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Entrevista

Juan Carlos Junio: “Si hay un gobierno que defienda lo nacional y a las grandes mayorías tenemos futuro”

El Secretario General del Partido Solidario (PSOL) y Director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, dialogó con El Argentino y planteó la existencia de dos proyectos y modelos económicos antagónicos: uno de concentración de riqueza y privatización de empresas públicas, otro progresista y transformador que privilegia el rol del Estado, la participación popular y la distribución de la riqueza.

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Fotos: Anna Lainez

-¿Cómo se puede caracterizar la coyuntura política actual argentina?

-Estamos en una situación muy compleja, al borde de una definición en el marco del sistema democrático argentino, en el que la elección es un momento determinante. Es una situación de gran tensión que a su vez se da en un momento de crisis económica que tiene dos grandes andariveles, la macroeconomía muy ligada al endeudamiento, esencialmente heredado de Macri, porque la deuda con el FMI que dejó Cristina fue cero. El otro gran problema es el de los precios. Yo prefiero hablar de precios y no tanto de inflación, porque el pueblo lo que ve es lo que paga por el pan, la leche, la fruta o los zapatos. Y los verdaderos responsables son las grandes empresas formadoras de precios locales, más allá de si sus capitales son argentinos, multinacionales, o una mezcla de ambos. El único modo de defender a la ciudadanía, y aquí tenemos un atraso incluso en el gobierno popular, es desde el propio Estado.

-Eso implica confrontar intereses

-Claro, la defensa de los sectores populares implica una contienda con esas minorías que son los formadores de precios. Veinte empresas controlan el 74% de los productos y los precios. Si tomás cualquiera de las 10 grandes ramas de la industria, de los servicios, entre 2 a 6 empresas por rama controlan el 70, 80 y hasta el 90% del mercado. La política que nuestro propio Gobierno llevó a cabo de consensualismo no ha dado resultado, hace falta una intervención mucho más severa. No me opongo a que haya búsqueda de consenso, pero como dice la politóloga belga Chantal Mouffe, la política no es consenso, la política es conflicto y en el marco del conflicto hay que buscar el consenso. Nadie quiere pelear por pelearse, pero hay que asumir el conflicto con los sectores del poder económico. En muchos casos coincide el poder económico de las corporaciones con el poder mediático que ya también en alguna medida es parte del establishment, ya no son los grandes medios de comunicación solamente difusores de ideas del poder, sino que además integran el poder económico.

-¿Cómo entramos a este año electoral?

-Hay una situación de incertidumbre muy grande en la propia sociedad y un distanciamiento de las fuerzas y los partidos políticos. En ese marco aparecen personajes como Millei. Ahí tenemos una advertencia muy grande porque tiene una conducta francamente antidemocrática, que refleja los intereses de lo más rancio del establishment económico y político. Los exponentes más importantes de la derecha como Patricia Bullrich, Mauricio Macri y el propio Rodríguez Larreta, cuando están frente al establishment, en la Embajada Norteamericana, o en un viaje a Washington hablan de reforma educativa, flexibilización laboral, reprivatización de los fondos de previsión y pensión, sin distribución de la riqueza. En el Frente de Todos también hay una situación indefinida que tiene el liderazgo de Cristina. Estamos a muy poco de una definición, el Frente de Todos tiene la necesidad imperiosa de unirse. El acto del 25 de mayo tendrá una importancia fundamental porque para nosotros la democracia es electoral, pero fundamentalmente es protagonismo y movilización popular, protesta y manifestación.

-¿Qué análisis histórico político haces del 25 de mayo?

-Siempre tiene que haber un núcleo, por qué no decirlo de vanguardia, aquí lo hubo, Es cierto, que las invasiones inglesas, unos pocos años antes, fortalecieron la subjetividad del pueblo, la emoción, se dieron cuenta que el pueblo podía derrotar una potencia y también es cierto que la caída de la corona española por la invasión napoleónica, lo que simbólicamente era la autoridad, desapareció. Todo eso confluyó, pero lo fundamental es que había una voluntad de independizarse y había cabezas lúcidas, como Belgrano, Moreno, Monteagudo, Castelli, que fueron capaces de tener la audacia, la temeridad de enfrentar ese poder. En los dos cabildos confluyó todo un fenómeno cultural, social, histórico, una vanguardia. Hubo una gran decisión de realizar una revolución de independencia nacional y americanista, fue un proyecto continental y anticolonial.

-¿Cuáles son los aspectos centrales de los dos proyectos políticos y modelos económicos que están en disputa en esta coyuntura?

-Uno reivindica lo que fue el “macrismo” y el “menemismo”, que es un modelo de concentración de la riqueza, que privilegia la devaluación como modo de achicar los ingresos de la mayoría de los trabajadores. Eso genera un proceso recesivo, de mayor concentración de la riqueza, de achicamiento del rol del Estado a niveles muy extremos. Tanto Macri como Rodríguez Larreta y Bullrich plantean que van a privatizar empresas públicas o si no las van a cerrar. El modelo que proponen es de restricciones a los derechos laborales mediante la flexibilización. El modelo que nosotros planteamos, que decimos progresista, transformador, privilegia lo contrario, un fuerte rol del Estado, que conjugue con el sector privado, con el sector cooperativo, que propenda a que la participación popular se exprese en la gestión.

-¿Cuáles son los puntos y sectores claves de ese proyecto progresista?

-La clave de un proyecto popular es la distribución de la riqueza y mejorar muchísimo los salarios y el rol del Estado en materia de empresas públicas en función de tener autonomía. Estamos ante una gran oportunidad por las riquezas naturales que tenemos, el litio, Vaca Muerta, los alimentos, el agua, así que si hay un gobierno que tenga una ideología de defensa de lo nacional y de las grandes mayorías tenemos futuro y tenemos un porvenir y si no iremos a una situación de restricción del sistema democrático. Esos planes económicos de la derecha generan una gran reacción popular, de defensa, resistencia y conflictividad. Así que invitamos a la ciudadanía a que apoye las variantes populares.

Entrevista

El cáncer no espera: “Necesitamos medicación para vivir”

Al menos siete personas fallecieron en los últimos cuatro meses “esperando su medicación” necesaria para continuar los tratamientos.

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Con “miedo, angustia e impotencia” es como atravesó María Celeste Quintana los últimos meses de su tratamiento para un cáncer del sistema linfático que afecta su respiración, cuya medicación -que ronda los 30 millones de pesos- era proporcionada por la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (Dadse), dependiente ahora del Ministerio de Salud, que durante casi cinco meses interrumpió su entrega, al igual que con otras decenas de pacientes oncológicos y de otras patologías severas.

“Tenía mi quimio programada para el 23 de enero. Recién el 12 de abril me entregaron la medicación”.María Celeste Quintana

Celeste tiene 32 años, es oriunda de la localidad bonaerense de Quilmes y es estudiante de Historia y Bibliotecología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En 2019 le diagnosticaron linfoma de Hodgkin, un cáncer del sistema linfático crónico que trata en el Hospital de Clínicas con la medicación que la Dadse le brindó durante un año y medio desde 2022 y que interrumpió en diciembre pasado durante cinco meses.

“Tenía mi quimio programada para el 23 de enero. Recién el 12 de abril me entregaron la medicación”, contó Celeste. Al igual que ella, decenas de pacientes oncológicos o con enfermedades crónicas están a la espera de la medicación que reciben a través de este organismo nacional que otorga subsidios para la adquisición de medicamentos destinados a personas en situación de vulnerabilidad social y sanitaria, que no cuentan con cobertura médica.

Las organizaciones que acompañan a pacientes y familiares en esta situación denuncian que al menos siete personas fallecieron en los últimos cuatro meses “esperando su medicación” necesaria para continuar los tratamientos. En la justicia, mientras tanto, se presentaron amparos judiciales de manera individual y también colectiva para denunciar lo que consideran “mistanasia: la muerte por abandono indigno de personas”.

– ¿Cuál es la enfermedad que estás atravesando?

– Tengo linfoma de Hodgkin, me lo diagnosticaron en el 2019 y me atendí siempre en el Hospital de Clínicas, que es como mi segundo hogar. En mi caso, es un cáncer del sistema linfático ubicado en el pulmón derecho y es un linfoma crónico, siempre va a estar. Cuando me lo diagnosticaron estaba en un nivel cuatro de linfoma, bastante avanzado, y con la quimioterapia lograron reducirlo. Lo que necesito es controlarlo para que no siga creciendo.

– ¿Es para ese tratamiento de control para el que requerís la medicación que entrega la Dadse?

– Claro, es un tratamiento de control que estoy haciendo hace un año y medio, empecé en octubre de 2022 y lo financió la Dadse desde entonces. Para el tratamiento necesito una medicación que se llama Pembrolizumab y no está en el vademecum provincial (de Buenos Aires), sino que tiene que ser a través de la Dadse. Los medicamentos que necesitamos los pacientes oncológicos son muy caros. En mi caso, cada ampolla sale siete millones de pesos y necesito cuatro ampollas por sesión, que son cada seis semanas. Ni aunque tuviese la posibilidad de comprarlos de manera particular podría hacerlo porque son medicamentos que sólo el Estado puede comprar. Dependemos de ellos.

“Demasiado tenemos que pelear contra la enfermedad como para encima tener que pelear contra el sistema, que nos enfermamos o empeoramos porque el Estado no entrega la medicación”.

– Sin embargo, desde noviembre pasado no recibiste la medicación correctamente.

– Exacto. En noviembre de 2023, presenté como siempre los papeles en Dadse para la medicación. Tenía mi quimio programada para el 23 de enero y en general tardaba más o menos 30 días en llegar el medicamento. En ese momento me dijeron que me quedara tranquila, que me iba a llegar con tiempo. Empecé a llamar en diciembre y me decían que estaba en presupuesto y que llame en 15 días. En febrero nos enteramos que la Dadse estaba cerrada. Finalmente perdí mi sesión de quimio (de enero) y solo pude hacerme con una medicación donada pero que era la mitad de la dosis que me corresponde, para salvar el momento. El tema es que los tratamientos de este estilo se tienen que hacer en tiempo y forma porque sino no sirven. No hacerlo es una ventana de tiempo para que la enfermedad avance.

– ¿Cómo viviste estos cuatro meses en que no llegaba tu tratamiento?

– Tenía y sigo teniendo mucho miedo de lo que pueda pasar porque es muy cruel lo que están haciendo. Que digan (desde el Ministerio de Salud) que frenaron la entrega de medicamentos por una auditoría del programa es cruel y no tiene sentido porque, en todo caso, nosotros no somos los culpables. Somos personas que necesitamos la medicación para vivir. Es desesperante la situación, uno no sabe de dónde sacar fuerzas, había semanas en que no me quería levantar. No sé cómo habrá afectado (este tiempo sin tratamiento) al desarrollo de la enfermedad, eso lo dirán los estudios que me tengo que hacer ahora, pero toda esta situación me generó mucha angustia. Estuve estos cuatro meses y todavía sigo con temor porque si bien ahora tengo la medicación (desde el 12 de abril), en poco tiempo tengo que hacer el trámite otra vez y nadie me asegura que se haya regularizado. Hay muchas personas que todavía están esperando desde diciembre, más los casos que se están acumulando estos meses.

– Avanzaron en denunciar en la justicia, ¿hubo alguna respuesta?

– En mi caso, en febrero hice un amparo judicial de manera individual. El 1 de marzo salió a mi favor y el Ministerio de Salud (de Nación) apeló diciendo que mi caso no era su jurisdicción, que correspondía a la Provincia de Buenos Aires. Hace un año y medio venía haciendo este trámite y recibía mi medicación por la Dadse. Aún así, la justicia ordenó que la medicación se me tenía que entregar igual, pero no lo estaban haciendo, como le pasa a muchos otros pacientes. El 12 de abril se presentó un amparo general junto a varias organizaciones. El gobierno dice que nunca se cortó. Nosotros lo único que esperamos es que se solucione porque se trata de una cuestión de vida o muerte. Esperamos que (las autoridades) piensen un poco mejor las cosas antes de hacerlas y provocar todo lo que provocaron. Demasiado tenemos que pelear contra la enfermedad como para encima tener que pelear contra el sistema, que nos enfermemos o empeoramos porque el Estado no entrega la medicación.

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