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Música

Free L-Gante: campaña en redes para liberar al cantante

L-Gante envía un mensaje en redes sociales antes de su indagatoria por delitos de secuestro, amenazas y portación de armas, a pesar de las denuncias sobre sus condiciones en detención. Los abogados de las víctimas acusan al cantante, mientras su ex pareja Tamára Báez muestra apoyo y sus padres protestan alegando que las armas son de juguete y pertenecen a su hija.

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El reconocido cantante de cumbia L-Gante envía un mensaje en redes sociales a sus seguidores horas antes de su indagatoria por los delitos de secuestro, amenazas y portación de armas. A pesar de las denuncias sobre las condiciones en las que se encuentra detenido en la DDI de Quilmes, se sabe que tiene acceso a su celular.

El artista comparte una historia en Instagram con el mensaje “Free L-Gante” y comparte el link con la dirección de la UFI N°9 y 10 de General Rodríguez, donde se llevará a cabo la audiencia declaratoria. Sin embargo, se señala que las autoridades consideran que existe riesgo de fuga o complicación de la causa, por lo que es improbable su excarcelación debido a los procesos activos en su contra.

Los abogados de las víctimas acusan a L-Gante de amenazas, privación ilegal de libertad y amenazas coactivas agravadas por el uso de armas de fuego, delitos cometidos el pasado 27 de mayo. En caso de ser encontrado culpable, el cantante podría enfrentar una pena de entre 5 y 15 años de prisión.

Tamára Báez, ex pareja del artista y madre de su hija, muestra su apoyo a L-Gante a través de las redes sociales, mientras que sus padres protestan frente a la UFI por no permitírseles estar en las afueras de la fiscalía y afirman que las armas encontradas son de juguete y pertenecen a su hija.

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Cultura

Murió Ramón Ayala, máximo referente de la música del litoral

El artista, de 96 años, se encontraba internado hacía más de 10 días a causa del agravamiento de un cuadro de neumonía.

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El-Argentino-Ramón Ayala.

Por Mariano Suárez

El misionero Ramón Ayala, creador original, exuberante y plebeyo, referencia por excelencia de la música litoraleña y ejemplo de una forma de acercamiento del hecho artístico inasible para los medios de comunicación, falleció este jueves a los 96 años en la Ciudad de Buenos Aires.

Allegados al artista indicaron que Ayala murió en el Sanatorio Güemes donde se encontraba internado y en delicado estado desde hace poco más de 10 días a causa del agravamiento de un cuadro de neumonía.

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Su nombre real era Ramón Gumercindo Cidade y sus oficios múltiples: compositor, intérprete, guitarrista, pintor, narrador de historias; todos ejercidos sin detenerse en la barrera de la exageración. Su acta de nacimiento está fechada el 10 de marzo de 1927, en Garupá.

Músico intuitivo y genial, se atribuye ser el creador de un ritmo, el gualambao, y es el compositor de canciones de envidiable belleza, a la vez portadoras de una voz de denuncia social: “El jangadero”, “El mensú”, “El cosechero”, “Canto al Río Uruguay”, entre tantas.

El-Argentino-Ramón Ayala.
Ramón Ayala, el infinito creador de la música del litoral.

Más allá de los datos biográficos duros sobresalen al menos dos méritos: en un ambiente folclórico en el que irrumpieron en un momento Los Chalchaleros, Los Fronterizos, y tantas formaciones copiadas en espejo hasta el hartazgo, Ayala trabajó en otra línea, más cuidadosa. Así como en Salta y Tucumán se levantaron Eduardo Falú o el Dúo Salteño, en el litoral, Ayala, forjó su propia tradición.

Habrá que computarle, además, que irrumpió en una escena dominada, en el litoral, por la música correntina y allí también se las arregló para construir un camino propio.

Nació en 1927 en el pueblo de Garupá, a 15 kilómetros al sureste de Posadas, frente al río Paraná, y en la frontera con Paraguay. Fue el mayor de cinco hermanos.

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En la adolescencia, tras la muerte de su padre, se trasladó a Buenos Aires, con su madre y se inició, de manera intuitiva, en el aprendizaje de la guitarra.

Acompañó al cantor cuyano Félix Dardo Palorma y, alentado por el maestro Herminio Giménez, comenzó a trabajar el repertorio litoraleño.

El-Argentino-Ramón Ayala.
El recorrido de Ayala fue emparentado con el de Atahualpa Yupanqui.

A lo largo de los años 50, Ayala formó parte del trío Sanchez-Monjes-Ayala (junto a Arturo Sánchez y Amadeo Monjes) con el que recorrió una amplia variedad de canciones, de las guaraníes a las más porteñas, sin descuidar los boleros.

Hacia 1960 creó el gualambao con la idea de darle un estilo propio y único a su provincia (tuvo un contrapunto público con Chango Spasiuk sobre el origen de esa especie).

El gualambao está formado por dos ritmos de polca encadenados por una permanente síncopa que le confiere una fisonomía particular. Se escribe en compás de 12/8 (doce octavos), es decir que cada compás posee 12 corcheas distribuidas entre 4 tiempos.

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En 1962 viajó a Cuba, invitado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Allí pudo conocer al revolucionario a Ernesto “Che” Guevara, y comprobar que su canción “El mensú” había sido cantada en los fogones revolucionarios de la Sierra Maestra durante la Revolución Cubana.

“En 1963 compuse ´El cosechero´, que fue un éxito enorme. Y ´El jangadero´, que Mercedes Sosa cantó como nadie. Desde entonces no paré de componer”, narró el propio Ayala.

Escribió el periodista Sergio Pujol: “Digamos que “El cosechero” es la metonimia de Ayala: todo su ser está ahí, perfectamente aludido. Están su barroco cuasi tropical, su instinto pictórico, su nervio rítmico, su talento para la melodía. Están el paisaje encarnado, y el hombre vuelto paisaje. Están la libertad del que canta y la condena del que trabaja: Rumbo a la cosecha, cosechero yo seré…”

Ayala, creador de más de 300 composiciones, grabó en 1976 su primer disco solista, “La vuelta de Ramón Ayala El Mensú”.

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“Posadeña linda”, “El río vuelve”, “Mi pequeño amor”, “Zambita de la oración”, son otras de sus reconocidas obras.

“Hay una especie de descubrimiento con mi obra. O tal vez todos me están cargando”, bromeó Ayala hace algunos años sobre la múltiple ramificación de su música, especialmente entre estudiantes y músicos jóvenes.

Fue el centro de un documental filmado por realizador y fotógrafo Marcos López, en 2013, tan caótico como el personaje que se proponía retratar. Así lo describió: “Ramón es exagerando, siempre está declamando el instante de la fragilidad de la existencia, es místico, podría ser como un Walt Whitman pero en la selva guaraní, una especie de monje y filósofo”.

Su recorrido fue emparentado, por su forma solista, su inclinación por la canción social y su proximidad con la naturaleza, con la figura de Atahualpa Yupanqui. Más allá de gustos, Ramón Ayala resiste esa comparación.

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