Por Matías Ruffet

El fútbol es el deporte más popular del mundo, entre otras cosas, por su impredecibilidad. La diferencia de presupuesto puede ser importante pero no decisiva, contemplando que los equipos de menor jerarquía también son capaces de dar el golpe.

Y si de batacazos se trata, uno de los más importantes del fin de semana se dio en el Monumental: el modesto Sarmiento, en condición de visitante, superó 2-1 a River.

Aunque el local intentó asumir el protagonismo desde el pitazo inicial, le faltó inteligencia para vulnerar la férrea defensa visitante. Y el Verde, con menos porcentaje de tenencia, fue mucho más agresivo y efectivo.

A los 30 minutos Guido Maineiro silenció Núñez con una precisa definición que sirvió para desnivelar. Pero la noche tenía prevista una nueva sorpresa: antes de bajarse el telón del primer tiempo Franco Armani dudó y Federico Andueza aprovechó para ampliar la ventaja a través de un cabezazo.

En el complemento, con más buenas intenciones que claridad, el Millonario logró el descuento a los 21 minutos, instante en el que Emanuel Mammana aprovechó un buen centro de Juanfer para vulnerar la resistencia del arquero oponente.

A pesar de tener tiempo para la heroica, le faltó ingenio y se fue con las manos vacías, por lo que sigue a 10 unidades del líder, Atlético Tucumán.