Una muerte en la comunidad terapéutica de la Fundación San Camilo de Pilar ocurrida en julio de 2013 derivó en una investigación y que ahora llega a juicio, con un solo imputado.

El debate por el homicidio culposo de Saulo Rojas, un joven mendocino de 23 años que se ahorcó al ser encerrado sin recibir asistencia, se desarrollará este martes ante el Juzgado en lo Correccional Nro. 4 de San Isidro.

Solo está acusado Angel Suñez, un ex vigilador del establecimiento, ya que su titular Martín Iribarne (el presidente de la Fundación) y el director terapeútico, el psicólogo Alejandro Jacinto, accedieron a una probation.

Saulo Rojas llevaba poco menos de un año internado en San Camilo, además de sus consumos problemáticos, era insulinodependiente, pero fue “encerrado” en una habitación, casi una celda, sin vidrios en las ventajas, con una reja con candado, en condiciones de hacinamiento.

Sin su medicina y atravesando un profundo estado depresivo, se ahorcó y se pretendió encubrir su muerte, informando a su madre, residente en la ciudad de Mendoza, como el fallecimiento de su hijo por un infarto.

Myriam Lucero, la mamá de Saulo Rojas, comenzó una cruzada por “la verdad” y una posterior investigación del periodista Pablo Galfré (reflejada en su libro La Comunidad) permitió activar una causa penal, en la que intervino el abogado Yamil Castro Bianchi.

También intervino el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) logrando que el Ministerio de Salud bonaerense clausurara el establecimiento, al constatarse las “graves falencias edilicias” y fundamentalmente, “los tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes proporcionados a los pacientes».