Los especialistas han observado un aumento en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que incluye la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Aunque no hay estadísticas locales específicas, este crecimiento es particularmente evidente en Latinoamérica y Asia. Se asocia con un estilo de vida más occidentalizado, posiblemente debido a mejores métodos de diagnóstico y mayor consulta médica. Factores como la alimentación, la urbanización, la contaminación ambiental, el tabaquismo y el estrés también influyen en estas condiciones. Además, el aumento de la expectativa de vida ha llevado a más casos en personas mayores.
En el Día Mundial de la EII, que se conmemora el 19 de mayo, los especialistas enfatizan la importancia de consultar ante síntomas como diarreas frecuentes o con sangre, dolor abdominal persistente o severo, cansancio, pérdida de peso, anemia, fiebre o sangrado rectal. Estos síntomas pueden indicar la presencia de EII, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, y requieren atención médica sin demora.
En Argentina, la colitis ulcerosa es más común que la enfermedad de Crohn, aunque esta última ha dejado de ser una patología rara y ahora es más habitual. El presidente del Grupo Argentino de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GADECCU), el médico gastroenterólogo y endoscopista Pablo Lubrano, advierte que a menudo se llega tarde al diagnóstico, especialmente cuando los síntomas son inespecíficos y la gente se acostumbra a vivir con ellos sin buscar atención médica.
La colitis ulcerosa afecta el intestino grueso (el colon) en su capa interna, causando síntomas como diarrea. Por otro lado, la enfermedad de Crohn puede afectar cualquier parte del tubo digestivo, pero en la mayoría de los casos afecta al intestino delgado o al grueso. Sus síntomas varían y pueden incluir diarrea, mala absorción de nutrientes, gases, distensión, dolor y pérdida de peso. A veces, incluso puede causar síntomas obstructivos dolorosos.
En resumen, estas enfermedades autoinmunes pueden manifestarse con síntomas extraintestinales, como artritis, afectación del hígado, problemas oculares o enfermedades de la piel.