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Cultura

“Gane Milei o gane Bullrich, Cristina corre serio riesgo de que su condena quede firme”

Entrevista a Sofía Caram, autora de “Condenada. El juicio a Cristina Kirchner”.

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Por Andrea Reyes

La periodista de Radio 10 y C5N Sofía Caram, cubrió las 121 audiencias del juicio oral de la causa Vialidad a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el cual resultó sentenciada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, y que actualmente se encuentra en revisión por la Cámara de Casación Penal. 

Con más de tres años de cobertura, Caram compiló las crónicas de ese proceso que escribió en el diario Página12 y Ámbito Financiero en “Condenada. El juicio a Cristina Kirchner”, con prólogo del fiscal Federico Delgado. En diálogo con El Argentino, la autora del libro confesó: “Al principio pensaba que no le iba a interesar a nadie, hasta que entendí que se trataba de la figura política más importante de los últimos 20 años, te guste o no te guste”.

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-¿Se verificó en el proceso la acusación de la Fiscalía de que las obras viales de Santa Cruz quedaron inconclusas, tenían sobreprecio o eran innecesarias?

-No hubo ningún elemento de la acusación que fuera probado en el juicio. Todos los mecanismos que los fiscales decían que se habían usado para pagarle a Báez por encima de los valores del mercado, no fueron tales ya que los mismos testigos lo desestimaron. Ningún pilar de la acusación se robusteció durante el juicio, hasta los propios testigos de la Fiscalía rebatieron la posición de los fiscales.    

-Evidentemente hubo copiosas irregularidades. ¿Crees que fue una justicia ineficaz?

-En este caso fue muy eficaz para el interés político que había de condenar a Cristina. Fue una justicia federal con medio ojo afuera, muy parcial.

-En el fallo se descarta la figura de asociación ilícita y se cuestiona el peritaje de las obras, ¿de qué se valió entonces el TOF2 para condenar a la vicepresidenta?

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-En el testimonio de Leonardo Fariña y en la interpretación que hizo la Fiscalía de los chats de José López para conectar a Cristina con la defraudación, y además los jueces hicieron su propia pericia y sacaron conclusiones de sobreprecios en base a cálculos propios. Inaudito. 

-Todo lleva a consolidar la teoría de persecución judicial

-Creo que la persecución está constatada en la enorme cantidad de causas que hubo contra Cristina, y esta fue la que lograron hacer avanzar. 

-¿El objetivo fue finalmente la proscripción?

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-Sí, y además que funcione como espada de Damocles, porque el juicio se desarrolló durante todo el mandato de Cristina. ¿Cómo te sentirías vos ejerciendo la vicepresidencia de la Nación sabiendo que tenes un juicio oral en tu espalda? Fue una amenaza constante.  

-Hablando de amenazas, sobre el final del proceso le pusieron un arma en la cabeza a Cristina Kirchner, ¿cómo se vivió puertas adentro del juzgado?

-Tuvo muy poca repercusión, sólo un abogado defensor hizo una lectura de lo que pasó, pero fue como si nada hubiera pasado.

¿Y ahora qué crees que va a resolver la Cámara de Casación Penal? 

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-No hay mucha expectativa. Van a seguir manteniendo este mismo proceso oral al compás de los vaivenes políticos. La defensa de Cristina Fernández sostiene y tiene argumentos suficientes para decir que son dos jueces que no son imparciales: visitaban a Mauricio Macri en Olivos… ¿Qué expectativa puede tener la defensa respecto a una evaluación justa en esta etapa con un tribunal tan cuestionado?  

-¿Qué pasaría con la causa de Cristina si ganase Milei?

-Creo que va a gobernar en alianza con Mauricio Macri y que Macri le va a prestar toda la alianza que tiene con el sistema judicial. En realidad, con cualquiera de los dos que gane, Milei o Bullrich, Cristina corre serio riesgo de que quede firme su condena, y encima sin fueros. 

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Cultura

Murió Ramón Ayala, máximo referente de la música del litoral

El artista, de 96 años, se encontraba internado hacía más de 10 días a causa del agravamiento de un cuadro de neumonía.

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El-Argentino-Ramón Ayala.

Por Mariano Suárez

El misionero Ramón Ayala, creador original, exuberante y plebeyo, referencia por excelencia de la música litoraleña y ejemplo de una forma de acercamiento del hecho artístico inasible para los medios de comunicación, falleció este jueves a los 96 años en la Ciudad de Buenos Aires.

Allegados al artista indicaron que Ayala murió en el Sanatorio Güemes donde se encontraba internado y en delicado estado desde hace poco más de 10 días a causa del agravamiento de un cuadro de neumonía.

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Su nombre real era Ramón Gumercindo Cidade y sus oficios múltiples: compositor, intérprete, guitarrista, pintor, narrador de historias; todos ejercidos sin detenerse en la barrera de la exageración. Su acta de nacimiento está fechada el 10 de marzo de 1927, en Garupá.

Músico intuitivo y genial, se atribuye ser el creador de un ritmo, el gualambao, y es el compositor de canciones de envidiable belleza, a la vez portadoras de una voz de denuncia social: “El jangadero”, “El mensú”, “El cosechero”, “Canto al Río Uruguay”, entre tantas.

El-Argentino-Ramón Ayala.
Ramón Ayala, el infinito creador de la música del litoral.

Más allá de los datos biográficos duros sobresalen al menos dos méritos: en un ambiente folclórico en el que irrumpieron en un momento Los Chalchaleros, Los Fronterizos, y tantas formaciones copiadas en espejo hasta el hartazgo, Ayala trabajó en otra línea, más cuidadosa. Así como en Salta y Tucumán se levantaron Eduardo Falú o el Dúo Salteño, en el litoral, Ayala, forjó su propia tradición.

Habrá que computarle, además, que irrumpió en una escena dominada, en el litoral, por la música correntina y allí también se las arregló para construir un camino propio.

Nació en 1927 en el pueblo de Garupá, a 15 kilómetros al sureste de Posadas, frente al río Paraná, y en la frontera con Paraguay. Fue el mayor de cinco hermanos.

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En la adolescencia, tras la muerte de su padre, se trasladó a Buenos Aires, con su madre y se inició, de manera intuitiva, en el aprendizaje de la guitarra.

Acompañó al cantor cuyano Félix Dardo Palorma y, alentado por el maestro Herminio Giménez, comenzó a trabajar el repertorio litoraleño.

El-Argentino-Ramón Ayala.
El recorrido de Ayala fue emparentado con el de Atahualpa Yupanqui.

A lo largo de los años 50, Ayala formó parte del trío Sanchez-Monjes-Ayala (junto a Arturo Sánchez y Amadeo Monjes) con el que recorrió una amplia variedad de canciones, de las guaraníes a las más porteñas, sin descuidar los boleros.

Hacia 1960 creó el gualambao con la idea de darle un estilo propio y único a su provincia (tuvo un contrapunto público con Chango Spasiuk sobre el origen de esa especie).

El gualambao está formado por dos ritmos de polca encadenados por una permanente síncopa que le confiere una fisonomía particular. Se escribe en compás de 12/8 (doce octavos), es decir que cada compás posee 12 corcheas distribuidas entre 4 tiempos.

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En 1962 viajó a Cuba, invitado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Allí pudo conocer al revolucionario a Ernesto “Che” Guevara, y comprobar que su canción “El mensú” había sido cantada en los fogones revolucionarios de la Sierra Maestra durante la Revolución Cubana.

“En 1963 compuse ´El cosechero´, que fue un éxito enorme. Y ´El jangadero´, que Mercedes Sosa cantó como nadie. Desde entonces no paré de componer”, narró el propio Ayala.

Escribió el periodista Sergio Pujol: “Digamos que “El cosechero” es la metonimia de Ayala: todo su ser está ahí, perfectamente aludido. Están su barroco cuasi tropical, su instinto pictórico, su nervio rítmico, su talento para la melodía. Están el paisaje encarnado, y el hombre vuelto paisaje. Están la libertad del que canta y la condena del que trabaja: Rumbo a la cosecha, cosechero yo seré…”

Ayala, creador de más de 300 composiciones, grabó en 1976 su primer disco solista, “La vuelta de Ramón Ayala El Mensú”.

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“Posadeña linda”, “El río vuelve”, “Mi pequeño amor”, “Zambita de la oración”, son otras de sus reconocidas obras.

“Hay una especie de descubrimiento con mi obra. O tal vez todos me están cargando”, bromeó Ayala hace algunos años sobre la múltiple ramificación de su música, especialmente entre estudiantes y músicos jóvenes.

Fue el centro de un documental filmado por realizador y fotógrafo Marcos López, en 2013, tan caótico como el personaje que se proponía retratar. Así lo describió: “Ramón es exagerando, siempre está declamando el instante de la fragilidad de la existencia, es místico, podría ser como un Walt Whitman pero en la selva guaraní, una especie de monje y filósofo”.

Su recorrido fue emparentado, por su forma solista, su inclinación por la canción social y su proximidad con la naturaleza, con la figura de Atahualpa Yupanqui. Más allá de gustos, Ramón Ayala resiste esa comparación.

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