Solicitan que se investigue el bombardeo a Plaza de Mayo como crimen de lesa humanidad
La Secretaria de DDHH señaló que existe la necesidad de “esclarecer estos crímenes basada en el derecho a la verdad de las víctimas, sus familiares y la sociedad argentina”.
La Secretaría de Derechos Humanos solicitó a la Justicia que, a 68 años de los bombardeos a la Plaza de Mayo que se cumplen hoy, el hecho se investigue como crimen de lesa humanidad y se realice un juicio por la verdad en el que se reconozcan los hechos y se repare a las víctimas luego de “tantos años de impunidad”.
La solicitud fue presentada ayer ante el juzgado federal 6 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el acompañamiento de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y familiares de las víctimas, según se informó en un comunicado de la secretaría que encabeza Horacio Pietragalla Corti.
En el escrito, se sostuvo la necesidad de “esclarecer estos crímenes basada en el derecho a la verdad de las víctimas, sus familiares y la sociedad argentina”.
El 16 de junio 1955, sectores de la aviación de la Armada y de la Fuerza Aérea lanzaron bombas y ametrallaron zonas estratégicas con el objetivo de derrocar y asesinar al presidente constitucional Juan Domingo Perón.
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El ataque aéreo se realizó en sucesivas oleadas entre las 12.40 y las 17.40 y tuvo como blancos principales edificios del gobierno, como la Casa Rosada, el Ministerio de Ejército y la residencia presidencial, y las plazas de Mayo y Colón. Contaron además con el apoyo de tropas terrestres de la Marina y de grupos de civiles.
“Fueron más de 350 las personas asesinadas y más de 1200 los heridos. El mayor número de víctimas se registró en la zona de Plaza de Mayo, donde ese mediodía se realizaba un acto de apoyo al gobierno de Perón”, recordó la secretaría en el comunicado.
En ese momento, ni el Presidente ni sus ministros se encontraban en la Casa Rosada, por lo que se constituyó desde el inicio como una agresión hacia las y los civiles con el objetivo de sembrar el terror entre la población y, así, quebrar la adhesión popular al gobierno constitucional.
El ataque sentó las bases para que pocos meses después, en septiembre de ese mismo año, se efectivizara el derrocamiento de Perón y la llegada dictadura cívico militar autodenominada “Revolución Libertadora”.
“A pesar del tiempo transcurrido, estos hechos nunca fueron investigados. Aunque es claro que los responsables materiales e intelectuales en su mayoría ya han fallecido, el Estado tiene la obligación de investigar, juzgar, sancionar y reparar los crímenes de lesa humanidad”, instó la secretaría.
Y agregó: “El reclamo de verdad y reparación en causas históricas sobre violaciones a los derechos humanos se enmarca en una decisión de la secretaría de Derechos Humanos de impulsar su reconocimiento como delitos de lesa humanidad”.
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El antecedente más importante en materias de juicios por la verdad vinculados a crímenes de lesa humanidad fue el juicio por la verdad de la “Masacre de Napalpí”, que se realizó entre abril y mayo del año pasado.
Fue entonces cuando la justicia federal reconoció la responsabilidad estatal en el fusilamiento de miembros de las comunidades Moqoit y Qom en 1924 y ordenó medidas reparatorias.
En este juicio, la Secretaría participó de manera activa en el debate e integra la mesa ejecutora de la sentencia que se encuentra trabajando en su implementación.
Además, el organismo que conduce Pietragalla Corti se presentó en diciembre del año pasado como querellante en la causa que tramita en la justicia federal de Santa Cruz para investigar los fusilamientos de obreros rurales entre 1921 y 1922 en la denominada “Patagonia rebelde”.
La Secretaría de DDHH señalizó la Embajada de Cuba por “hechos vinculados al terrorismo de Estado”
El acto se realizó esta tarde en la sede de la Embajada de Cuba en Argentina, ubicada en Virrey del Pino 1810 de la ciudad de Buenos Aires, indicó el organismo de Derechos Humanos en un comunicado.
El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, y el embajador de Cuba en Argentina, Pedro Pablo Prada Quintero, encabezaron hoy un acto en el que señalizaron el edificio de la representación cubana por ser un lugar “donde sucedieron hechos vinculados al terrorismo de Estado”.
El acto se realizó esta tarde en la sede de la Embajada de Cuba en Argentina, ubicada en Virrey del Pino 1810 de la ciudad de Buenos Aires, indicó el organismo de Derechos Humanos en un comunicado.
“A partir del trabajo en conjunto que tenemos con la embajada, tenemos grandes lazos que nos unen, tenemos un eje central en las políticas de derechos humanos, que es poder centralizarnos en la víctima y a partir de ahí intentar repararla integralmente”, valoró Pietragalla Corti.
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El embajador destacó que “más allá de cualquier consideración política o ideológica, los hechos que se cometieron contra esta embajada y este personal nunca más deberían repetirse ni en la Argentina ni en ningún otro lugar del mundo”.
Además, se indicó que la Embajada de Cuba en Argentina, sus dependencias y sus trabajadores cubanos y argentinos “fueron objetivos de la Operación Cóndor con la intención de atacar a la revolución cubana y su ejemplo, a través del plan de secuestro, tortura y desaparición ejecutado durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983) y antes de esta”.
La secretaría advirtió que “estos hechos constituyen una violación a las convenciones de la Organización de las Naciones Unidas sobre relaciones diplomáticas y consulares de 1961, de las que ambos Estados son parte”.
Entre los hechos vinculados al terrorismo de Estado, se recordó que un grupo operativo mixto de la inteligencia militar argentina y de comandos especializados de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), junto con miembros de la organización terrorista Acción Cubana, atentaron el 13 de agosto de 1975 contra el Embajador cubano.
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También que desde inicios de 1976, la Escuela José de San Martín -adscripta a la Embajada- y su personal fue hostigado.
La embajada fue asediada con tanques y por hombres armados durante días, tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, al igual que la residencia del Embajador y la oficina comercial.
El 9 de septiembre de 1976, las Fuerzas Armadas y de Seguridad secuestraron a los diplomáticos cubanos Jesús Cejas Arias y Crescencio Nicomedes Galañena Hernández y los trasladaron al centro clandestino de detención, tortura y exterminio “Automotores Orletti”, que fue base principal en la ciudad de Buenos Aires de la Operación Cóndor, donde fueron torturados y asesinados.
Entre agosto de 1976 y agosto de 1978, secuestraron y desaparecieron a trabajadores argentinos de la Embajada y sus familias y secuestraron a otros tres diplomáticos cubanos, que luego fueron liberados.
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Participaron también en el acto la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Taty Almeida; funcionarios y funcionarias de la Secretaría de Derechos Humanos y de la Embajada Cubana; sobrevivientes, familiares de víctimas y organismos de derechos humanos.