El Centro de Operaciones de Tigre (COT) fue allanado en las últimas horas tras una denuncia de la titular de AySA y precandidata a intendenta de ese partido por el Frente de Todos (FdT), Malena Galmarini, por “hostigamiento” contra el personal municipal de esa ciudad.
Galmarini había denunciado el 24 de marzo pasado el “hostigamiento” de parte de un agente municipal de un móvil del COT que se encontraba apostado en la puerta del predio que AySA tiene en la intersección de Madero y Tacuarí, en Tigre Centro, para custodiar la clausura de una obra.
En la presentación judicial, que difundió a través de un comunicado, la funcionaria relató que se hallaba fuera del predio junto al referente de la organización “Mejor Tigre”, Lázaro Flores, cuando el agente del COT “les exigió identificarse para ingresar”, aunque “ellos nunca habían mencionado” que tenían esa intención.
Los datos fueron anotados en un “cuadernito” en el que, según el agente municipal, se registraba la información de los ingresantes al predio de Aysa.
También señaló Galmarini que el agente les indicó que esa acción estaba siendo monitoreada desde la base a través de la cámara ubicada en la esquina.
“El chofer del móvil municipal que tomó los datos no se identificó a pesar de habérsele solicitado. Vale decir que se encontraba acompañado por una oficial de la Policía Bonaerense que en ningún momento intentó poner fin a la situación irregular”, añadió Galmarini en la denuncia.
La funcionaria amplió que, una vez dentro de la obra, observaron el “arribo de un segundo móvil del COT” que estuvo “por unos minutos y se retiró”.
También reseñó que “posteriormente caminaron por fuera del predio para examinar el otro frente de la obra y el agente del COT se acercó hacia la esquina mientras utilizaba su celular en actitud sospechosa”.
“Al día siguiente -prosiguió la denuncia- comenzó a circular una foto de Galmarini y Flores tomada en la fecha y hora de los acontecimientos antes mencionados, obtenida desde adentro del móvil del COT. La imagen llevaba la leyenda: ‘Por lo visto nada que hacer en casa’. Y fue subida por el agente municipal a su estado de WhatsApp (hasta donde se sabe)”.
Ante esos hechos, Galmarini amplió la denuncia el 27 de marzo, lo que derivó en el allanamiento del COT Tigre que tuvo lugar en las últimas horas y en el que confiscaron la grabación de las cámaras de seguridad del lugar de los hechos y el teléfono móvil del chofer, que será peritado en los próximos días.
En un comunicado, la funcionaria señaló que el municipio que conduce Julio Zamora “utiliza al COT para controlar, perseguir y amedrentar a candidatas”.
“Además de un claro caso de malversación de recursos públicos, se trata de un caso de violencia por motivos de género”, añadió.
Para Galmarini se configura “violencia política” por el “intento de amedrentamiento a través de la fuerza municipal hacia una mujer candidata a intendenta del distrito”.
“No lo van a lograr; voy a llegar al Ejecutivo municipal el 10 de diciembre”, expresó. Y añadió que el hecho también reviste “violencia simbólica” porque “junto a la foto circula una leyenda machista”.
“Los hechos denunciados ocurrieron durante mi labor como presidenta de AySA. ¿Por qué tendría que tener otra cosa que hacer en el ámbito doméstico? ¿Allí es donde les dicen a los agentes municipales que debemos estar las mujeres?”, se preguntó.
Galmarini lamentó que las cámaras de videovigilancia que “fueron pensadas para la seguridad de los y las tigrenses” estén “siendo utilizadas con otro fin” en Tigre. “La función de los móviles del COT es realizar recorridas en prevención de delitos en todo el municipio y no permanecer detenidos en lugares puntuales, como en el caso de la obra de Tacuarí y Madero”, concluyó.
Un fiscal de juicio pidió hoy penas de reclusión perpetua y de 20 años de cárcel para los cuatro policías de la provincia de Buenos Aires declarados culpables de la “Masacre de San Miguel del Monte”, en la que cuatro jóvenes murieron en 2019 mientras eran perseguidos a los tiros por efectivos de esa fuerza de seguridad.
Tras la audiencia de cesura, la jueza Carolina Crispiani, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 4 (TOC) de La Plata, pasó a un cuarto intermedio hasta el viernes 9 de junio al mediodía, cuando se conocerá la sentencia.
En la audiencia transmitida por el canal de YouTube de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, el fiscal Mariano Sibuet pidió la pena de reclusión perpetua para los policías Rubén García y Leonardo Ecilapé.
Ambos ya habían sido declarados culpables por unanimidad de los 12 jurados populares como coautores del delito de “homicidio agravado por el abuso de la función policial y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego” en perjuicio de Danilo Sansone (13), Camila López (13), Gonzalo Domínguez (14) y Aníbal Suárez (22).
En tanto, el representante del Ministerio Público solicitó 20 años de cárcel para los efectivos Manuel Monreal y Mariano Ibáñez, declarados culpables del delito de “tentativa de homicidio agravado por el abuso de la función policial y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego” de las mismas víctimas.
En su alegato, Sibuet tomó como agravantes el “impacto social” a partir de los hechos cometidos por integrantes de una fuerza de seguridad y valoró los testimonios de los psicólogos que declararon previamente.
“Hacen mención a tres elementos que debo valorar: que el hecho fue devastador, que produjeron un daño irreparable y que ese daño para cada una de las víctimas y de los familiares involucrados significa un daño de por vida”, explicó.
Además, el fiscal criticó la “acción asumida posterior a la comisión del hecho en ese intento de eludir el accionar de la justicia” por parte de los acusados.
Luego, las abogados Margarita Jarque y Luz Santos Morón de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que representan a las familias de las víctimas Danilo Sansone y Camila López, hicieron hincapié en que hubo una “grave violación de los derechos humanos” y en la “extensión del daño causado”, por lo que adhirió a la posición de la fiscalía.
A su turno, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), representado por las abogadas Bárbara Juárez y Agustina Lloret, pidió prisión perpetua para García y Ecilapé, y también 20 años para sus compañeros.
“Debían protegerlos en vez de atacarlos, se traduce en una traición por parte del autor y una mayor indefensión de la víctima frente al ataque de quien se aprovecha de la situación para cometer el delito”, sostuvo una de las letradas.
En tanto, la abogada Dora Bernárdez, representante de las familias de Aníbal Suárez y Gonzalo Domínguez, coincidió con la fiscal y afirmó: “Se perdió la confianza en la institución policial toda, la confianza en la institución fue rota a pedazos, despedazaron la tranquilidad”.
“Ahora nos identifican ¿Sos de Monte? Ah, sos de donde fue la masacre”, ejemplificó y al adherir al planteo de Sibuet dijo: “Los familiares han sido condenados a la pena de tragedia perpetua”.
Mientras que Ricardo Minoli, que patrocina a la única sobreviviente, Rocío Quagliarello, ahora de 17 años, también se refirió a la “extensión del daño y del peligro causado en su condición de integrantes de una fuerza de seguridad, por la naturaleza de la acción y de los medios empleados”, por lo que adhirió a lo solicitado por el fiscal.
En cambio, los defensores María Celeste Baqué y Luis María Giordano, quienes representan a los policías Ibáñez, Monreal y García; y Marcelo Di Siervi, letrado de Ecilape, criticaron el pedido de “reclusión perpetua” a la que tildaron de “anacrónica” y uno de ellos pidió la nulidad del juicio.
“Me indigna todo lo que dijo el bloque acusador, salvo el doctor Sibuet y Minoli, hablaron de cualquier cosa. Esto se va a revertir en Casación, es una injusticia. Ecilapé no mató a nadie, debió ser declarado no culpable. Voy a solicitar que se decrete la nulidad del juicio y se ordene uno nuevo”, aseguró Di Siervi.
Al finalizar las exposiciones, los cuatro policías dijeron sus “últimas palabras” y negaron haber “ser violadores de los derechos humanos” y “asesinos”, e insistieron en culpabilizar al conductor del auto.
“Amo la vida, no tengo ningún desprecio por la vida, en todo caso si alguien tenía un desprecio era el que manejaba”, indicó Ibáñez
A su vez, Monreal afirmó que estuvo “a disposición de la Justicia desde el día cero”, que “un criminal huye de estar encerrado” y que actuaron “bajo el deber” que tenían.
“Fue una tragedia para todos y no hay vuelta atrás pero no somos ningunos criminales ni asesinos”, expresó el policía, mientras que Ecilapé criticó “a las asociaciones que están aprovechando este caso para su propio beneficio”.
La “Masacre de Monte” ocurrió la madrugada del 20 de mayo de 2019, cuando el auto Fiat 147 en el que circulaban las víctimas impactó en la colectora de la ruta 3 contra un acoplado de un camión, tras una persecución a los tiros por parte de la policía.
Al Fiat 147 lo comenzó a perseguir un primer móvil policial en el que circulaban García y Ecilapé y en un operativo cerrojo se sumó otro móvil en el que iban Monreal e Ibáñez.
Según se determinó en el debate, Ibáñez era quien manejaba un móvil policial y le cruzó el paso al automóvil en el que iban las víctimas en el cruce de las calles Chubut y Caseros, donde Monreal realizó un disparo con su pistola calibre 9 milímetros que hirió en la pelvis a Domínguez, pero el Fiat 147 continuó con la fuga hacia la colectora de la ruta 3, perseguido por el otro patrullero, en el que circulaban García y Ecilapé.
En ese momento comenzó una segunda secuencia en la que el patrullero al mando de Ecilapé persigue al auto que termina impactando contra el acoplado de un camión que se hallaba detenido, donde murieron los cuatro jóvenes.