El torneo más federal del país, la Copa Argentina, no sólo entrega historias en las que los equipos más humildes sueñan con emular a David contra Goliat y vencer a un coloso.

El certamen que se reanudó en la temporada 2011/12, además, le permite a miles de fanáticos de distintos puntos del país la chance de ver desde cerca a sus equipos e ídolos.

Boca y River, que en caso de imponerse en los cuartos de final deberán definir mano a mano el pase a la final de la competencia, desataron la locura de sus hinchas.

Los seguidores del Xeneize, que el viernes pudieron alentar al equipo de Hugo Ibarra bajo la figura de “neutrales” ante Godoy Cruz, por la Liga Profesional, realizaron filas de un kilómetro en las inmediaciones del Malvinas Argentinas, donde mañana volverá a presentarse el equipo, esta vez ante Quilmes, por la Copa Argentina.

Las populares, cuyo costo es de 3000 pesos cada una, volaron vía Internet, el sábado, por lo que en las boleterías hubo plateas. Esas ubicaciones, con valores de 5000 pesos (plateas descubiertas) y 6500 pesos (plateas cubiertas), respectivamente, están casi agotadas.

Los de River no se quedaron atrás. Luego de la locura que había desatado en Chaco, donde hubo fanáticos que acamparon durante una semana para ver la clasificación ante Defensa, en La Rioja ocurrió lo mismo durante un par de noches, con el objetivo de tener un ticket para el cruce con Patronato.

Al cierre de esta edición, quedaban apenas algunas ubicaciones en la platea más cara, cuyo valor es de 6000 pesos.