Por Milcíades Peña

El escenario del sincericidio fue la jornada para conmemorar los 20 años de la Asociación Empresaria Argentina (AEA).

Braun es de la familia de Marcos Peña, ex jefe de gabinete de Mauricio Macri y uno de los ideólogos de la utilización del espionaje para perseguir a dirigentes políticos y sindicales. Mientras afuera del Sheraton miles de personas reclamaban a los que bajen los precios de los alimentos, Braun hizo una confesión y el auditorio le devolvió una carcajada porque lo que para ellos es gracioso para el pueblo es trágico. ¿De qué se ríe Braun? ¿De quiénes se ríe?

A los empresarios y economistas de las fuerzas políticas de la derecha que trabajan con estos sectores les pareció muy gracioso que Braun expresara lo que hacen: generar zozobra, dolor, angustia en millones de argentinas y de argentinos.

«Con esa soberbia se quejan y ponen el grito en el cielo cuando el pueblo les pide que aporten parte de sus ganancias».

La AEA, estos personajes que estaban en Sheraton para celebrar los 20 años de la creación de la Asociación Empresaria Argentina, que se creó en 2002, cuando después del estallido del 19 y 20 de diciembre de 2001 fueron a pedirle al Estado que entre todos le salváramos las papas y pusimos mango sobre mango para resolver la vida de estos multimillonarios.

Desde esa fuerza que construyeron, condicionan a los gobiernos y desde esa fortaleza hacen lo que quieren con los precios. Con esa soberbia se quejan y ponen el grito en el cielo cuando el pueblo les pide que aporten parte de sus ganancias. Renta inesperada, no; más impuestos, no. Cuando a ellos les conviene recurren al Estado y al proteccionismo y cuando el pueblo pasa hambre resulta que no quieren poner un mango y se descargan contra los “choriplaneros” y el “populismo”.