Efecto pandemia: por primera vez hubo más divorcios que casamientos en CABA
En el año 2020 hubo una cantidad similar de divorcios que años anteriores, pero mucho menos casamiento, ya que el aislamiento provocó postergaciones forzadas.
“En el año 2020 hubo una cantidad similar de divorcios que años anteriores, lo que cambió es que mucha gente no se casó porque no podía y en realidad lo que hubo fue una postergación forzada de los casamientos”, explicó el director general del Registro Civil porteño, Fernando Bargallo.
Por María Alicia Alvado
Por primera vez, la inscripción de divorcios superó la de matrimonios en la Ciudad de Buenos Aires: mientras 4.480 parejas disolvieron su vínculo conyugal en 2020, solamente 3.861 se casaron, es decir que por cada separación hubo menos de un enlace, según datos suministrados por el ministerio de gobierno porteño a través del Registro Civil y Capacidad de las Personas.
Y si bien la tendencia desde 2005 es de dos matrimonios por cada divorcio, la inversión de sentido del cociente estadístico lejos está de evidenciar un abrupto cambio de comportamiento social sino que es consecuencia del cierre de los registros civiles entre los meses de abril y septiembre de 2020 para la celebración de enlaces -trámite que sólo admite la modalidad presencial-, mientras que los divorcios se siguieron resolviendo mediante audiencias por Zoom.
“En el año 2020 hubo una cantidad similar de divorcios que años anteriores, lo que cambió es que mucha gente no se casó porque no podía y en realidad lo que hubo fue una postergación forzada de los casamientos”, señaló el director general del Registro Civil porteño, Fernando Bargallo.
Es que entre abril y septiembre de 2020, prácticamente no hubo turnos para matrimonios, que estuvieron “suspendidos salvo casos de excepción”, ya sea por riesgo inminente de muerte o por contrato de trabajo en el extranjero.
Como consecuencia de esto “se nos juntó un stock de 8.000 matrimonios”, es decir, de turnos que normalmente se habrían otorgado a razón de 1.000 por mes y que en cuarentena se redujeron a no más de 150.
Pero además, sólo recién en los meses de marzo/abril se empezó a normalizar el ritmo porque “se iba abriendo, escalonadamente, una comuna al mes” y “fuimos recuperando personal de a poco, teniendo en cuenta que no había escuela” y muchos trabajadores estaban eximidos de volver a la presencialidad como población de riesgo.
“Hoy nosotros estamos ofreciendo y se están tomando más matrimonios que en la prepandemia, unos 1.400 por mes. Incluso si hoy ponemos 3.000 matrimonios por mes, puede que nos lo tomen, porque hay mucha gente que viene atrasando la fecha”, remarcó.
En cambio, la inscripción de divorcios “vienen por DEOX”, es decir, por el Sistema de Diligenciamiento Electrónico de Oficios a Organismos Externos establecido por la Corte Suprema de Justicia, “y cuando tribunales regularizaron su trabajo virtual, empezaron a llegar” las sentencias a medida que se popularizaban los divorcios por zoom. “Lo que no es estrictamente presencial de alguna manera se recuperó (durante los meses de cuarentena), pero el matrimonio no se puede hacer de otra manera”, explicó.
Las estadísticas de divorcios y matrimonios civiles desde 1975 a la fecha, muestran que la sanción de la ley de divorcio vincular sí fue un parteaguas en el comportamiento de los porteños: hasta 1987, las separaciones personales (sin disolución del vínculo conyugal) representaban un 16 % -en promedio- de los matrimonios; pero a partir de 1987 -y luego de un boom inicial que se prolongó hasta 1989- los divorcios se estabilizaron en torno a un porcentaje que duplicó el anterior.
“Eso muestra que hay leyes que llegan tarde a un reclamo social y el impacto se nota inmediatamente. En proporción es inmensa la diferencia entre cantidad de divorcios antes y después de 1987, y después en los años 90 los divorcios siguen duplicando a los que se producían antes de la ley”, dijo, al tiempo que añadió que “evidentemente hubo cambios culturales muy importantes y lo que venía deteniendo estas separaciones era el retraso normativo”.
Pero la cantidad de divorcios siguió aumentando en relación a los matrimonios y desde 2004 la relación es de solo dos casamientos por cada separación, es decir, los divorcios representan el 50% de los matrimonios de cada año. Paralelamente fue creciendo mucho la tramitación de certificados de convivencia hasta superar largamente el número de matrimonios.
“Hay parejas que vienen por el matrimonio, otras por la unión convivencia y otras por el certificado de convivencia porque cada una va eligiendo la modalidad de formalización del vínculo en función de sus necesidades o creencias”, dijo.
El número de matrimonios propiamente dichos “viene bajando sensiblemente desde fines de los ’70 y hoy estamos en la mitad (de casamientos) que hace 50 años atrás”, al punto de ser “duplicados” en cantidad por los certificados de convivencia, que es un trámite que “no genera una partida” y en caso que se termine ni siquiera hay que comunicarlo al registro.
Las estadísticas muestran que 1988 fue el año en que se registraron mayor cantidad de divorcios de la serie (18.112) -lo que es previsible en función de la demanda atrasada- pero también fue el año en que más casamientos se celebraron (27.496), lo que hace prever que muchos de esos cónyuges formaron parte de las 31.168 parejas que se disolvieron entre ese año y mediados de 1987, cuando se sancionó la ley de divorcio vincular.
Por otro lado, el promedio de duración del matrimonio entre personas divorciadas desde 1975 es de 20 años; y los divorcios se producen mayoritariamente en el grupo etario de entre 40 y 49 años (43% de las mujeres y 39% de los hombres) o en el de 30 a 39 años (30.6% de las mujeres y 24.6% de los hombres).
En cuanto a los matrimonios igualitarios, entre 2015 y mayo de este año se celebraron 3.060 bodas entre parejas homosexuales; y en el mismo período hubo solamente 88 divorcios, lo que representa un 2.87% del total de uniones registradas en los últimos 6 años.
Organizaciones de derechos humanos, políticas y sociales se congregaron en la Plaza de Mayo con distintas convocatorias que compartieron un eje común: volver a reclamar una vez más “Memoria, Verdad y Justicia” al cumplirse 47 años del golpe de Estado que dio inicio a la última dictadura cívico-militar en el país.
Desde las primeras horas de la tarde comenzaron a arribar a la histórica plaza integrantes de Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S Capital, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza y Asociación Buena Memoria.
“Nos llena de esperanza, nos motiva, que todavía haya millares y millares de argentinos que este 24 de marzo lo tomen no solamente como un día para conmemorar, para homenajear a los 30 mil, sino también para defender a la democracia”, dijo a Télam el referente de HIJOS Charly Pisoni, quien encabezaba la clásica bandera azul con el rostro de todos los detenidos-desaparecidos.
En esa línea, indicó: “Estamos acá no solo por lo que le pasó a nuestras familias sino también porque queremos una Argentina más justa y libre”.
Por Avenida de Mayo también arribaron militantes de distintas organizaciones y sindicatos como Confederación General del Trabajo (CGT), Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), La Garganta Poderosa, Polo Obrero (PO), Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y la Comisión Argentina por los Derechos Humanos (CADHU).
A su vez, se congregaban miembros de Asociación Gremial Docente (AGD), Ademys, Movimiento Popular La Dignidad, Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN), Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (Satsaid) y Defensoría del Pueblo.
“A 47 años del golpe genocida, Memoria, Verdad y Justicia para defender la democracia”, reza la convocatoria de las organizaciones de derechos humanos en ocasión de una nueva manifestación por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia y agrega: “Corporación judicial nunca más”.
También formó parte de la marcha el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte, Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina, Liga Argentina por los Derechos Humanos y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.
En tanto, la agrupación La Cámpora llegó a la histórica plaza desde la sede de la ex Esma, en el barrio Núñez, desde donde militantes y referentes de ese espacio realizaron su tradicional caminata.
“La Memoria, Verdad y Justicia tienen que segur siendo parte del acuerdo social. El no uso de la violencia, el asesinato y de las fuerzas del Estado para resolver diferencias políticas tiene que ser el acuerdo básico del sistema democrático argentino”, aseguró el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, en declaraciones a radio El Destape, mientras caminaba con la caravana hacia la plaza.
Por su parte, organizaciones sociales y políticas de izquierda partieron desde el Congreso, desde donde marcharon junto a la Coordinadora Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.
La Izquierda se movilizó a la Plaza de Mayo con las consignas “Contra la impunidad de ayer y de hoy” y “Por juicio y castigo contra todos los responsables militares, civiles y eclesiásticos de la última dictadura y la represión y criminalización de la protesta social en la actualidad”.
“No al FMI, no al pago de la deuda externa” es otro de los lemas que llevaron estos sectores a la plaza.
Asimismo, la agrupación feminista Pan y Rosas -también perteneciente a la izquierda- sumó su voz: “Las mujeres que salimos a las calles el último 8 de Marzo, que nos organizamos de manera independiente de los Gobiernos, los empresarios y la Iglesia, y junto a las trabajadoras, queremos hacernos oír con fuerza el próximo viernes 24”, señalaron.
Por otro lado, un sector de la manifestación se dirigió hacia el Palacio de Tribunales para pedir la renuncia de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia.
Así lo informaron desde el espacio político “Les Jóvenes”, que convocaron a una movilización luego de la marcha tradicional, para “pedir la renuncia” de los jueces del alto tribunal, a los que acusan de estar “destruyendo la democracia”.
Desde “Les Jóvenes” consideraron “probable” que en el documento de los organismos de Derechos Humanos con el que finalizará la marcha se anuncie la invitación, a quienes deseen, de continuar hacia la sede de la Corte aunque no fue confirmado por los organizadores.