Joel Sverdlik, responsable del frente de abogados de La Cámpora San Isidro y participante de la Séptima Marcha por la Soberanía al Lago Escondido, denunció hoy que tiene una fractura de costilla con desplazamiento y un edema en la rodilla producto de las agresiones que recibió por parte de “la patota de Joe Lewis”, el magnate británico, y criticó la atención médica recibida en la Patagonia, donde los médicos “dijeron que era algo menor”.
“Fuimos al portón (de la propiedad de Lewis) desarmados, con la idea de salir y fuimos increpados por la patota de Lewis, con Pablo Puchi a la cabeza y personas que nos vinieron a agredir de forma sistemática. Tenían cuchillos, perros, piedras, palos, caballos, estábamos totalmente indefensos”, indicó Sverdlik en diálogo con Télam.
Nueve manifestantes y una fotoperiodista fueron retenidos el miércoles pasado durante dos horas y agredidos por peones rurales que responden al magnate británico Joe Lewis, en un incidente producido durante la Séptima Marcha por la Soberanía al Lago Escondido.
La agresión denunciada ocurrió cuando los manifestantes intentaron ingresar al Camino del Tacuifí, uno de los accesos al Lago Escondido, prohibido para el tránsito público y quedó registrada en un video, donde Sverdlik se reconoció como aquel que tiene “la remera de Argentina”.
“Cuando salgo para buscar refugio en unos arboles, me persiguen, tiran fustazos, me tiran de la mochila y me pechea un caballo. Me caigo y me patean entre cinco personas, me pisa un caballo y me remata una patada de una persona con una remera blanca y un pantalón naranja”, detalló.
El dirigente afirmó que estos golpes le produjeron “contusiones” y la patada en la cabeza “me dejo chichón y un hematoma”.
“En el cuerpo tengo un fustazo, lo más grave es un edema en la rodilla por la patada del caballo y una fractura en la costilla con desplazamiento producto de la patada de la persona que se ve en el video”, subrayó.
Además, Sverdlik denunció que “esto surge de la tomografía que me hicieron en Buenos Aires, porque tanto en El Foyel como en el hospital de El Bolsón no detectaron absolutamente nada. Los médicos dijeron que no teníamos nada, que era algo menor y nos venimos a encontrar con que el cuadro es muchísimo más grave de lo que pronosticaron”, aseveró.
La joven que ayer murió tras caer de un departamento del sexto piso de un edificio del barrio porteño de Retiro, por el que está detenido un empresario vinculado al agro, tenía 26 años y era de nacionalidad brasileña, y los investigadores intentan determinar si fue víctima de un homicidio o si sufrió un ataque de nervios que la llevó a arrojarse al vació tras discutir con el dueño de casa.
Fuentes policiales y judiciales aseguraron a Télam que el empresario Francisco Sáenz Valiente permanecía hoy detenido y el juez de la causa, Martín Del Viso, quien subroga el Juzgado en lo Criminal y Correccional 31, y el fiscal que inició la investigación, Santiago Vismara, aguardaban una serie de peritajes para indagarlo como sospechoso de “homicidio”.
Según lograron reconstruir los pesquisas mediante el relato de testigos, la noche del miércoles último Sáenz Valiente concurrió a cenar con un grupo de amigos, entre los que se encontraba una joven con la que mantiene una amistad desde hace cuatro años y que estuvo presente ayer cuando ocurrió el hecho.
Esta joven, cuyas iniciales son J.M.M., también de nacionalidad brasileña y de 37 años, llevó como invitada por primera vez a ese tipo de cenas a Emily Rodríguez (26).
Los investigadores establecieron que esa noche el grupo de amigos cenó en Gardiner y, luego, concurrió a tomar algo a un bar de Palermo.
Ya de madrugada, el empresario, junto a su amiga J.M.M., Rodríguez y una tercera mujer también amiga del grupo que había concurrido a cenar, se dirigieron al departamento del sexto piso del edificio de la calle Libertad 1542, en Retiro, a metros del shopping Patio Bullrich.
Según los investigadores, tras una noche de excesos, aparentemente Rodríguez cerca de las 9 de la mañana sufrió un ataque de nervios tras una discusión con el dueño de casa, tras el cual la mujer comenzó a correr por el departamento.
Se cree que a esa altura, la tercera mujer que había concurrido ya se había retirado, por lo que en el departamento quedaban Sáenz Valiente, su amiga y Rodríguez.
De acuerdo a la reconstrucción que lograron elaborar los investigadores policiales y judiciales, la joven brasileña se mostraba muy agresiva e intentó abrir una ventana que da al frente del edificio, pero como no pudo, llegó a una ventana de una habitación que da al pulmón de manzana y se arrojó.
Esa versión, ahora deberá ser corroborada en base a pruebas científicas, entre ellas la autopsia, y recién después se espera que pueda ser indagado Sáenz Valiente.
Lo que llamó la atención de los investigadores es que la amiga del empresario, la mujer identificada con las iniciales J.M.M., presentaba una serie de lesiones en las manos y rasguños.
“Son signos de pelea. En principio, el dueño de casa no tenía lesiones, pero también se ordenó un peritaje para que se establezca si también presentaba lastimaduras producto de algún forcejeo”, dijo a Télam un investigador.
Vecinos del edificio llamaron al 911 y personal de la comisaría Vecinal 1A se dirigieron al lugar y constataron el cuerpo de Rodríguez en una zona de difícil acceso.
Una ambulancia del SAME auxilió a la víctima y la trasladó a un hospital Fernández, pero llegó fallecida.
Los policías de la comisaría hallaron a Sáenz Valiente en su departamento y a J.M.M. en el hall del edificio, por lo que ambos fueron demorados aunque, luego el juez Del Viso ordenó la detención del empresario y liberó a J.M.M.
Fuentes de la investigación aseguraron que la declaración de esta mujer es clave para determinar la posible responsabilidad de Sáenz Valiente en un supuesto crimen.
“Tanto el juez como el fiscal aguardan una serie de peritajes claves, entre ellos la autopsia, para poder escuchar la versión del empresario sobre los hechos”, dijo a Télam una fuente judicial, que además aclaró que “hay que establecer si la mujer se tiró o la tiraron, y si lo hizo ella, en qué contexto tomó esa decisión”.
Otra fuente policial comentó a Télam que la víctima llegó al edificio en una camioneta Jeep Compass Longitude gris, modelo 2022 y patente AF 548 MZ, que quedó estacionada en la vía pública y que ayer fue revisada por los peritos de la Unidad Criminalística Móvil (UCM) de la Policía de la Ciudad.
El vehículo está radicado en el partido bonaerense de Lanús y tiene tres infracciones de tránsito en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por otra parte, los investigadores también buscaban a la tercera mujer que estuvo en el departamento de Sáenz para tomarle declaración testimonial.
Distintos vecinos que fueron entrevistados por los pesquisas contaron que eran frecuentas las fiestas en el departamento del empresario y que se realizaban cualquier día de semana, que duraban toda la noche y que eran habituales lo gritos.
Los policías de la comisaría que revisaron el departamento hallaron botellas de bebidas alcohólicas, pero en principio no encontraron drogas, dijeron las fuentes.
“El departamento tenía varias habitaciones y en todas ellas había ropa de mujer, especialmente ropa interior. Varios amigos contaron que era habitual que el empresario llevara a su casa a sus amigas y que ellas se quedaran a dormir”, contó un investigador, quien agregó que “de hecho, todas las piezas tenían la cama deshecha, como si hubiesen sido usadas recientemente”.