Rafael Klejzer: “En el único lugar del mundo donde no podés tener la camiseta de Messi es en las Malvinas”
“Era un viaje pendiente que tiene que ver con la necesidad de ponerle el cuerpo a las cosas. Si conozco las villas de la ciudad, los barrios populares del conurbano y muchos rincones del país también tenía que ir a Malvinas. No fue una experiencia individual sino una construcción colectiva”
Después de regresar de las Islas Malvinas, donde desplegó una bandera con mensajes de habitantes de los barrios populares, el referente del Movimiento Popular La dignidad y la UTEP, recorrió la historia y el presente del territorio nacional usurpado por Gran Bretaña y planteó la necesidad de un reagrupamiento, en el camino hacia la recuperación de la soberanía.
“Era un viaje pendiente que tiene que ver con la necesidad de ponerle el cuerpo a las cosas. Si conozco las villas de la ciudad, los barrios populares del conurbano y muchos rincones del país también tenía que ir a Malvinas. No fue una experiencia individual sino una construcción colectiva” aseguró en diálogo con El Argentino.
–¿Cómo fue llegar a Malvinas?
–Llegás a un aeropuerto militar. La base militar de la OTAN en Malvinas es más grande que Puerto Argentino. Eso fue lo más impactante, te lo hacen notar. Está todo preparado para que el viajero, lo primero que vea no sean isleños sino al ejército. Hay áreas restringidas, no podes sacar fotos. Hay una serie de elementos coloniales de propaganda política muy importantes. Te dan un folleto, único en español, que te indica todo lo que no podés hacer: no cantar canciones alusivas a la guerra ni a la política, no llevar pertrechos de guerra, tierra, piedras, arena, no estar con la camiseta de Argentina. En el único lugar del mundo donde no podés tener la camiseta de Messi después de haber ganado el mundial es en las Malvinas.
–¿Qué destacás de la historia de las Islas?
–Para los isleños la historia empieza en 1833 cuando la corona invadió y sacó a Luis Vernet, el representante de las Provincias Unidas del Río de la Plata. A mí me interesó saber cómo piensan ellos y en la historiografía liberal tanto en Argentina como en Gran Bretaña los gauchos siempre son los delincuentes. El gaucho Rivero fue el jefe de la resistencia, en soledad, contra los británicos cuando invadieron Malvinas. Mientras observaba eso me preguntaba ¿qué diferencia hay entre el sistema de estancias y el reparto de tierras en Malvinas y en la Patagonia? Ninguna ¿Qué fue la Patagonia Rebelde si no un levantamiento popular contra la Sociedad Rural Argentina? Malvinas es igual que la Patagonia. No solamente es parte de la plataforma continental sino que la primera malvinense fue la hija de Vernet.
–¿Cómo fue desplegar la bandera Argentina con el mensaje de los barrios populares en el cementerio de Darwin?
–Me impresionaron los mensajes de ratificación de la Soberanía, el recuerdo de los soldados caídos y la valoración de la paz.Creo que hay que despojarnos de ese sentimiento de guerra y del argumento británico de la autodeterminación de los isleños que traba las negociaciones de la Soberanía. Estos elementos están distrayendo, porque mientras nosotros estamos cerrando heridas de guerra el imperio británico sigue saqueando los recursos. Es mentira que los isleños tienen autodeterminación, no hay identidad nacional malvinense, no se sienten ciudadanos de un país llamado Falklands, son probritánicos, hinchas del Chelsea, del Manchester City, juegan al rugby, tienen todos los canales y la cultura inglesa, manejan del lado derecho. Es una típica factoría, exportan la lana, pescados y les traen todos los productos subsidiados. Malvinas es la puerta de entrada a la Antártida y eso lo tenemos que entender.
–Y los británicos lo pensaron en el año 1500
–Claro, es importante entender la relevancia de la Soberanía y no hay que improvisar más porque en el año 1500 los británicos ya hablaban de tener el control de los Mares del Sur y, sobre todo, del estrecho Magallánico, que es por donde pasaban todos los barcos para ir a Las Indias. Efectivamente, en 2022, lo están aplicando, estas estrategias a futuro son las que les rinde a los países que tienen un desarrollo importante. Creo que nuestros países siguen siendo colonia, no hay una sola política concreta por parte del Estado argentino para obligar al Reino de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a sentarse a negociar Soberanía teniendo inclusive la resolución 2065 del año 1965 en las Naciones Unidas que obliga a Inglaterra a sentarse al proceso de descolonización.
–¿Qué sería plantear la causa Malvinas desde el punto de vista de la recuperación de soberanía?
–No hay que reducir las Malvinas a la guerra porque perdemos. Tenemos que pensar a largo plazo y la soberanía está ligada a que los pibes en las villas coman, que tengan un baño como la gente y que las tierras en Argentina sean del pueblo y no que estén al servicio de los intereses foráneos. Cuando se habla de soberanía se habla de una soberanía integral con el pueblo adentro esa es la diferencia con la derecha. La explotación de los bienes comunes en un momento donde escasean porque la plataforma offshore del Atlántico Norte que explotaban los británicos ya está seca por eso están ahora en el Atlántico Sur y los que ganaron las licitaciones para explotar en los mares del sur son empresas británicas que tienen testaferros en las empresas que explotan el petróleo a través de Argentina. Una gran posibilidad que tiene el Estado nacional es usar la convención en defensa de los mares que dice muy claramente que no se pueden explotar los recursos marítimos cuando la zona está en conflicto. Malvinizar es reforzar las decisiones sobre nuestro territorio, es crear planes de desarrollo de defensa de la soberanía, significa capturar la renta nacional que se nos va como colonia hacia otros lugares, malvinizar es entender que la Antártida tiene que ser zona de paz, científica y no debe ser saqueada por ninguna empresa capitalista ni por ningún gobierno imperialista.
–¿Cómo describirías el factor económico en este conflicto?
–Es crucial, nuestro país es bicontinental, incorporar la superficie marítima al concepto de territorio nacional implica que Argentina tiene el doble de territorio que tenía para defender. Pero no en términos de hipótesis de conflicto de guerra con los países porque acá el problema son las corporaciones que manejan países. Black Rock, por ejemplo, empresa tenedora de deuda argentina, una de las corporaciones más grandes, son fondos de inversión, su estrategia fue comprar acciones de todas las grandes empresas. Las empresas británicas explotadoras de los recursos naturales en el Atlántico Sur tienen como socio a Black Rock, parte de la empresa de Joe Lewis, Edenor y Edesur son de Black Rock, los bonos tenedores de deudas son de Black Rock. Malvinizar también implica explicarle al pueblo argentino que detrás de todo esto están las empresas. Hubo un solo tipo que públicamente dijo que no le interesaba la soberanía de las Malvinas y fue Macri. Malvinizar implica defender los intereses soberanos por la Patria Grande, latinoamericanizar, ir a los foros internacionales para reclamar que el mar que está en disputa no se puede explotar, avanzar en los tribunales internacionales con la denuncia por delito de lesa humanidad por el hundimiento del Ara General Belgrano.
Seguimos sosteniendo año tras año la Memoria. Es el único modo de valorar en serio la democracia y no aceptar que sea simplemente una rutina institucional al servicio de los poderosos. Hace muy poco vivimos una afrenta brutal contra la democracia. El genocida Carlos Blaquier, número uno del Grupo Ledesma y responsable de la Noche del Apagón en Jujuy, falleció libre y sin problemas gracias a la actitud del monárquico Poder Judicial que tenemos en la Argentina.
Fueron capaces de validar la cárcel para Milagros Sala, pero retrasaron ocho años el juicio de Blaquier procesado por delitos de lesa humanidad. Este hecho, así como la constatación de aquella idea de que “con la democracia se come, se cura y se educa”, no funciona en esta Argentina extractivista con 26 millones que no llegan a fin de mes, con 18 millones de pobres y 4 millones de hambrientos.
María Eva Koutsovitis dijo que: “Han pasado 40 años desde que recuperamos nuestra democracia. Sostenemos que lo que necesitamos es más y más democracia, para que nuestro pueblo sea el protagonista de cómo desea vivir, y así alcanzar una patria libre, justa y soberana.”
“Por eso, hoy estamos aquí para rechazar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.Este acuerdo es ilegal, ilegítimo y profundamente antidemocrático, ya que condiciona nuestro presente y futuro, y además es extremadamente extractivista”.
“Por eso, hoy más que nunca decimos memoria, verdad y justicia. Hoy más que nunca, nuestros 30.000 compañeros y compañeras detenidos desaparecidos están presentes en esta plaza, que una vez más abraza los sueños más justos”.