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Región

Mercosur: apoyan la soberanía argentina en Malvinas

Los presidentes de la países miembros del grupo ratificaron «su respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía» por las Islas.

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Los presidentes de la países miembros del Mercosur ratificaron este domingo «su respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía» por las Islas Malvinas y advirtieron que «las medidas unilaterales, incluyendo la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables del área en controversia, no es compatible con lo acordado en las Naciones Unidas».

El pronunciamiento surgió en el marco del la LIX Cumbre del Mercosur, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado. La Cancillería precisó que «los presidentes de los Estados Parte y Estados asociados reiteraron su respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía relativa a la Cuestión de las Islas Malvinas».

«Asimismo, destacaron también que la adopción de medidas unilaterales, incluyendo la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables del área en controversia, no es compatible con lo acordado en las Naciones Unidas. Y, en ese sentido, reconocieron, al igual que en anteriores oportunidades, el derecho que le asiste a la Argentina de promover acciones legales contra las actividades no autorizadas en la referida área», añadió el comunicado de la cartera que conduce Santiago Cafiero.

Se explicó que los Jefes de Estado «manifestaron el constante interés regional en que esta prolongada disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, alcance, cuanto antes, una solución de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas y las declaraciones de la Organización de los Estados Americanos, del Mercosur y de otros foros regionales y multilaterales».

«Este nuevo pronunciamiento de apoyo regional, al más alto nivel, se inscribe en la tradicional solidaridad expresada por los países de América del Sur para acompañar a la Argentina en su permanente reclamo de ejercicio pleno de su soberanía y en la defensa de los recursos naturales del área en controversia», concluyó la Cancillería.

Los países miembros del Mercosur son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, a los que se suman Venezuela (suspendida) y Bolivia (en proceso de adhesión), mientras como asociados están Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam.

Entrevista

Entrevista a Pablo Beltrán, jefe de la delegación de Paz del ELN

La mesa de diálogo entre el Estado colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha entrado en una grave crisis que ha cambiado lo que debía ser el séptimo ciclo de conversaciones por una reunión extraordinaria.

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Fuente: Hueleaazufre.com

Por María Fernanda Barreto

Nuestra América en Palabras y la plataforma Huele a Azufre realizó esta entrevista exclusiva con Pablo Beltrán, el jefe de la delegación de Paz del ELN, en Caracas, Venezuela. En ella consultaron sobre su versión en torno a los origen de esta crisis y, por supuesto, también indagaron sobre las posibles consecuencias.

Como espacio de comunicación contra hegemónica en Huele a Azufre sigue clamando por la solución política y negociada al conflicto social y armado que vive Colombia.

María Fernanda Barreto: Nuevamente tenemos el gusto de tener aquí, en nuestro espacio, al comandante Pablo Beltran, jefe de la delegación de paz del ejército de liberación nacional. Bienvenido nuevamente a Caracas, comandante Pablo.

Pablo Beltrán: Bueno, de nuevo estamos gozando de la hospitalidad del pueblo y el gobierno de Venezuela por el mismo tema que nos trae siempre acá, que es el Diálogo de Paz para Colombia y esperamos que su avance también le reporte al conjunto del Continente.

Comandante, estábamos muy ansiosas esperando que comenzara el séptimo ciclo de esta mesa de diálogo, pero nos hemos encontrado con la sorpresa de que ese séptimo ciclo no se está desarrollando si no que ustedes han convocado, en Caracas, a una reunión extraordinaria.

Y como colombiana —pero también como todas las personas de Nuestraamérica que buscamos la paz— esta noticia nos preocupa; me gustaría pedirle entonces que nos explique por qué estamos en esta situación pero además que nos lo explique en clave de Nuestraamérica; porque recordemos que nuestro público no es solamente de Colombia.

Bueno, sí se convocó el séptimo ciclo para acá en Caracas; pero terminando una reunión en la Habana, a final de febrero, teníamos esta discusión con la delegación del gobierno porque el gobierno abrió dos mesas.

Una es esta en la que yo me encuentro; la otra la abrió con un grupo que se reclama el ELN en Nariño, en la frontera de Ecuador. Entonces, en la Habana les dijimos, no aceptamos que haya una suplantación del ELN. El ELN es uno solo, que es este.

¿O sea, que ese frente de Nariño no es del ELN?

Ellos dejaron de acatar la normativa interna y las autoridades internas, por lo tanto tienen un proceso disciplinario que no prescribe; y el gobierno sabiendo a ciencia cierta sobre eso los acoge, los refugia, los protege y comienza una especie de proceso amañado. 

Entonces nosotros les preguntamos, ¿eso qué es? ¿Solución política? ¿Eso es desmovilización, desarme y reinserción? ¿Qué es? Y el gobierno lo que nos responde es que considera válido tener esta mesa aquí y abrir el otro proceso con ese grupo de Nariño.

Entonces nosotros le dijimos, el ELN no admite eso; eso coloca esta mesa en pausa —eso se lo dijimos allá en febrero— y si ustedes persisten en ese proceso van a llevar esta mesa a un estado congelamiento. Pero le estoy hablando de dónde quedó en punta la reunión de la Habana de finales de febrero. ¿Ellos qué dijeron?: “quedamos preocupados, vamos a transmitir esto al gobierno y vamos entonces para que quede una sola mesa”. 

Yo me fui a consultas y, el 12 de marzo, aparece la noticia de que ese grupo allá en Nariño le ofrece al gobierno una iniciativa de desminado. El comisionado de Paz, Otty Patiño, una hora después dice “aplaudo ese desminado y me voy a rápido a organizarlo” y, por la noche, la delegación del gobierno que habla con nosotros nos dice que está muy bueno el desminado… conclusión —la adivinanza del huevo— dijimos, “dejen de hacer eso” y ahora todos están haciendo lo mismo.

En ese momento nosotros les enviamos una comunicación donde les dijimos “si ustedes van a seguir con esas dos líneas, esas dos mesas y esa suplantación del ELN quiere decir que ustedes tiraron esa mesa al congelador”. Porque les advertimos que no siguieran por ahí porque iban a congelar este proceso, y siguieron. Conclusión: dejan esta mesa en el congelamiento. 

Entonces dijimos: no hay ciclo, no hay temas para hablar y el único tema que consideramos que hay que desentrabar es este; por lo tanto hagamos una reunión extraordinaria —que es la que vinimos a hacer en este momento a Caracas— y en el trascurso esta semana estamos hablando de cómo se va a desfacer este entuerto. Y el gobierno dice “bueno, esto lo tiene que resolver el alto gobierno”. Porque es que mucha de la gente que está aquí, representando al gobierno nacional, casi ni sabía del problema y no tiene la capacidad para deshacer ese camino que han andado.

Déjeme hacerle varias preguntas que se me ocurren a partir de lo que usted nos plantea: en primer lugar, ¿ese proceso disciplinario contra ese frente de Comuneros del Sur, que es como se llama, es anterior a que ese frente iniciará diálogos con representantes del gobierno o se da raíz de…?

Es anterior y nosotros se lo informamos [al gobierno]. Porque es que el gobierno hizo una jugada en agosto: se reunió con ellos, llevó representantes de la comunidad internacional e intentó hacer unos acuerdos con ellos. Entonces, cuando nosotros nos enteramos los llamamos, les dijimos que son acuerdos espúreos y esa mesa no vale y se hizo un debate en septiembre, aquí en Caracas, donde ellos dijeron “listo, entonces eso no vale y vamos a dejar de hacer eso”. 

Y estamos en abril y siguen haciendo lo mismo y cada vez peor, o sea, dándoles un estatus como interlocutor válido.

¿Y eso se ha limitado?, es decir, ¿el gobierno ha limitado esa política al trato con este frente o ustedes tienen algún elemento para creer que eso se va a convertir en una política de paz del gobierno nacional?

Lo que nosotros hemos averiguado es que, para este gobierno, es lícito hacer este proceso —que está regido por el acuerdo de México— que es buscar paz con transformaciones y también consideran que es válido, al mismo tiempo, ir sustrayendo sectores del ELN para ese viejo modelo fracasado de la pacificación. Quieren hacer convivir el viejo modelo, que no le ha dado sino problemas a Colombia, con este nuevo que estamos intentando. 

Entonces el gobierno cree que eso está bien y nosotros les decidimos que no, que eso no está bien y el ELN no va a admitir eso. Un diplomático de los que lleva una observación de este proceso dijo “el gobierno lo que está haciendo es comer por los bordes”. El ELN, ante eso, dice no, eso lo rechazamos y hasta que ustedes no lo resuelvan esta mesa va a estar en un congelamiento.

Y tiene realmente alguna esperanza objetiva, es decir, ¿en lo poco que han avanzado ahí podemos tener esperanza de que esto se va a destrabar, o usted cree que esto parece ser una crisis más grave que otras crisis?

Primero, nosotros nunca habíamos tenido este tipo de problema con ningún gobierno anterior. ¿Un gobierno que se dice progresista nos hace al ELN eso? ¿y quiere que se lo autoricemos? Pues no, nosotros no vamos a aprobar eso ni a naturalizar eso. 

Entonces, tenemos una posición muy distante. Ellos en una esquina y nosotros en otra, ellos diciendo que eso está bien y nosotros, en el ELN, diciendo que eso es inadmisible. ¿Si hay una salida? Yo pienso que el gobierno tiene que reflexionar mucho, porque si ese es el modelo de Paz Total que le van a aplicar al ELN, que el gobierno entienda que el ELN lo rechaza.

Aquí hicimos un acuerdo en México; dijimos que vamos a buscar paz con transformaciones, que íbamos a involucrar las sociedad en eso y, además, nos metimos en un cese al fuego bilateral, que en sus protocolos dice: no desarticular parte del ELN, no desarrollar operaciones de inteligencia —como esa que están haciendo allá, porque la está desarrollando el ejército y la policía—, no hacer operaciones de perfidia…

Todos esos acuerdos para mantener el cese los firmamos, y ellos lo están violando al impulsar todo este grupo allá en Nariño. Entonces nosotros le dijimos no, los acuerdos son para cumplirlos y esos son hechos de fuerza, nosotros rechazamos eso y si ustedes quieren que nosotros les aprobemos eso, pues nunca va a ocurrir; limítense a cumplir los acuerdos, respeten al ELN y no hagan esta suplantación, o sea, fíjese que el debate es muy de fondo.

Claro, es muy de fondo. Fíjese, muchos de los medios de Colombia reseñan que esta desmovilización, de este frente de Nariño, es la prueba de que la delegación de Paz del ELN está aislada de los delegados, de los mandos que tienen ustedes en los territorios. Y una de las cosas que han venido planteando es que esto evidencia la necesidad de que haya mandos territoriales en la mesa de diálogo, como parte de la delegación del ELN. ¿Cómo ven ustedes esa propuesta que han hecho algunas personas?

Sobre eso las grandes empresas de comunicaciones, en Colombia, tratan de decir que el ELN está dividido, que es federado. Yo siempre le respondo: dígame un solo acuerdo de los que haya firmado el ELN, en esta mesa, que no lo haya cumplido todo el ELN. No hay uno. 

Al interior nuestro sí hay matices, hay debates; pero nosotros tenemos un sistema interno de toma de decisiones democrático, eso es lo que nos rige a esta delegación. Yo acabo de venir de más de un mes de consultas con todos los frente. Y lo que traemos aquí son instrucciones consensuadas con todos. Ojalá los partidos de derecha en Colombia tuvieran un sistema de toma de decisiones. 

Entonces, todos esos son cuentos para decir que eso que está haciendo el gobierno, que es que a un grupo que está emproblemado con nosotros —que le estamos siguiendo un proceso—, ellos, en vez de respetar ese proceso, lo acogen, lo potencia y lo quieren mostrar como otro ELN. Eso tiene una palabra, eso es desleal.

¿Podría el gobierno decir, bueno, de aquí en adelante no vamos a volver a aceptar este tipo de acuerdos regionales, eso va bastaría para el Ejército Liberación Nacional?

Resulta que estas discusiones las hacemos delante de doce representantes de la comunidad internacional. ¿Sabe qué dijo uno de ellos? “El gobierno está haciendo una operación de desmovilización, desarme y reinserción en contra de los acuerdos con el ELN; la pregunta es, ¿va a seguir haciendo esto en otros departamentos?”, quien tiene que responder eso es el gobierno, no el ELN.

Por eso, pero si el gobierno dice, “No vamos a seguir haciéndolo, fue esta vez porque, bueno, no lo pensamos, estuvo muy fácil”; “ellos son los que pidieron que por favor les apoyáramos en su proceso de desmovilización”. Cualquiera de los muchos argumentos que aparece el respecto a esto, si el gobierno dice que de aquí en adelante no lo vamos a hacer más ¿eso bastaría para que se retome en los diálogos, para que se descongele la mesa o es que esta congelación más bien va a ser una criogenización? ¿Cómo es?

Pasar de menos uno a menos diez (risas). 

Le cuento, cuando hicimos el primer debate en la mesa, que fue el septiembre pasado acá en Caracas, vino el comisionado de Paz de ese el momento y dijo, “yo si estoy haciendo todos los contactos con los frente, no sólo con ese sino con varios, y esa es mi política y es la que me orientaron que hiciera”. Y nosotros le preguntamos, ¿y qué coordinación tiene esa política con esta mesa? ¿ninguna? No sólo debatimos eso. ¿Qué concluimos? que no iban a volver a hacer eso, eso fue en septiembre del año pasado, ¿Y qué están haciendo hoy? ¡Peor!

¿Y era en ese momento en otros territorios o era el mismo?

Ahí mismo. O sea, el debate se suscitó por ese acuerdo que fueron a hacer en agosto, entonces son siete meses con esa discusión; ellos en vez de parar el carro cada vez es más grande. Esto no es un asunto de palabras, sino de hecho. 

El ELN no le va a decir al gobierno si está haciendo bien o está mal; ellos tienen la suficiente capacidad para analizar a fondo lo anómalo que están haciendo y corregirlo. El ELN no va a calificar si está actuando bien o mal.

¿Y cómo lo corregiría el gobierno, qué es lo que ustedes plantean que haga el gobierno?

Eso sí pregúntaselo a Otty Patiño.

¡Cuando tengamos la posibilidad de volver a entrevistarlo, porque ya lo hemos entrevistado para este caso! 

Le pregunto, entonces, desde otro punto de vista: esta situación en la que está la mesa de diálogo no solamente le afecta y le duele a la Delegación de Paz del ELN y a la Delegación de Paz del gobierno; también tiene millones de dolientes en el mundo —entre las cuales me cuento—, toda la colombianidad en el exterior. Pero también hay mucha gente dentro de Colombia, en particular las personas que han venido haciendo un trabajo muy fuerte para el Comité Nacional de Participación.

¿Cómo queda todo el trabajo que se ha venido haciendo en este Comité, llamando a la gente a participar y que hemos visto? Además tuvimos el gusto de estar el día que se inauguró, vimos miles de personas con mucha alegría, con mucha esperanza; hemos visto encuentros regionales. Incluso encuentro en el exterior, como diáspora también hemos participado en esos encuentros. 

Cómo queda todo eso ante esta crisis y si esta crisis se extiende, entonces, ¿qué sentido tendrá un Comité Nacional de Participación que además debería estar ya pronto entregar un mecanismo de participación para intentarlo?

Bueno, intentar caminos de solución política en Colombia son difíciles. Esta mesa es un instrumento para ese camino de la solución política. El gobierno tiene una política que llama Paz Total; si esa Paz Total, como la tiene diseñada el gobierno, comienza a hacerle daño a este camino de solución política.

¿Qué pregunta se puede hacer Colombia? ¿Que la Paz Total es más de lo mismo que venía antes? ¡Y esa es una pregunta muy fuerte! Y si eso es así, el gobierno tiene que reflexionar porque entonces cuál es el contenido de su Paz Total.

Pero además, mire esto, si el gobierno intenta muchos cambios y reformas, por ejemplo en el Congreso, y la derecha y los grandes potentados se atraviesan —los grandes potentados son alérgicos al cambio porque tienen privilegios, los privilegios quitan derechos; pues es normal que ellos se atraviesen—; ¿pero que de las mismas entrañas del gobierno saboteen en un proceso de solución política?, eso ya tiene otro nombre, se llama desencanto.

Porque ya no es solamente que unos grandes potentados no quieren los cambios, sino que al interior del gobierno hay sectores que dañan y sabotean estos caminos para buscar los cambios de manera más violenta. Porque el camino es la solución política. Entonces es un debate muy de fondo.

Vuelvo y repito la pregunta: ¿la Paz Total es más de lo mismo el modelo fracasado que venía?, eso es lo que tiene que responder el gobierno. 

Y entonces qué hace el pueblo colombiano ante esta situación, este Comité Nacional de Participación; esas miles de personas que se han involucrado con esta mesa de diálogo desde las bases, con muchas esperanzas y con muchos riesgos. Porque usted sabe que es un gran riesgo asumir la participación política en una mesa de diálogo en los territorios donde el paramilitarismo… 

Campea.

Sí, y no parece disminuir…

Nosotros sabemos que esta crisis de la mesa ha tenido alteración en el proceso de participación, pero estamos buscando para que sea lo menos posible. Porque si aquí hay congelamiento eso no implique el congelamiento también en el proceso, pero además ellos son hijos de este proceso; ese Comité Nacional de Participación son 100 personas que están distribuidos por todo el país animando los eventos de participación.

Nosotros, como delegación de diálogo del ELN, nos gustaría hablar con ellos para escucharlos y explicarles cómo está esto, qué perspectivas tiene, pero también escucharlos a ellos que también son, como usted bien dice, doliente de este proceso. Ya son hijos de este proceso. 

O sea, ya el proceso desbordó la mesa. Ya no son las dos delegaciones y la comunidad internacional; sino todo este proceso de participación social y de movilización política que ha desatado en Colombia. Entonces, para nosotros es de primera importancia poderlos escuchar y que nos escuchen, para que también nos den luces de cómo encontramos salidas a esto.

¿Y lo han hablado formalmente con los países garantes? Buscar que, aunque esta crisis no se superara con esta reunión extraordinaria, siguieran estos países garantes y el propio gobierno colombiano apoyando el desarrollo del Comité Nacional de Participación, y de la participación en general en torno a la mesa.

Yo pienso que va a ser el puente que va a sostener todo el esfuerzo en esta crisis. No solamente que ese proceso de movilización política y participación social siga, sino que también tenga una voz importante en buscarle caminos a esta crisis. Ubíquese de otra manera, no solamente que sean espectadores, 

Y yo pienso que la comunidad internacional animaría eso y ojalá el gobierno también anime eso; que escuchemos a todo ese Comité Nacional de Participación, que nos escuche, que de sus opiniones y que también le eche cabeza a cómo le encontramos la salida a esta crisis.

Ustedes han insistido en que el ELN está unido y que la Delegación de Paz del ELN realmente representa a toda su militancia, ¿correcto?.

Claro.

¿Perciben ustedes también muy unida a la Delegación de Paz del gobierno?

A ver, voy a comenzar por el punto más crítico. Yo he estado preguntando si llevamos dos reuniones plenarias. 

Qué es la reunión plenaria: es donde están las dos delegaciones y la comunidad internacional. En cada reunión plenaria nos estamos sentando 41 personas a hablar de estas cosas. Y yo preguntaba: dónde está José Félix Lafourie —que es el representante no sólo de los ganaderos sino del expresidente Uribe—, por qué no vino José Ferni Lafourie.

Entonces, sí, remitiendo a su pregunta, ¿está muy ocupado o es que no comparte lo que está haciendo el gobierno? ¿Sí ve que se suscitan muchas preguntas? 

¿Y ha respondido algo?

Muy tímidamente me han dicho que está esperando para venir los últimos días.

Bueno, ahí hay unas ausencias. Lo que digo es que las ausencias significan que no están de acuerdo con lo que están haciendo los voceros del gobierno. Otra, los que están sentados ahí como delegación del gobierno, que son como diecinueve —nosotros nos sentamos diez—, ¿están todos de acuerdo con ese manejo?

Yo pienso que no hay unanimidad al interior de la delegación del gobierno y lo evidencia las ausencias; y lo evidencia que mucha gente que no habla ahí tiene una posición distinta de ese rumbo que está tomando la delegación del gobierno, impulsada por el comisionado Patiño.

O sea, pienso que hay gente que al interior del mismo gobierno, no está muy de acuerdo con todo este aliento de saboteo que impulsa el comisionado en Nariño. Es mi percepción.

Ustedes plantearon al principio de esta mesa, con el gobierno Gustavo Petro —incluso se estuvo hablando mucho en nuestra primera entrevista—, que era importante que los propios Estados Unidos pudieran participar en esa mesa. Eso, aparentemente, nunca se concretó. 

¿Usted cree que este tipo de políticas —que usted dijo que algún garante lo dibujó como un comer por los bordes de parte del gobierno, mientras se realizó la mesa de diálogo central— pueden ser la expresión de una injerencia directa de los Estados Unidos sobre las políticas del gobierno, en torno a la mesa de diálogo?

Ellos han dicho una cosa y han hecho varias. ¿Qué han dicho? A todo al que les preguntaba “¿oiga cómo va el proceso con el ELN?”; ellos le dicen: vamos a esperar un poquito a que se consolide más y miraremos qué posición tomamos, Esa es la posición diplomática.

En los hechos. En los hechos nosotros tenemos muchas expresiones de ataque, incluido en este momento que sabe ese bilateral bajo forma paramilitar. O sea, nos atacan con bandas, carteles, clanes, paramilitares, gente que se llamar disidencias. O sea, los frentes nuestros no han tenido descanso durante el cese.

¿Por qué le he hecho ese cuento? Todas las operaciones que tienen que ver con inteligencia de largo plazo contra el ELN —que contra el ELN es persecución y exterminio, que no ha cesado aún en la etapa de diálogos—, siempre está detrás organismos estatales de Estados Unidos. 

Le doy un ejemplo, estando el gobierno de Duque llegaron las ISAF, que es algo así como: la fuerza de asistencia para seguridad. Es la última mano siniestra a Estados Unidos en Colombia. En cada una de las divisiones hay asesores de las ISAF.

Estos provenían de Afganistán, los que llegaron al Catatumbo…

Y a Arauca… Entonces, todas las operaciones de bandas, cárteles, mafias, escuadrones que, desde la frontera colombiana, atacan a Venezuela es la forma de guerra que ellos han tomado, o sea, entregársela a otros; la hacen otros y ellos no responden. Esa forma de guerra no solo la tenemos en la frontera colombo-venezolana sino que está en el conjunto del país. Y detrás de esa forma de guerra en cada división de las Fuerzas Militares colombianas hay un grupo especialista de las ISAF.

Y, dada la coyuntura mundial, me veo tentada a preguntarle ¿y de Israel hay alguna presencia?

Bastante, pero le voy a decir una para que usted entienda la relación del Comando Sur del ejército de Estados Unidos hoy: cuando el presidente Petro dijo que estaba en contra del genocinio de Gaza, que si proseguía, él iba a dejar de comprar armas y a recibir asesoría militar de Israel, que es mucha; ¿saber qué dijo al día siguiente la general Richard S.J. del Comando Sur? “Tranquilos, que lo que Colombia deje de comprarles en Israel o recibir en asesoría de Israel, la damos nosotros”.

Para que la piense una semana. 

Quisiera preguntarle por dos temas, que además están muy de moda en la opinión pública colombiana, sobre los cuales el ELN y particularmente el comandante Antonio García se ha manifestado: 

Uno, Gorgona, la posición del ELN frente a la construcción de esta base militar en la Isla Gorgona; que ahora dice la ministra Muhamad que no es una base militar propiamente, sino que más bien va a construirse algo como un puesto observación con fines ecológicos, que tiene una base de guardacostas.

Pero bien sabemos y lo hemos dicho en otras ocasiones que esto proviene ya de un plan largamente desarrollado para la región del Pacífico, por parte de los Estados Unidos, un compromiso que firmó Iván Duque en el 2020, también de construir un cinturón del Pacífico que incluía a la Isla Galápagos, a la Isla Gorgona. Entonces, ahí hay un debate que ha convocado mucha gente izquierda, incluso mucha gente cercana al gobierno ha entrado en contradicción por el tema de la Isla Gorgona.

¿Usted puede, para quienes nos escuchan, aclararnos cuál es la posición de ustedes en torno a lo que está sucediendo en la Isla Gorgona?

Escuchándole los cuentos, que refiere de lo que dice el gobierno para tratar de justificar un error muy grave, me acuerdo cuando yo era estudiante que, cuando uno escuchaba una historia increíble, se decía ahora échame un cuento de vaqueros.

Por favor. Un apostadero naval, con radares, muelles, instalaciones militares en un santuario natural, ¡porque es un parque natural nacional, es la principal isla colombiana en el Pacífico! ¡Entonces, ahora van a decir que llegaron guardabosques! Es el cuento que le falta. 

Yo solamente voy a hacer tres cosas: es una situación muy grave que ese parque natural nacional lo conviertan en una base militar de la infantería gringa, punto. Eso no tiene perdón de Dios, dicen en mi pueblo. 

Segundo, que para tapar ese error, se inventen cuentos fantásticos, por favor, ¿ese es el estilo del gobierno? eso es lo que genera desencanto. bien que he usado dos veces la palabra desencanto. Eso no se hace. 

Y, tercero, yo he escuchado a muchos compañeros —sobre todo en las grandes ciudades— que me dicen “imagínese, dijeron que iban a acabar la policía militarizada que les sacó los ojos a nuestros compañeros de universidad en el Estallido Social de 2021” —esa fue la promesa del presidente cuando hizo la campaña— “y ahora les cambió lo uniforme, les cambió el nombre y siguen haciendo lo mismo. 

¿Eso qué es? ¡desencanto! Eso no se le puede admitir a ningún gobierno, eso como ella llama: ¿fraude? ¿trampa? ¿truco? Eso no, eso no se le hace a la gente. 

Lo mismo quieren hacer ahora con Gorgona —que es una base naval—. Entonces ahora las van a pintar a los infantes de marina gringos de guardabosques; que si que van a cuidar las ballenas para que paran bien y al lagartijo azul para que tengan bastantes hijos. O como el cuento que se inventaron de que Estados Unidos iba a estar en la Amazonía para cuidarla. ¡Imagínese! 

Entonces, claro, si el gobierno coge eso como matriz de comunicación, coge mal camino; o sea, es que a cambios cosméticos darles el nombre que no es. Y, termino con esto: No es que el ELN se oponga a que haya que defender la soberanía colombiana; no, hay que defenderla. Ni que se oponga a que, para defender la soberanía, haya que poner radares. Pónganlos. 

¿Pero por qué los van a poner en un parque natural nacional? ¿Para tirarse en el parque? Es que cada cosa tiene un nombre. 

Les he estado analizando que, en la política de relación entre Gustavo Petro y Estados Unidos, él está haciendo cosas que dañan la soberanía y las quiere disfrazar como cosas positivas. Esa es la crítica que le hacemos como ELN. 

Sin embargo, el ELN ha manifestado su apoyo a buena parte de las reformas que ha planteado el gobierno de Gustavo Petro; ha planteado también, recientemente, su apoyo a la convocatoria a un proceso constituyente y de hecho, lo que plantea esta mesa a través del Comité Nacional de Participación, es en sí mismo un proceso constitute también.

Aunque hay una cierta limitante en cómo se comprende un proceso constituyente, como que un proceso constituyente sólo sirve para hacer una nueva constitución, pero cuando hablamos de participación política tan estratégica, estamos hablando de procesos constituyentes.

Sin embargo usted usaba aquí —y lo acababa a señalar— la palabra desencanto, ¿está el ELN desencantado del gobierno Gustavo Petro? ¿si esta mesa no sale de esta congelación el ELN va a dejar de apoyar esa reforma, va a dejar de apoyar el proceso constituyente como ha manifestado que lo apoya? ¿pasan a hacer oposición del gobierno de Gustavo Petro?

No, el hecho de que nosotros hagamos unas críticas fundamentadas no quiere decir entonces que ahora nosotros somos la oposición al gobierno de Gustavo Petro.

Ni que van a estar del lado de Lafourie o de Uribe o de Cabal.

No, una cosa es que nosotros le hemos dicho varias veces a ellos que somos socios para construir el acuerdo de México, que es paz con transformaciones; pero si ustedes se bajan de eso, pues dejamos de ser socios, ¿sí ve? Y tenemos que criticar eso.

Por eso le estamos criticando que cuando ellos quieren implementar con el ELN el viejo modelo de pacificación nosotros los criticamos y los rechazamos. Pero nuestra dirección, por ejemplo, ha emitido un comunicado diciendo que le damos la bienvenida a lo de la constituyente, y creemos que hay que comenzar a andar un proceso de constituyente social para afirmar un apoyo político a los cambios y a la democratización de Colombia.

Y eso no cambiaría si se rompe esta mesa definitivamente.

Nosotros no somos de pensamientos únicos, sabemos en qué cosas tenemos que apoyar los cambios que haga el gobierno, pero también —cuando el gobierno haga cosas que no les sirva a Colombia, a todo lo colombiano— lo tenemos que criticar.

El hecho de que yo me considere socio del gobierno para una solución política, bajo el modelo de paz con transformaciones, no quiere decir que yo apago mi capacidad crítica, ¿no?

Nosotros debemos ejercer esa posibilidad de capacidad crítica de la izquierda, la crítica no se la debemos dejar solo a la derecha. Y eso no anula que sigamos buscando ser socios para el proceso de solución política.

Me gustaría que usted nos contara cómo está la situación de seguridad para la Revolución Bolivariana, en la frontera, visto de Colombia. ¿Por qué? Porque como arrancamos el año en Venezuela oyendo al presidente Nicolás Maduro decir que se desmantelaron cinco intentos de atentar contra su propia vida, en el año 2023, y que fueron fraguados por la CIA desde Colombia, con apoyo de personas de la inteligencia colombiana.

Entonces nos mantiene muy preocupada la situación de frontera, nos mantiene muy preocupada la situación de la seguridad de la Revolución Bolivariana. Y bueno, ustedes hacen vida en esa frontera y me gustaría que nos diera un breve panorama de cómo está la situación ahí.

Lo que le voy a decir no es muy alentador. 

Desde que llegó al gobierno el presidente Chávez, impulsó una política de nacionalización de los bienes naturales de Venezuela y que esos bienes naturales de Venezuela les sirvieran al pueblo de Venezuela, o sea, a la mayoría; y no ha Estado Unidos ni a la élite, esa minoritaria oligárquica de acá. Esta revolución se echó de enemigo al imperialismo.

¿Usted cree que el imperialismo ha dejado de soñar con apropiarse la mayor riqueza petrolera del mundo? ¡Eso es su sueño dorado! Y no desisten de eso.

¿Cómo están desarrollando la guerra ahora? Ya le dije. Algunos le dicen guerra proxy, guerra subsidiada, guerra por intermedio de otros. Ese es el modelo de guerra. ¿Nuestros frentes en la Guajira contra quién están peleando?, contra unas mandas que tienen el apoyo de las fuerzas militares colombianas; y que se dicen que son del Tren de Aragua.

Pero eso es un cuento. Son mandas que recogen por ahí para seguir desestabilizando la frontera.

Entonces, usted se encuentra ELN —desde Castilletes, en la Guajira, hasta la Piedra del Cocuy, donde se juntan Brasil, Colombia y Venezuela—, y eso es lo que nosotros enfrentamos.

¿Y la presencia estadounidense en la frontera en realidad ha disminuido?

Ya le dije que detrás de cada división del ejército colombiano hay un grupo especialista de las ISAF norteamericanas, llevan cinco años en eso. El plan que están haciendo ahora lleva cinco años. ¿Cuánto va a durar? hasta que el gobierno colombiano lo permita…

Yo le pregunté al senador Cepeda: “Oiga, senador”—cuando llegó la fuerza a esa— “Esa fuerza viene estacionarse aquí o viene de paso? ¿Por qué el Congreso no debatió eso? Porque es una fuerza extranjera. Y dijo: “No, el gobierno de Duque no permitió que hubiera debate en el Congreso”. O sea, que llegó una fuerza extranjera adicional se estacionó. Al principio: “no, que está aquí y va de paso”. Ah no, se estacionó, y el  congreso pintado en la pared.

Entonces, claro, eso viene del presidente Duque. ¿Tiene Petro poder para replantear la presencia de las bases gringas y los asesores gringos? Yo pienso que esa es una pregunta muy fuerte; porque eso no es solamente el presidente Petro; es que el conjunto del pueblo colombiano levantemos una voz para que no haya fuerza extranjera en el territorio, atentando contra los países vecinos. 

Porque eso se sabe. Colombia es un portaaviones de ataque para todo. O sea, usted desde Colombia afecta Centroamérica, el Pacífico, la zona andina, la Amazonía, la Orinoquía, el Caribe. ¡Portaaviones!

Y si esta mesa, finalmente no se descongela, ¿ustedes de todos modos seguirán manteniendo canales de diálogo que permitan que, en cualquier momento, se descongelen? ¿que se vuelva a retomar el diálogo? ¿o se daría ya por perdida toda posibilidad de buscar una solución política y negociada al conflicto social y armado en Colombia? por lo menos de parte del Ejército de Liberación Nacional y el gobierno.

Las instrucciones que tiene esta delegación es bregar en buscar una salida o ir al gobierno para buscar una salida al congelamiento; y no tiene ningún tipo de instrucciones para cortar contactos o comunicaciones con el gobierno. Para nosotros es muy importante mantener el contacto de la comunicación porque hay que dialogar y hay que escucharnos, porque una salida aquí no la puede inventar el ELN; una salida la inventamos es las dos partes.

¿Las están tratando bien aquí, en Venezuela?

Siempre nos tratan bien.

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