Tras la muerte del autor de la Masacre de Flores, Bagnato confesó cómo fueron estos 30 años
El único sobreviviente, cuenta que vivió amenazado y con custodia las 24 horas. En conferencia de prensa compartió estar en pareja hace más de 11 años, y que siempre tuvo miedo.
Matías Bagnato, el único sobreviviente de la “Masacre de Flores”, en la que en 1994 fueron asesinados sus padres, sus dos hermanos y un amigo, contó este lunes, tras la muerte del quíntuple homicida, que pudo formar una familia, aunque hasta ahora no se había animado a decirlo “por miedo” a que ese “monstruo” se la quitara.
“Tenía ese pánico de no poder nunca hacer una vida normal”, dijo Bagnato en una conferencia de prensa que brindó esta mañana tras la muerte en prisión del asesino Fructuoso Álvarez González (63), tras lo cual, manifestó llorando que “por primera vez” pudo compartir que tiene una familia, lo que hasta ahora no había logrado “por miedo”.
“Tuve miedo de que este monstruo me los quite como a mis viejos y a mis hermanos”, agregó, conmovido, al recordar que desde la masacre vivió “permanentemente amenazado” por el asesino y “con custodia las veinticuatro horas”.
Sobre este punto, Bagnato se explayó con lágrimas en sus ojos y la voz quebrada: “Muchas veces me preguntaban si yo había logrado tener una familia: estoy en pareja con Nicolás, que lo amo y me acompañó durante todos estos años; y después Sebi, que es su hermano y tiene síndrome de Down. Los dos son mi familia y me hacen sumamente feliz. Es lo que más quería compartir hoy con ustedes.”
Bagnato contó que la decisión de comunicar su relación con Nicolás surgió a partir de que “era una pregunta muy recurrente” que le hacían en los medios y en las redes sociales, y que le resultaba “terrible” no poder compartirlo.
“Estoy con él hace más de once años. Siempre lo mantuvimos desde el anonimato. No podíamos subir ni una foto juntos. Desde que me enteré de la muerte de Fructuoso fue todo una locura. Todavía necesito estar tranquilo y hablar bien con Nico”, detalló a esta agencia.
Al iniciar la conferencia de prensa, Bagnato recordó los últimos movimientos y planteos realizados por Álvarez González con el fin de lograr ser excarcelado y la cantidad de mensajes que recibió de personas que tomaron conocimiento de que el asesino planeaba matarlo también a él cuando saliera en libertad.
“Me llegó un mensaje de un familiar de un detenido que estaba con él que había escuchado que me quería matar, que tenía gente afuera siguiéndome. Esto fue en noviembre, se me paralizó mi vida”, señaló.
Y al referirse a cómo fue su vida desde el día en que asesinaron a su familia el 17 de febrero de 1994 durante el incendio intencional de su casa, el único sobreviviente manifestó: “Fueron treinta años en los cuales mi mayor motor fue mi abuela y desde que no está ella me cuesta mucho seguir adelante, enfrentar cada seis meses los pedidos libertad continuos, no poder salir a la calle y vivir con custodia las 24 horas…”
“Cada seis meses pasaba a estar detenido yo”, sosutvo Bagnato y agregó que tiempo atrás supo mediante un mensaje anónimo que Álvarez González había sido operado de la cadera, que la intervención había salido bien, pero que cuando fue al penal “se puso materia fecal en la herida para tener la libertad”.
“Tenía la información de que estaba internado en un hospital. Una colega me preguntó si había fallecido y ahí es cuando tomo noticia del fallecimiento de él”, dijo sobre cómo se enteró la muerte del quíntuple asesino.
Por lo pronto, Bagnato señaló que le cuesta asimilar la muerte del quíntuple homicida y que ahora deberá “aprender a vivir una nueva vida”.
“Desde que tengo dieciséis años fue vivir rodeado de custodia, estar pendiente de decisiones judiciales, de no tener una vida. Tengo que experimentar lo de caminar por la calle tranquilo. Va a ser algo lindo, no tengo dudas”, contó.
Por su parte, la abogada de Bagnato, Luciana Carrasco, quien lo acompañó en la conferencia, aseguró que “a Matías el Estado le falló varias veces”.
“Cuando fueron las amenazas y el asesino mató a la familia. Le falló una segunda vez cuando el asesino volvió a entrar a la Argentina teniendo prohibido el ingreso al país y estuvo un año prófugo, con Matias encerrado sin poder vivir”, indicó.
“Nos debemos un debate maduro, responsable, sobre el papel y los derechos de las víctimas”, añadió la letrada y consideró que “hay un montón de Matías que pasan por lo mismo”.
El autor de la “Masacre de Flores” murió ayer en el hospital de la cárcel de Ezeiza, donde se recuperaba de una operación de cadera. Su abogada, Patricia Croitoru, dijo que falleció en el centro de salud del Complejo Federal 1 de Ezeiza, del Servicio Penitenciario Federal (SPF), donde permanecía alojado desde hace 12 años.Según la abogada, el hombre se había fracturado la cadera el pasado 19 de diciembre tras sufrir una caída en su celda y el 6 de enero le colocaron una prótesis, la cual se infectó y le provocaba constantes problemas de salud.
Esa situación se agravó el 4 de abril, cuando tuvo que ser trasladado al Hospital Zonal General de Agudos de Ezeiza, y luego derivado al centro de salud ubicado en el interior del Complejo Federal 1 para su recuperación, donde permaneció intubado y en terapia intensiva hasta ayer, cuando murió debido a un “shock séptico”.
Tras tomar conocimiento, Bagnato publicó en su red social Twitter: “Hoy sí por fin puedo decir se terminó. Mami, pá, Fer, Ale, Nico. Descansen en Paz. Los amo con todo mi corazón”.
Además, subió una foto junto a su abuela Norma Calzaretta (91), que falleció en junio del 2020 y fue quien lo crió tras el crimen de sus padres y sus hermanos.
El Argentino
“Daría mi vida entera por abrazarte y estar juntos este día después de 30 años de sufrimiento. Vos también mi amor ahora descansa en paz. Te amo abu hermosa”, escribió.
La “Masacre de Flores”
La “Masacre de Flores” ocurrió el 17 de febrero de 1994 cuando se originó un incendio en una casa de la calle Baldomero Fernández Moreno y Pumacahua, en el barrio de Flores, y murieron José Bagnato (42); su esposa Alicia Plaza (40); sus hijos Fernando (14) y Alejandro (9) y Nicolás Borda (11), un amigo del menor de ellos que esa noche se había quedado a dormir.
Los investigadores determinaron que el incendio había sido originado de manera intencional por Álvarez González, exsocio de José Bagnato, quien arrojó dos bidones con combustible y encendió el fuego.
El imputado fue condenado a prisión perpetua en 1995, pero por tener su ciudadanía española, en 2004 fue extraditado a ese país para terminar de cumplir su condena.
En España lo liberaron y fue recapturado en la Argentina en 2011, luego de amenazar de muerte a Bagnato a través de llamados telefónicos.
Por su parte, Matías Bagnato hoy forma parte del Observatorio de Víctimas de Delitos junto a familiares de otras víctimas de casos de violencia, entre ellos de Ángeles Rawson, de la tragedia de Once y de Cromañón.
Gracias al impulso del observatorio, fue sancionada la Ley 27.372 de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos, mediante la cual se creó el Centro Nacional de Asistencia a las Víctimas de Delitos para asistir y asesorar tanto a familiares como a víctimas de hechos de violencia.
Un fiscal de juicio pidió hoy penas de reclusión perpetua y de 20 años de cárcel para los cuatro policías de la provincia de Buenos Aires declarados culpables de la “Masacre de San Miguel del Monte”, en la que cuatro jóvenes murieron en 2019 mientras eran perseguidos a los tiros por efectivos de esa fuerza de seguridad.
Tras la audiencia de cesura, la jueza Carolina Crispiani, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 4 (TOC) de La Plata, pasó a un cuarto intermedio hasta el viernes 9 de junio al mediodía, cuando se conocerá la sentencia.
En la audiencia transmitida por el canal de YouTube de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, el fiscal Mariano Sibuet pidió la pena de reclusión perpetua para los policías Rubén García y Leonardo Ecilapé.
Ambos ya habían sido declarados culpables por unanimidad de los 12 jurados populares como coautores del delito de “homicidio agravado por el abuso de la función policial y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego” en perjuicio de Danilo Sansone (13), Camila López (13), Gonzalo Domínguez (14) y Aníbal Suárez (22).
En tanto, el representante del Ministerio Público solicitó 20 años de cárcel para los efectivos Manuel Monreal y Mariano Ibáñez, declarados culpables del delito de “tentativa de homicidio agravado por el abuso de la función policial y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego” de las mismas víctimas.
En su alegato, Sibuet tomó como agravantes el “impacto social” a partir de los hechos cometidos por integrantes de una fuerza de seguridad y valoró los testimonios de los psicólogos que declararon previamente.
“Hacen mención a tres elementos que debo valorar: que el hecho fue devastador, que produjeron un daño irreparable y que ese daño para cada una de las víctimas y de los familiares involucrados significa un daño de por vida”, explicó.
Además, el fiscal criticó la “acción asumida posterior a la comisión del hecho en ese intento de eludir el accionar de la justicia” por parte de los acusados.
Luego, las abogados Margarita Jarque y Luz Santos Morón de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que representan a las familias de las víctimas Danilo Sansone y Camila López, hicieron hincapié en que hubo una “grave violación de los derechos humanos” y en la “extensión del daño causado”, por lo que adhirió a la posición de la fiscalía.
A su turno, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), representado por las abogadas Bárbara Juárez y Agustina Lloret, pidió prisión perpetua para García y Ecilapé, y también 20 años para sus compañeros.
“Debían protegerlos en vez de atacarlos, se traduce en una traición por parte del autor y una mayor indefensión de la víctima frente al ataque de quien se aprovecha de la situación para cometer el delito”, sostuvo una de las letradas.
En tanto, la abogada Dora Bernárdez, representante de las familias de Aníbal Suárez y Gonzalo Domínguez, coincidió con la fiscal y afirmó: “Se perdió la confianza en la institución policial toda, la confianza en la institución fue rota a pedazos, despedazaron la tranquilidad”.
“Ahora nos identifican ¿Sos de Monte? Ah, sos de donde fue la masacre”, ejemplificó y al adherir al planteo de Sibuet dijo: “Los familiares han sido condenados a la pena de tragedia perpetua”.
Mientras que Ricardo Minoli, que patrocina a la única sobreviviente, Rocío Quagliarello, ahora de 17 años, también se refirió a la “extensión del daño y del peligro causado en su condición de integrantes de una fuerza de seguridad, por la naturaleza de la acción y de los medios empleados”, por lo que adhirió a lo solicitado por el fiscal.
En cambio, los defensores María Celeste Baqué y Luis María Giordano, quienes representan a los policías Ibáñez, Monreal y García; y Marcelo Di Siervi, letrado de Ecilape, criticaron el pedido de “reclusión perpetua” a la que tildaron de “anacrónica” y uno de ellos pidió la nulidad del juicio.
“Me indigna todo lo que dijo el bloque acusador, salvo el doctor Sibuet y Minoli, hablaron de cualquier cosa. Esto se va a revertir en Casación, es una injusticia. Ecilapé no mató a nadie, debió ser declarado no culpable. Voy a solicitar que se decrete la nulidad del juicio y se ordene uno nuevo”, aseguró Di Siervi.
Al finalizar las exposiciones, los cuatro policías dijeron sus “últimas palabras” y negaron haber “ser violadores de los derechos humanos” y “asesinos”, e insistieron en culpabilizar al conductor del auto.
“Amo la vida, no tengo ningún desprecio por la vida, en todo caso si alguien tenía un desprecio era el que manejaba”, indicó Ibáñez
A su vez, Monreal afirmó que estuvo “a disposición de la Justicia desde el día cero”, que “un criminal huye de estar encerrado” y que actuaron “bajo el deber” que tenían.
“Fue una tragedia para todos y no hay vuelta atrás pero no somos ningunos criminales ni asesinos”, expresó el policía, mientras que Ecilapé criticó “a las asociaciones que están aprovechando este caso para su propio beneficio”.
La “Masacre de Monte” ocurrió la madrugada del 20 de mayo de 2019, cuando el auto Fiat 147 en el que circulaban las víctimas impactó en la colectora de la ruta 3 contra un acoplado de un camión, tras una persecución a los tiros por parte de la policía.
Al Fiat 147 lo comenzó a perseguir un primer móvil policial en el que circulaban García y Ecilapé y en un operativo cerrojo se sumó otro móvil en el que iban Monreal e Ibáñez.
Según se determinó en el debate, Ibáñez era quien manejaba un móvil policial y le cruzó el paso al automóvil en el que iban las víctimas en el cruce de las calles Chubut y Caseros, donde Monreal realizó un disparo con su pistola calibre 9 milímetros que hirió en la pelvis a Domínguez, pero el Fiat 147 continuó con la fuga hacia la colectora de la ruta 3, perseguido por el otro patrullero, en el que circulaban García y Ecilapé.
En ese momento comenzó una segunda secuencia en la que el patrullero al mando de Ecilapé persigue al auto que termina impactando contra el acoplado de un camión que se hallaba detenido, donde murieron los cuatro jóvenes.