Un grupo de vecinos autoconvocados del barrio porteño de Villa Crespo se manifestarán para reclamar por los “múltiples trastornos” que genera el funcionamiento diario del megaestadio Movistar Arena, perteneciente al grupo La Nación y que funciona sobre la calle Humboldt al 500, ya que durante los shows se concentran miles de personas, provocando ruidos molestos, cortes de calles, estacionamientos indebidos y otros trastornos.

Si bien las denuncias se remontan a cuando este reducto, que puede albergar a más de 15.000 espectadores, fue habilitado por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en los últimos tiempos la situación se ha vuelto “más crítica”. En tal sentido, exigen a la administración de Horacio Rodríguez Larreta que se forme una Mesa de Trabajo, a los efectos de tratar el uso del megaestadio, que estaría infringiendo la ley para el que fuera creado por la Legislatura porteña.

En la convocatoria, para este lunes a las 19.30 el cruce de las avenidas Corrientes y Dorrego, señalan: “»Si vivís en Villa Crespo y estás desesperado con lo que pasa día a día en el barrio, te esperamos”, en referencia a la cantidad de recitales y otro tipo de espectáculos que a diario se vienen desarrollando en el Movistar Arena.

Entre los “trastornos” que ocasiona el megaestadio, que se levanta entre la cancha y la sede del Club Atlético Atlanta, destacan “la contaminación lumínica permanente por los carteles, los cortes de calle que impiden la circulación de quienes viven en la zona, el caos de tránsito que se genera, la saturación de estacionamientos y autos estacionados sobre las veredas y los ruidos molestos desde la mañana y hasta la madrugada”.

Las quejas vecinales se remontan a los tiempos en que comenzó la construcción de esta mole de cemento en Humboldt, entre Padilla y Camargo, hasta que luego de algunas irregularidades con el anterior grupo empresario que había establecido un convenio con Atlanta y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en 2017 se votó en la Legislatura porteña, con el voto mayoritario de los diputados del PRO y aliados, una modificación del proyecto, que luego pasó a manos de La Nación.

Este presunto polideportivo se transformó en un megaestadio privado, que está exento de pagar ABL durante 40 años, entre otras concesiones. “Mientras todo los habitantes de la Ciudad pagamos este y otros impuestos, que se aumentan siempre, los empresarios hacen negocios”, se denunció, concluyendo en que “exigimos una Mesa de Trabajo con el gobierno porteño, para que se avance en una ley para que se cambie el uso del megaestadio y sea solo para eventos deportivos”, tal como lo proponían en un proyecto presentado hace tres años que nunca fue tratado en la Legislatura”.