La caída de River ante Boca en La Bombonera dejó al descubierto el clima interno del plantel. Un video difundido en redes sociales mostró al delantero Maximiliano Salas agrediendo a un joven que filmaba en el campo de juego, mientras que Juan Fernando Quintero protagonizó un cruce con un periodista luego del encuentro.

El equipo de Marcelo Gallardo, que perdió su tercer partido consecutivo, atraviesa un momento de inestabilidad futbolística y emocional que se refleja tanto dentro como fuera de la cancha.

Un video que expuso el malestar

Las imágenes, grabadas por un hincha desde la tribuna y publicadas en X, muestran a Salas golpeando en la mano a un hombre que sostenía un celular, durante los festejos de los jugadores de Boca tras el 2-0.

El registro fue compartido por el usuario @marianomanuele, quien escribió: “¿Vos viste la piña que le pega Salas en el final del partido a un flaco que estaba filmando dentro de la cancha?”.

En el video se observa que el joven, sorprendido, guarda rápidamente el teléfono y se retira corriendo. Hasta el momento, ni River Plate ni el propio futbolista emitieron una comunicación oficial sobre el episodio.

El hecho se viralizó en pocas horas y volvió a poner en evidencia la tensión que atraviesa el plantel, en un contexto de resultados adversos y creciente frustración interna.

Quintero y un cruce con la prensa

El mediocampista colombiano Juan Fernando Quintero, uno de los pocos que enfrentó los micrófonos después del Superclásico, reaccionó con enojo ante una pregunta que insinuaba una falta de compromiso con el técnico.

_“Es tu percepción. Me parece que no eres profesional”, respondió el jugador, visiblemente molesto.
Luego agregó: “Jamás le haría la cama a un técnico. Y los otros menos”.

Las declaraciones fueron reproducidas por medios deportivos nacionales y marcaron un punto de quiebre en la relación entre el plantel y la prensa, en medio de acusaciones cruzadas y un clima de desconfianza.

Gallardo en silencio y un vestuario en crisis

El entrenador Marcelo Gallardo eligió no hablar tras el encuentro, repitiendo una estrategia de silencio que ya había adoptado en anteriores derrotas. Tampoco se difundieron comunicados del club, y los referentes del plantel evitaron declaraciones públicas.

Solo Franco Armani habló brevemente con la prensa, buscando transmitir calma ante la situación. Sin embargo, el mensaje general fue de agotamiento y desconcierto.

La falta de respuestas futbolísticas y el creciente malestar puertas adentro reflejan una crisis de liderazgo que, por ahora, no encuentra salida.