Gimnasia dio vuelta el partido y le ganó a Estudiantes el clásico platense
El Lobo dio vuelta el resultado y venció de local al Pincha por 2 a 1, para quedarse con el clásico de la Ciudad de La Plata, en el partido correspondiente a la octava fecha de la Liga Profesional de fútbol de Primera División, gracias a los goles de Alan Lescano (11m. ST) y Cristian Tarragona (40m. ST), de tiro penal; mientras que Mauro Boselli (4m. PT) había adelantado para los visitantes.
Gimnasia y Esgrima dio vuelta el resultado y venció como local a Estudiantes por 2 a 1, para quedarse con la edición 185 del clásico platense después de 13 años, en el encuentro por la octava fecha de la Liga Profesional de fútbol.
En un partido emotivo y de resultado incierto hasta el final del encuentro, Estudiantes se puso en ventaja con un gol tempranero del experimentado Mauro Boselli a los 4′ del inicio del encuentro, en tanto Gimnasia dio vuelta el marcador con goles de Alan Lescano (11m. ST) y Cristian Tarragona (40m. ST), de tiro penal, para la victoria del “Lobo” en el estadio Juan Carmelo Zerillo, de La Plata.
En un estadio colmado por simpatizantes de Gimnasia, el encuentro comenzó con algunas demoras, y ambos equipos evidenciaron desde el primer minuto las intenciones de lograr la victoria e imponer sus condiciones.
Sin embargo, Estudiantes supo aprovechar una clara ventaja y dar el primer golpe y ponerse en ventaja apenas iniciado el encuentro. Así, a los 4 minutos, tras un lateral hecho con velocidad, Pablo Piatti asistió con un centro a Mauro Boselli quien sin marca en el centro del área del Lobo, supo aprovechar su experiencia y definió con tranquilidad ante Tomás Durso.
Si bien los dirigidos por Eduardo Domínguez supieron aprovechar la jerarquía y experiencia, el equipo local, lejos de amedrentarse advirtió de inmediato la lentitud del equipo rival en defensa y se volcó al ataque.
Así, promediando la media hora Gimnasia tuvo dos situaciones muy claras para empatar el partido, la primera con un cabezazo de Zaid Romero, cuando un defensor de Estudiantes se complicó en el despeje que obligó a Mariano Andújar a retroceder y sacar al córner una pelota complicada, y del córner, despejó de arriba Felipe Sánchez, para convertirse en la figura del primer tiempo y mantener el arco en cero.
En el complemento, Gimnasia continuó decidido y así, tras una jugada derivada de un tiro de esquina, Benjamín Domínguez lanzó un centro certero para Alan Lescano, quien a los 10 minutos, con categoría convirtió de cabeza para igualar las acciones.
Si bien el partido volvió a quedar en dominio de Estudiantes, los dirigidos por Eduardo Domínguez no fueron claros a la horas de hilvanar una jugada clara de gol, preso de su lentitud en ofensiva y fallando en el contrataque y pelotas detenidas para llegar con claridad al arco del Lobo.
Sin embargo, una jugada marcó el tramo final del partido, cuando a los 40 minutos Guido Carrillo cometió un claro penal sobre Eric Ramírez que luego cambió por gol Tarragona. El delantero definió con maestría, marcó por primera vez tras su lesión y le dio el gran triunfo al equipo del “Lobo” para romper una racha de cuatro empates consecutivos en los últimos clásicos de la ciudad y 18 sin ganarle al “Pincha”.
La victoria merecida, la intensidad de la juventud ante la experiencia del rival, despertaron una fiesta donde tanto la totalidad del juvenil plantel del “Lobo”, junto a los más de 30.000 simpatizantes de Gimnasia dieron rienda suelta a una jornada de alegría en el Bosque platense.
LOS DETALLES
Gimnasia: Tomás Durso; Bautista Barros Schelotto, Leonardo Morales, Felipe Sánchez y Matías Melluso; Maximiliano Comba, Ignacio Miramón, Alan Lescano y Benjamín Domínguez; Cristian Tarragona y Franco Soldano. DT: Sebastián Romero.
Estudiantes: Mariano Andújar; Leonardo Godoy, Luciano Lollo, Jorge Rodríguez, Zaid Romero y Emmanuel Mas; Santiago Ascacibar y José Sosa; Benjamín Rollheiser, Mauro Boselli y Pablo Piatti. DT: Eduardo Domínguez.
Gol en el primer tiempo: 4m. Mauro Boselli (Estudiantes)
Goles en el segundo tiempo: 10m. Alan Lescano (Gimnasia) y 40m. Cristian Tarragona (Gimnasia) de penal.
Amonestados: 22 m.Santiago Ascacibar (Estudiantes). En el segundo: 8 m. Felipe Sánchez (Gimnasia), 12 m. Benjamín Rollheiser (Estudiantes), 15 m. Ignacio Miramón (Gimnasia), 19 m. Franco Soldano (Gimnasia), 32 m. Matías Godoy (Estudiantes), 39 m. Eric Ramírez (Gimnasia), 45 m. Leonardo Godoy (Estudiantes) y 45+6 m. Fernando Zuqui (Estudiantes)
Cambios en en segundo tiempo: 13m. Fernando Zuqui y Guido Carrillo por José Sosa y Mauro Boselli (Estudiantes), 20 m. Matías Godoy y Deian Verón por Pablo Piatti y Benjamín Rollheiser (Estudiantes), 21 m. Alan Sosa y Tomás Muro por Alan Lescano y Maximiliano Comba (Gimnasia), 26 m. Eric Ramírez por Benjamín Domínguez (Gimnasia), 30 m. Mauro Méndez por Santiago Ascacibar (Estudiantes) y 45 m. Antonio Napolitano por Cristian Tarragona (Gimnasia)
Árbitro: Facundo Tello (Principal) y Yael Falcón Pérez (VAR)
“Cómo es posible que una provincia pobre gaste en construir estadios, pistas de Moto GP, o en llevar hoteles 5 estrellas”. Con esta muletilla propia de un Domingo Faustino Sarmiento, la rancia mentalidad centralista, unitaria y porteña tachó, tacha y tachará cualquier atisbo de progreso que asome desde el Gran Norte Argentino. Esa tierra bárbara que a los ojos de la porteñitud sólo puede “fabricar pobres y atraso”.
A comienzos del siglo XXI Santiago del Estero integraba ese lote estereotipado. Una larguísima historia de desgobiernos caudillistas (el de Carlos Juárez el más emblemático), intervenciones federales esquizofrénicas, cuentas fiscales al rojo vivo, y una deuda social que para 2001-2002 arrojaba la escalofriante suma del 70% de la población sumida en la pobreza y la indigencia.
Y como patentó Cristina Kirchner, no fue magia. En medio del incendio del crac de la Convertibilidad apareció -primero como intendente de Santiago Capital y después como gobernador- un radical “distinto”. Capaz de sanear las cuentas en rojo y de tejer una alianza con el kirchneris mo nonato. Tan así se escribió la historia, que Néstor Kirchner no quiso saber nada con Gerardo Zamora y su Frente Cívico. Lo enfrentó y perdió. Recién ahí valoró a ese santiagueño de mirada impertérrita, modales suaves y convicciones férreas.
A partir de esa alianza política estratégica, los Kirchner tuvieron en Santiago del Estero a su aliado más leal del Norte Grande. Tan así es, que Cristina quería que Zamora fuera su vice en la elección de 2007. Néstor se quedó con Cobos (en ese experimento fallido que fue la Transversalidad) y le erró feo. Cobos tenía la traición a flor de piel.
Con la ayuda de la revolución de la soja transgénica que amplió las fronteras cultivables hacia Santiago y las generosas partidas de fondos nacionales, la provincia poco a poco fue mejorando en infraestructura (rutas, embalses, hospitales y escuelas) y abandonando el lote de las rezagadas a la hora de medir el PBI por cápita.
Tan brutal fue el salto, que Santiago del Estero fue la provincia argentina que más creció – su PBI- en los 17 años que transcurrieron entre 2004 y 2021.
El Censo marcó el año pasado que Santiago pasó por primera vez el millón de habitantes y las llamadas “Torres Gemelas” (donde funcionan los ministerios de Educación y Economía) son los únicos “rascacielos” del NOA. No es el único récord: en la “era” Zamora, se construyeron más de 70 mil viviendas y casi un millar de escuelas y centros de salud.
La construcción de la pista de Moto GP y el aeropuerto internacional en Termas de Río Hondo dio inicio a un ciclo de obras públicas planificadas para trascender. Pero fue la construcción -en plena pandemia- del Estadio Madre de Ciudades la obra que generó más polémicas puertas afuera de Santiago.
La castigaron por ser inoportuna y extemporánea. Pero Zamora resistió las críticas con un argumento demoledor: Santiago debe pensar en grande. En ser, eventualmente sede de la Copa del Mundo de 2030. O ser la plaza deportiva más valiosa del Norte Grande.
Y tuvo a la fortuna de su lado. El 18 diciembre del 2022 un tal Lío Messi condujo a la Scaloneta a la gloria en Qatar.
Poquito más de 3 meses después, todos los sueños confluyeron a orillas del puente carretero que une Santiago capital con La Banda.
Una vez más, y contra todos los pronósticos, Santiago siguió el consejo del filósofo Emerson: “No vayas por donde el camino te lleva. Ve por donde no hay camino, y deja un sendero”.