche adentro puede verse en el Cine Gaumont (Rivadavia 1635, Ciudad de Buenos Aires) a las 14:20 y 22:15 horas en la Sala 2 y, a partir del 9 de mayo, a las 18:30 en la sala 3.

Entrevista con Carina Piazza y Alejandro Alonso, realizadores de La noche adentro

“Las imágenes ofrecen una experiencia vital sobre el mundo”

“Durante la dictadura, nosotros éramos chicos, pero, en nuestros recuerdos, las vivencias de la época se han instalado y siguen latentes. Era una necesidad para nosotres hablar de esto, revisar eso que sentíamos, algo que no se hacía presente ante nuestros pequeños ojos, pero estaba allí y no podíamos evitar: la percepción de un entorno hostil y peligroso, del mal acechando afuera, implacable, arrasando con todo. La noche adentro es un ejercicio por reconstruir ese terror, nombrarlo y exponerlo, para que no se repita, para que no lo permitamos nunca más”, contó Carina Piazza, co-directora de La noche adentro, en diálogo con El Argentino.

– ¿Cómo fue el proceso de realización?

Piazza: Fue un proceso bastante extenso y se inició allá por 2014. Al principio era solo un sueño lejano, pero luego de un recorrido por diversos concursos de desarrollo, en el invierno de 2019 por fin pudimos filmar. Lo hicimos durante cinco semanas en la localidad de Lavalle, provincia de Mendoza. Después de eso, inmediatamente arrancamos con la post-producción, pero lamentablemente la pandemia detuvo el proceso. Con mucho esfuerzo, pudimos retomar el trabajo y finalmente estrenar en marzo del 2024, en medio de un contexto que nos habla de lo necesario de revisar nuestra historia.

– Entre otras cosas, se destaca el trabajo con el sonido y el fuera de campo. ¿De qué manera pensaron estas herramientas y las llevaron adelante?

Alejandro Alonso: Pensamos que, a través del sonido, quizás era posible narrar el estado de ánimo social de los años ‘70. Una presencia del terror que no podemos nombrar, pero sí intentar concebir a partir del sonido: un vacío, un agujero frío, intensificar la densidad de la rutina, suprimir sonidos de naturaleza que contextualizaban la historia, dejar el viento. Un sonido sordo, atmosférico, impersonal que da cuenta de los estados materiales y emocionales de los personajes, su soledad, pero también su tenacidad y persistencia. Usar el sonido como una fuente de conocimiento, como por ejemplo la rutina en el campo y el cuerpo sometido a esa rutina, el cuerpo herido y el cuerpo que intenta liberarse de esa costumbre, el cuerpo que huye o el cuerpo que sostiene un presente. Acentuar esa experiencia hasta que se vuelva exasperante.

– Cuéntennos acerca de las imágenes de archivo que atraviesan la ficción. ¿Por qué aparecen en esos momentos?

Alonso: El material de archivo, que fue cedido por Jorge Gusmán, interviene la ficción con la idea básica de construir un espacio temporal concreto, preciso, una forma del terror en alguna de las secuencias, pero también como un archivo afectivo, personal de los personajes. Sentimos que la experiencia de la memoria es capaz de hacer brotar encuentros imprevistos con los recuerdos que aparecen como pequeños instantes de verdad. Las imágenes ofrecen una experiencia vital sobre el mundo.

Futuro

– ¿Tienen pensado algún futuro proyecto audiovisual juntos?

Alonso: Por ahora, no como proyecto audiovisual. Es difícil pensar en el futuro realmente.

– ¿Cómo observan el presente y el futuro del cine nacional?

Piazza: El panorama resulta bastante desolador, con la desaparición del área de Fomento del INCAA y el despido y las licencias de los trabajadores, pensar en la posibilidad de líneas de apoyo y financiamiento resulta una ingenua fantasía. Sobre todo para quienes hacemos cine desde las provincias, el INCAA resulta fundamental. Es la política federal del instituto la que ha logrado descentralizar la producción cinematográfica, la que hizo posible que se filmara en todas y cada una de las provincias de la Argentina. Sin el INCAA, se restringe la construcción de nuestro imaginario, de nuestra identidad socio-política, se apagan nuestras voces, se cierran nuestros ojos.

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