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Cultura

Se celebra el Año Nuevo Chino “Dragón de Madera”

Este sábado de 17 a 20 comenzarán las actividades en la plaza Parques Nacionales, ubicada entre la avenida Figueroa Alcorta y Sucre, del barrio porteño de Belgrano, donde habrá 40 stands gastronómicos, artesanales y culturales.

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La comunidad china de Argentina comienza hoy su celebración de la llegada del año nuevo lunar que estará consagrado al “Dragón de Madera”, con un nutrido calendario de actividades que se desarrollarán hasta el 17 de febrero entre Buenos Aires, Salta y Ushuaia, y que incluirán las tradicionales danzas del dragón y león, así como espectáculos de ópera china, exhibiciones de tai chi y caligrafía, entre otras propuestas virtuales y presenciales.

Este sábado de 17 a 20 comenzarán las actividades en la plaza Parques Nacionales, ubicada entre la avenida Figueroa Alcorta y Sucre, del barrio porteño de Belgrano, donde habrá 40 stands gastronómicos, artesanales y culturales, con platos de la cocina china, como kung pao (pollo marinado picante) o jiaozi (una especie de empanadillas de masa fina rellenas de carne picada o verduras) y muestras de caligrafía, ceremonias del té y charlas de medicina tradicional china.

También tendrán lugar exhibiciones de danzas del Dragón, «para augurar la buena fortuna», que serán acompañadas por los Leones Chinos, las exhibiciones de artes marciales de adultos y niños, Chikung y Tai Chi para la salud, además de conciertos de instrumentos antiguos como el Guzhen, los tambores y el erhu, y de danzas tradicionales, informó la cartera de Turismo porteña.

Por otra parte, mañana de 12 a 18 en el Dique 1 de Puerto Madero habrá una carrera de Botes Dragón, un deporte náutico que llegó a la Argentina en 2018, la primera competencia fue en 2019 y actualmente la disciplina cuenta con miles de adeptos , convirtiéndose en el país sudamericano con mayor desarrollo en esta disciplina.

El 9 de febrero a partir de las 19 el Obelisco se iluminará de rojo, el color de la fortuna, en la víspera del Año Nuevo Chino y para recibir el “Dragon Bus” que partirá desde el Gran Barrio Chino hasta la Plaza de la República.

En la Ciudad de Buenos Aires las actividades continuarán el 10 y 11 de febrero en el Barrio Chino desde las 12 y hasta las 20, con shows de cultura milenaria china, danza del Dragón, caligrafía china, instrumentos tradicionales y bailes típicos.

Desde 2019, el cronograma de actividades recibe el nombre de la “Ruta del Año Nuevo Chino” -en este caso, 2024- y está subdividido en “12 estaciones”, una por cada animal del zodiaco chino y por cada evento a realizarse.

Se trata de una serie de actividades que comienza una semana antes y prosigue una semana después del 10 de febrero por diferentes puntos de la ciudad de Buenos Aires y otras provincias.

En este sentido, mañana a las 19 en el Teatro Provincial de Salta tendrá lugar la presentación de una compañía de ópera de Sichuan, un tipo de teatro tradicional chino surgido a principios del siglo XVIII de la provincia china del mismo nombre, que es eje de esta actividad identificada con la “estación Conejo”.

La estación Rata correspondiente al 14 de febrero consistirá en la muestra y exposición “Oriente todo” dictado por la especialista Estefanía Rouco en el Centro Cultural Borges en la Ciudad de Buenos Aires a partir de las 18; y la última estación, la Tigre, arribará el 15 de febrero al Salón de actos de la Facultad de Ciencias Económicas UBA donde el Instituto Confucio de este centro de altos estudios ofrecerá la disertación “Recorriendo China desde una perspectiva cultural”.

Las estaciones “Serpiente”, “Mono”, “Cerdo”, “Gallo”, “Perro” y “Caballo”, en tanto, corresponderán a actividades virtuales; entre ellas un banquete entre académicos chinos de la prestigiosa Tsing Hua University y anfitriones argentinos en Ushuaia que se transmitirá vía streaming.

Análisis

La cultura se destruye, ¿o se hace desaparecer su industria?

Este somero resumen histórico demuestra que no hay encono ideológico, si no supremacía de los intereses de las grandes distribuidoras y plataformas en parcelar los gustos, hundir todo proyecto que ellos no puedan controlar desde sus empresas (Netflix, HBO, Disney etc) y ganarse todas las audiencias posibles con todos los formatos a su disposición.

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Por Leonardo Napoli*

Cuando escucho o leo que el presidente Milei quiere destruir la Cultura Argentina, pienso que, para semejante empresa, no tiene ni la capacidad ni la posibilidad de hacerlo. Lo que si tiene es un gran poder de fuego para hacer daño. ¿Se han destruido culturas a lo largo de la historia de la Humanidad? Si. Pero fueron procesos de muchos años y estas líneas no son motivos de ese análisis, ni el que escribe capaz de desarrollarlo.

Lo que el gobierno de Milei intenta es destruir la industria, en este caso cultural. Pasar de un país, en vías de industrialización, a otro primarizado, extractivista, dentro de  un modelo de flujos de capitales  financieros con finalidad especulativa sin interés puesto en el desarrollo nacional. 

¿Es la primera vez que esto sucede? No

La  Argentina fue, desde fines del siglo XIX, un centro de atracción y consumo de todas sus expresiones artísticas culturales. El Teatro Nacional, que nació en el picadero de un circo, llegó a convertirse en un negocio, protagonizando el gusto popular  hasta que hizo irrupción la radiofonía. Con ésta llega el radioteatro y la industria discográfica con altos niveles de audiencias. El tango ganó mercados no solo nacionales sino internacionales. Nada de lo escrito hasta aquí es novedoso. Cualquier estudiante de artes lo sabría. 

Hacia mediados de la década del 30 del siglo pasado comienza lo que mas tarde llegó conocerse como la época de oro del cine argentino. Nace en los albores  de la revolución de 1943 y muere con el bombardeo a la Plaza de Mayo en 1955. Lucas Demare, Hugo Fregonese, Luis Moglia Barth, Hugo del Carril, Luis Sandrini, Enrique Muiño, Tita Merello o los 5 Grandes del Buen Humor, son producto y resultado de una Argentina en franca expansión industrial. Homero Manzi, guionista de grandes éxitos, recorre Latinoamérica sumando mercados de habla hispana. Después de la Segunda Guerra Mundial, EEUU, una vez cesado, en parte, el negocio armamentístico, va hacia el control de su cinematografía en la región. 

Todo lo relatado hasta aquí de las industrias fue casi sin la intervención estatal.   Quizás sí, algunas producciones de características históricas recibieron apoyo estatal, como el caso de “Su Mejor Alumno” de   Demare, Manzi , Petit de  Murat, Magaña y Muiño.

Las nuevas generaciones que llegaron después de 1955 se vieron cercadas por las presiones de la industria hollywoodense que decididamente cuestionó el mercado latino ganado por el cine argentino, llegando a amenazar con la no provisión de las vacunas Sabin, si el cine argentino insistía en comprar negativos Kodak para abastecer el mercado.

En 1957 el recordado Leopoldo Torres Nilsson insta a la Revolución Libertadora a la creación de un Instituto Nacional de Cine y lo logra.  Fue a partir del gobierno de  Frondizi con características desarrollistas que nació un nuevo organismo que promovió, dio crédito, y fomentó al cine nacional. Por esa iniciativa  llegan,  Antín, Khon, Favio, Kuhn, Solanas, Getino entre otros. Con la recuperación democrática de 1973 el cine vuelve a ganar masividad con resultados casi nunca mas superados.

La televisión argentina se funda con la impronta estatal en 1951 a instancia de Jaime Jankelevich y Juan Perón, que vislumbraron el nuevo formato que competiría directamente con el cine, el teatro y la radio. En menos de diez años la televisión argentina se transforma, de tal manera, que los televisores, inaccesibles en una época, pasan a ser artículos populares de fácil acceso. Así nació la televisión privada, después que el Estado demostrara que ahí había un negocio próspero.

Los artistas nacionales aglutinaban el gusto familiar, las audiencias sin detrimentos de otros géneros, superan todas las marcas de audiencias, no igualadas hasta la fecha. 

La telenovela argentina gana los mercados latinoamericanos y sus artistas son reconocidos internacionalmente.  Pero en 1976 con la dictadura cívico militar, otra vez el cine nacional y la industria se ven atacados de la mano de la censura ideológica, las prohibiciones y los exilios. A esa época se la recuerda, entre otras desgracias, porque detrás de esa cuestión ideológica estaba la destrucción de la industria argentina. 

Con el advenimiento de la democracia en 1983 asistimos al resurgimiento de un nuevo cine  argentino y una televisión poniendo en valor toda la capacidad artística y técnica que se mantuvo intacta hasta que se vio interrumpida en 1990 con la Reforma del Estado de características neoliberales. No sólo se vendieron las empresas estatales como Gas del Estado, Aerolíneas Argentinas, Ferrocarriles, Entel, si no que pasamos de una producción de  50 películas anuales en la década del 80 a 11 en 1991 y 12 en 1992. La televisión da paso a las “Latas extranjeras” y la producción de los canales, ahora privatizados, dejaron de tener el impacto masivo de la década del 60, 70 y 80. Otra vez vemos como los procesos recesivos impactan en las industrias culturales. En 1994, por la lucha de los realizadores, artistas y trabajadores sindicalizados del sector  promulgan a través del Congreso Nacional la Ley 24.377 de fomento al cine.

Además, nuevas formas dan pie  para apostar por los artistas y realizadores argentinos. Amigos son los Amigos, Grande Pá, Poliladron, Gasoleros etc. Confirman el gusto popular por sus artistas otorgándole mas de 40 puntos de audiencias en cada salida, superando por raiting a las producciones extranjeras. 

Lentamente, en las postrimerías del uno a uno y ya en las puertas del 2001, cae otra vez la industria y se va a restablecer  recién con los acontecimientos politicos resurgidos entre 2003 y 2015. El récord de asistencia se  logró en 2014 con 52 millones de espectadores de los cuales el 20 % apostó por el cine argentino.

Este somero resumen histórico demuestra que no hay encono ideológico, si no supremacía de los intereses de las grandes distribuidoras y plataformas en parcelar los gustos, hundir todo proyecto que ellos no puedan controlar desde sus empresas (Netflix, HBO, Disney etc) y ganarse todas las audiencias posibles con todos los formatos a su disposición.

Para finalizar vale una anécdota. Cuando se pensó “Amigos son los Amigos” Gustavo Yanklevich le dijo a los autores: “Quiero una historia para las 21 hs, que junte a tres generaciones de galanes, Enzo Viena, Carlos Calvo y el jovencito Pablo Rago. Es el momento que se junta la abuela, la madre, el padre  y los chicos a la mesa y no quiero que discutan por cambiar de canal”. Esa simple, pero verdadera historia nos abre un nuevo desafío para preguntarnos. ¿Es sólo una cuestión de puestos de trabajo lo que está en disputa? ¿Es sólo que en estos lugares de fomento habría  corrupción? ¿Será que los argentinos  y argentinas del siglo XXI estaremos etariamente tan separados que los padres no sepamos cuales son,  ni conozcamos a los ídolos de nuestros hijos, ni ellos los nuestros, con el consiguiente desarrollo de un destino de Nación?

Debemos defender lo que otras generaciones consiguieron, porque sería un pecado de Lesa Historia no dar esa pelea. Que sepan por lo menos, que no fuimos indiferentes a todo lo recibido como patrimonio a ser resguardado, donde lo de todos es un continente inexpugnable digno de ser defendido y preservado.

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