En cada aparición pública, Claudio Tapia pondera el trabajo del cuerpo técnico de la Selección encabezado por Lionel Scaloni. El presidente de la AFA puede colgarse la medalla de haber sostenido al ex ayudante de campo de Jorge Sampaoli, a quien mantuvo en la estructura de la Albiceleste después del final del ciclo del entrenador que dirigió a Lionel Messi y compañía en la traumática Copa de Rusia 2018.

Ratificado luego de la Copa América 2019, en la que el equipo pasó de la incertidumbre de los primeros encuentros a terminar en el podio (perdió con Brasil, en semis) con una imagen mejorada, Scaloni dejó de ser interino y se transformó en una opción que dio réditos por triplicado: realizó la renovación del plantel, le devolvió la gloria a la Selección tras 28 años y su contrato no implicó un desembolso descomunal de dinero para la AFA.

Además, el técnico no sólo potenció al equipo con los nuevos nombres que brillan hoy, sino que con su equipo de trabajo también se encargó de buscar joyas del exterior. Alejandro Garnacho, el juvenil de Manchester United que eligió a la Scaloneta por sobre España (nació allí) es el caso más emblemático de esa tarea con vistas a futuro.

Con todo eso en la balanza, Tapia se reunió con Scaloni y, además de trabajar sobre la agenda del equipo nacional rumbo a Qatar, le ofreció quedarse en la Selección hasta 2026, cuando se realice el Mundial en México, Estados Unidos y Canadá. Por el momento, el entrenador campeón de la Copa América 2021 y de la Finalissima 2022 prefiere centrarse en la Copa del Mundo que comenzará en noviembre, en la que sueña con la tercera estrella de Argentina.