La comunidad internacional condenó nuevamente el embargo con 184 votos contra dos, de Israel y los Estados Unidos. En tanto, las abstenciones fueron tres, de Ucrania, Emiratos Árabes Unidos y Colombia, también otro gran aliado de Washington.
La Asamblea General de la ONU condenó una vez más el embargo estadounidense impuesto a Cuba hace casi 60 años por 184 votos contra dos, de los EEUU e Israel, y algunas ausencias notorias en las deliberaciones, como la de Brasil, que en la última sesión había votado contra la resolución.
Además, hubo tres abstenciones, de Ucrania, Emiratos Árabes Unidos y Colombia, país sudamericano que vota por segunda vez de la misma manera. En ese sentido, cabe destacar que los tres países suelen subordinarse a la política exterior de Washington, más allá de si es republicana o demócrata la administración que ocupe la Casa Blanca.
En tanto, el Gobierno de Jair Bolsonaro en esta oportunidad no asistió a la sesión, aunque vale recordar que por primera vez se opuso a la resolución durante la última votación de 2019 (en 2020 no hubo sesión por la pandemia), cuando el republicano Donald Trump era presidente.
La resolución, aprobada 29 veces consecutivas por el organismo multilateral, fue celebrada de inmediato por el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. “¡Contundente victoria! El discurso imperial cínico, mentiroso y calumnioso es tan inmoral, descarado y obsoleto como lo es el criminal bloqueo. El mundo está con Cuba. Se aísla EEUU, no tiene derecho a sancionar. Nuestro agradecimiento a los pueblos y gobiernos que nos apoyan”, escribió Díaz-Canel en Twitter.
Por su parte, en un discurso presencial de 30 minutos ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, arengó el fin del embargo al decir que “como el virus, el bloqueo asfixia y mata y debe cesar. ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!”.
El embargo a Cuba, que lleva vigente 59 años y fue endurecido en varias oportunidades, fue impuesto unilateralmente por los EEUU y su objetivo siempre fue el de doblegar y derribar a la Revolución Cubana. Sin embargo, el apoyo externo e interno al gobierno de la Habana mantiene intacta la voluntad del pueblo cubano.
El canciller cubano indicó que desde que el presidente John F. Kennedy lo impuso en febrero de 1962, en plena Guerra Fría, menos de un año después de que Fidel Castro declarase el carácter socialista de la revolución, la medida ha provocado perjuicios a la isla por 147.853 millones de dólares a precios actualizados, reflejaron las agencias de noticias AFP y Sputnik.
Por su lado, el coordinador político de la Misión de los EEUU ante la ONU, Rodney Hunter, en su intervención ante en la Asamblea sostuvo que “Estados Unidos está con todos en la defensa de la libertad de Cuba. Los cubanos, como todas las personas, merecen el derecho a libertad de expresión, reunión, cultura”. “Ningún gobierno debe silenciar a sus críticos mediante violaciones de sus derechos humanos. Estados Unidos se opone a esta resolución”, añadió el funcionario estadounidense.
En tanto, el representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, señaló que el año pasado el bloqueo le provocó a Cuba pérdidas “superiores a los 5 mil millones de dólares”. “El daño total de la economía cubana por las sanciones estadounidenses en 2020 superó en casi 30% al perjuicio provocado en 2019 y por primera vez superó los 5.000 millones de dólares”, detalló el representante ruso.
Una sola vez, en 2016, de manera inédita Washington se abstuvo de votar en contra de la resolución cubana de condena al embargo. Esto sucedió en un contexto de acercamiento entre el Gobierno de Barack Obama y el de Raúl Castro. Sin embargo, las hostilidades regresaron cuando Donald Trump asumió la presidencia.
Joe Biden prometió relajar las sanciones pero depende de senadores anticastristas para poder gobernar. Además, el embargo a Cuba fue aprobado por ley, por lo que solo el Congreso estadounidense puede ponerle fin.
Luego Trump (2017-2021) dio marcha atrás a ese histórico acercamiento: volvió a declarar al país comunista como estado patrocinador del terrorismo e impuso cerca de 250 nuevas sanciones contra Cuba.
Las medidas provocaron una crisis de energía y combustible, restringieron los viajes de turistas estadounidenses a la isla y el envío de remesas de cubano-estadounidenses a sus familiares en Cuba.
El actual presidente estadounidense, Joe Biden, que como vice de Obama participó en la política de acercamiento con Cuba, no ha revertido ninguna de las sanciones impuestas por Trump desde su llegada a la Casa Blanca en enero.
No obstante, en su campaña había prometido hacerlo y había señalado que la línea dura de Trump contra Cuba “no ha hecho nada para avanzar en la democracia y los derechos humanos” en la isla.
Sin embargo, en marzo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, afirmó que “un cambio en la política hacia Cuba no figura actualmente entre las mayores prioridades del presidente Biden”.
Biden necesita mantener el vínculo con dos senadores de línea dura contra Cuba, el demócrata Bob Menéndez (Nueva Jersey) y el republicano Marco Rubio (Florida), a quienes necesita para confirmar en la cámara alta a miembros de su equipo, explicó a AFP el experto en política latinoamericana Christopher Sabatini, de Chatham House.
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