Elecciones 2023

Una medida que deja en orsai a Milei y Bullrich

La medida sorpresiva de redistribuir un billón de pesos al año entre trabajadores y jubilados, anunciada en la Plaza de Mayo por Sergio Massa-CGT, podría cambiar el curso de la campaña electoral y desafía las propuestas de ajuste de Javier Milei y Patricia Bullrich. La eliminación del impuesto a las Ganancias y el enfoque en mejorar los ingresos de los trabajadores contrasta con las políticas de austeridad promovidas por los candidatos opositores.

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Por Daniel Olivera

Desde el 17 de octubre de 1945, en la Argentina lo importante sucede o transcurre en la Plaza de Mayo. Podríamos hacer una línea de tiempo y siempre caeríamos en ese rectángulo mítico. Ni los tétricos golpes militares la pudieron eludir, porque para asaltar el poder tenían que usarla de parapeto trágico.

Ayer cuando caía la tarde, la sociedad Sergio Massa-CGT se adueñó por sorpresa de la Plaza para poner en escena un golpe de efecto muy potente. Re distribuir un billón de pesos por año entre trabajadores y jubilados. La medida es, en sí misma, un shock que podría cambiar la dinámica de una campaña que venía siendo llevada a la rastra por Javier Milei y sus alocadas (pero efectivas en términos de marketing político) propuestas.

Desde el 13 de agosto, la agenda mediática la dominaron temas como la dolarización, la venta de órganos o la libre disponibilidad para andar armado. Todo con la complicidad de los medios hegemónicos y la excusa ideal del algoritmo de Google.

Anoche el PH de la campaña pudo haber comenzado a cambiar de verdad. Ningún trabajador podrá ser indiferente a la eliminación del impuesto a las Ganancias que le mochaba una parte sustancial de su salario. Nadie que vive de su sueldo podrá dejar de pensar qué y a quién votar. Más cuando del otro lado le proponen una dolarización que sólo podría ser posible si el dólar ilegal se va a 5 o 6 mil pesos.

La pregunta obvia es cómo absorberán el golpe Milei y Bullrich. La base de sus propuestas es ajustar, recortar y echar empleados. La redistribución que plantea Massa es no sólo todo lo contrario, sino que además es muy atractivo para el asalariado que necesita urgente engordar su bolsillo y llenar la heladera.

Aupado por sus socios (el sindicalismo cegetista), Massa se plantó en el centro de un ring que tiene solo 3 «boxeadores», uno de los cuales no sobrevivirá al 22 de octubre.

Y a juzgar por la dinámica impuesta a esta etapa de la campaña, el de ayer en la Plaza no será el último.

Millones de laburantes fuera de convenio o directamente viviendo de changas más planes sociales y otros sucedáneos, esperan un IFE o una ayuda del Estado por el estilo. Ellos confiaron hace 4 años con la ilusión de un país más justo.

Analizar en estas líneas porqué no sucedió lo que debía suceder es como debatir no sólo sobre el sexo de los ángeles. Como decía el General, la única verdad es la realidad. Y esta nunca es justa, lo que no tiene es remedio.

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